Capitulo 31

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P.O.V Nayla..

Volver a sentir la luz del sol fue fantástico, lo mejor fue verme salir con Max y mis hijos, por fin era hora de volver a casa, estando en el estacionamiento del hospital Max y yo nos subimos en la parte de atrás de la camioneta con nuestros bebés en brazo, yo traía a Matthew y el a Gemma, una vez la camioneta se puso en marcha recosté mi cabeza en el hombro de Max y contemplé a nuestros dos pequeños.

— No puedo creer que sean nuestros y que ya podamos llevarlos a casa.

— Yo tampoco podía creerlo, cuando me dejaron entrar a verlos estaba tan emocionado que de verdad no sé como me contuve las ganas de abrir la encubadora y cargarlos, lo único en que pensaba era en que habíamos hecho a estos dos hermosos bebés—  Gemma lloró un poquito buscando comida en el pecho de su papá y me reí por la cara arrugada de Max.—  No pequeña, yo no tengo lo que tú estás buscando.

— Ven aquí princesa—  cambiamos de bebés y me cubrí con una manta para que no se viera mi seno mientras ella comía pero la manta no duró mucho porque me la quito y arrugó la cara igual como lo había hecho Max ase un rato.— Eres igual de mandona que tu papá y también heredaste su disgusto de que algo le cubra la cara.

— Eso no es verdad.

- Vamos Max no soportas ni la sábana en tu cara— el miró a Gemma comer muy seria y luego miró a Matthew quien dormía con cara sería.— Nos salieron gruñones.

— Se parecen a su madre.

—  Son tan mal encarados como su papá.

— Tienen la misma rebeldía de su mamá—  Nataniel quien iba de copiloto y el chófer estaban tratando de no reírse, los pobres estaban muy rojos.

— Matthew duerme tan mal como tú—  el miró a Matthew y estaba dormido todo desparramado y supo que no tenía como argumentar lo contrario.

— Pues mucho que te encanta dormir conmigo.

— No seas creído porque yo creo que es al contrario es a tí a quien le encanta dormir conmigo, hasta creo que ni dormías bien antes que yo llegara.

— Uy hablando de creídos y egos altos— ambos nos miramos divertidos y nos dimos un beso.

— Así me amas.

— Y así mismo decidiste tener hijos conmigo sabiendo como podían salir.

— Amo a nuestro hijos mal encarados, gruñones y mal dormidos, son nuestros y eso para mí es más que suficiente para verlos perfectos—  mire a Gemma dormir sin soltar el pecho y me sonreí sintiéndome totalmente llena, al fin comprendí lo que sentía mi mamá y de lo que tanto me hablaba, está es la dicha que siente el corazón al tener aquel pequeño ser que estuvo tantos meses en tu vientre, al que luchaste y cuídate con tanto amor, yo lo tengo por partida doble y me siento tan feliz como nunca en la vida, esto es una felicidad diferente a cualquiera.

— ¿En que piensas?— Max me susurró al oído haciendo que mi piel se erizará y mi cuerpo se estremeciera.

—  No pienso en nada malo solo vago en mis recuerdos, jamás me había sentido así— voltee a verlo y el me miraba fijamente.

— Yo tampoco había sentido algo como esto, me siento como en una nueve de la cual no quiero bajar— vi el portón de la casa que Max compró para nosotros y me sorprendí mucho.

 Una reina para un rey #PGP2022 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora