Capítulo Dieciséis

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Una historia pendiente

Parte uno.

Daniela

El haber recibido un mensaje de Lucas a esta hora se me hizo raro y más que quisiera verme con tanta urgencia, aunque en su voz pude escuchar un ligero tono de preocupación o tal vez otro sentimiento.

Después de unos momentos lo vi desde mi ventana corriendo hacia aquí y por la cara que se le veía no parece que se encuentre muy bien que digamos. No tardó mucho en sonar el timbre y yo baje más rápido que flash para abrirle la puerta.

-¿Todo bien? -pregunte cuando le abrí la puerta

-Es que... ne... -no termino de decir nada cuando se echó a mis brazos y empezó a llorar como si todos los sentimientos que estuvo guardando por fin salieran a la luz. ¿Por qué demostrar su debilidad conmigo? ¿por qué hacerlo?

-Está bien, vamos a mi cuarto para que hablemos, ¿te parece? -le dije en tono calmado y el solo asintió.

Vi que Yamil venia bajando, pero le hice una seña para que regresara a donde sea el lugar en el que se encontraba, después guie a Lucas a mi habitación, pero mi brazo iba alrededor de su hombro en señal de apoyo.

Cuando llegamos abrí la puerta para que el pasara primero y después de que entre cerré y le coloque el seguro, aunque si Yamil quisiera podría abrirla en cuestión de nada.

-¿Qué fue lo que paso?

-Es que... Demonios como lo odio.

-¿A quién?

-Por su maldita culpa ahora estoy como estoy, por su maldita culpa estamos aquí.

No comprendí a que o a quien es que se estaba refiriendo, pero lo deje continuar.

-¡¿Por qué demonios no lo mate?! ¡¿Por qué demonios murió después de 16 años?! ¿Por qué? -dijo esto último con un tono casi inaudible.

Lo único que pude hacer fue acercarme para poder abrazarlo y que sintiera que si el estaba por desmoronarse yo estaría para él sin importar nada.

Después de unos minutos de que él continuara sollozando nos sentamos en la cama.

¿Quieres contarme que pasa? -le pregunte en tono preocupado.

-¿Tienes un cigarrillo? -dijo evadiendo mi pregunta.

-Claro -me acerque al buro y saque la cajetilla entregándosela.

>>vamos al balcón, para que no se encierre el olor aquí -el solo termino asintiendo y nos acercamos al balcón.

Encendió su cigarrillo y yo también encendí el mío y ahí estuvimos un buen rato, en silencio sin decir nada por parte de nadie, solo esperando que alguien de nosotros decidiera romper el silencio.

-¿Te puedo hacer una pregunta? -dijo después de un rato.

-Claro

-¿Cómo era tu familia? con tu padre antes de que falleciera.

La pregunta me atolondro porque no esperaba que preguntara por ello y no tenía una respuesta para ello.

Tuve que sospesarlo por unos segundos, recordando todo lo que era antes de que papá hubiera fallecido.

-Bueno, pues no era la gran cosa, mi padre trabajaba aquí en la casa y mi mamá se iba al hospital y nosotras estudiábamos y los fines de semana solíamos ir al parque al que nosotros fuimos aquella vez, jugábamos en los columpios o el en tobogán y nos compraban alguna golosina. Eso era lo que solíamos hacer, en ocasiones mamá se enojaba con papá porque cuando iba al super compraba más dulces que comida o por las carreras de motos -se dibujó una sonrisa en mi rostro al recordarlo- pero nada tan grave. ¿A qué se debe la pregunta? -dije con el ceño fruncido.

Siempre Veremos Las Estrellas (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora