P.O.V Sebastián.
Mire a Maximiliano y a mi hija irse y me senté para tomarme otro tragó.
— Lo siento— dijo Sonia y la verdad no entendía el porque.
— ¿Porque lo sientes?.
— Por la decisión que tome.
— Mi hija está viva gracias a ti, le has salvado la vida dos veces y no tengo más que agradecimiento para ti, me desobedeciste sí, pero si no lo hubieras echo a ella le podría haber pasada como a Karen.
— Aún así siento que le quite algo, siempre creí que la estaba cuidando de ti, pero tenía que hacer todo lo contrario.
— ¿Dónde la tuviste todo esté tiempo?— la sentí tensarce y no quería confirmar lo que paso por mi mente.
— La tuve en la academia, ella es una Madame, la mejor de todos los tiempos, es incluso mejor que yo— me levanté de la silla enojado y la tomé del cuello.
— ¿Como se te ocurrió hacerle eso? Ella era una niña.
— Una niña que estaba tan mal que ni hablaba, estaba en shock, lloraba todas las noches, no dejaba que nadie la tocará, no sabes lo difícil que fue sacarla de todo eso— la solté y ella ni se inmutó.
— ¿Maximiliano la compró?.
— Su tío lo hizo, fue un regalo para Maximiliano, el la trata muy bien de verdad la quiere, la cuida y está pendiente todo el día de ella y de los bebés que esperan.
— ¿Quien lo asegura?.
— Tengo tres chicos adentro para protegerlos a ella y a Max, por eso puedo asegurarte que no le falta nada dónde está.
— Solo quiero que esté bien y si su felicidad es con Maximiliano pues lo aceptaré, no voy a dejar que con ella suceda lo mismo que con Karen.
— Ella no es Karen.
— Eso lo tengo más que claro, Karen murió y no puedo cambiar nada de lo que hice con ella pero Nayla está con vida y así este grande aún puedo aunque sea ayudarla, por favor cuando hables con ella dile que de verdad tienen todo mi apoyo y que los ayudaré para encontrar a ese bastardo.
— Está bien, igual mis chicos seguirán cuidandolos. Volví a acercarme a ella pero esta vez para revisar su cuello, me deje llevar mucho por mi rabia y la lastimé.
— Lo siento.
— Tuviste una reacción mejor de lo que esperaba. Mientras revisaba su cuello las ganas de besarla se apoderaron de mi, Sonia se dió cuenta y ambos nos fuimos acercando hasta que nuestros labios quedaron a centímetros de distancia. — No tienes que hacerlo puedo seguir esperando.
— Está vez soy yo quien no quiere esperar más— terminé con esa distancia que por años nos han separado primero mi matrimonio nunca le fui infiel a mi esposa, luego el luto cuando el cáncer me la quito, después de eso pasaron tantas cosas que me deje de lado como hombre y me dedique a ser padre y luego a hundirme en mí miseria.
Desde que conocí a Sonia siempre me pregunté a que sabían sus labios y solo ahora los estaba probando.
— Vamos a casa, ¿Quieres quedarte conmigo está noche?— le pregunté sobre sus labios.
— Si— ella volvió a besarme y me sonreí.— Ya no somos dos niños para jugar con esto.
— Pero nada nos impide estar juntos y mucho menos que te haga mía.
- solo no quiero que mañana te arrepientas de esto.
— No pasará, te lo prometo— ambos nos sonreímos y nos fuimos a casa, la e hecho esperar mucho tiempo ya no quiero ni desperdiciar un segundo sin ella.
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Una reina para un rey #PGP2022
RandomPortada realizada por @SucreStars 🥇Ganadora del primer lugar en la categoría no ficción, de todo en los premios gemas perdidas. Nayla Moretti a sus 24 años es una mujer con un pasado muy macabro y traumado que la llevó a un internado donde la oblig...