Extra 3

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-¡Pasa!-

Para Lucius Malfoy, esos breves segundos se convirtieron en una eternidad. La puerta se abrió dejando escuchar un escandaloso rechinido el cual el mayor podía jurar que había hecho eco en toda la mansión.

-Hola- Hablo Harry una vez dentro.

Los Malfoy miraron con asombro al chico parado frente a ellos. Lucius no pudo evitar dar unos cuantos pasos hacia atrás hasta toparse con el escritorio detrás de él.

-Bienvenido querido.- Sonrió Narcissa acercándose a él para estrechar su mano.

-Muchas gracias por recibirme.- El azabache correspondió el cálido saludo de la rubia.

-¿Padre?- Draco observó cómo su progenitor se mantenía en silencio, cosa que lo tenía preocupado. Amaba a Harry y deseaba que su padre lo pudiera entender.

-¿Si?- Lucius retomó su postura.- Lo siento, Bienvenido Potter.-

-Gracias Señor Malfoy.-

-¿Por qué no van y se toman un baño?- Interrumpió la rubia.- Después bajan para cenar todos juntos.- Narcissa se acercó a ellos.- Los elfos te llevarán a tu habitación.- Dijo refiriéndose a Harry.- Siéntete como en casa.-

Harry sonrió a pesar de la situación, la amabilidad de Narcissa lo tranquilizaba.

-No te preocupes, tu padre estará bien.- Le susurro a su hijo.

Ambos chicos salieron de la habitación dejando a los Malfoy solos nuevamente.

Narcissa giró y su rostro dejaba ver una enorme sonrisa, se acercó a su esposo quien ya se encontraba sentado sobre su sillón. Lucius desvió la mirada.

-Te dije que sería Potter.- Habló la mujer con un tono de superioridad.- Era obvio.

-Estaba seguro que sería Weasly.- El rubio se sentía confundido, pues su instinto nunca fallaba.- Esos corazones debieron darle algunos puntos.-

-Cariño aún te falta conocer a tu hijo.- La rubia acarició el rostro de su esposo.- Sabes lo que esto significa ¿Verdad?-

-Lo sé.- Contestó resignado.

-Muy bien, entonces debes cumplir con la apuesta.-

Lucius suspiró antes de preguntar.- ¿Qué tengo que hacer?-

-Algo muy sencillo.- Levantó el rostro del rubio para que sus ojos se mirarán.- Trata bien a Harry, nada de groserías ni sarcasmos, recuerda que tu hijo lo eligió.- Finalizó.

-Esta bien.- Sonrió.

Harry esperaba en su habitación, se había dado un baño rápido y puesto sus mejores ropas. Seguía nervioso y no era para menos enfrentarse así a los Malfoy no era nada agradable.

La puerta sonó tres veces y sin esperar una contestación está fue abierta dejando ver a un malhumorado elfo.

-El joven Draco lo espera.- Dijo y salió sin esperar respuesta.

El azabache se puso de pie, dió unos últimos arreglos a su cabello y salió de la habitación.

Draco esperaba junto a las escaleras y al verlo sonrió, al estar cerca el ojiverde lo tomó en brazos estrechándolo en un fuerte abrazo, un abrazo que le hizo recordar que valía la pena luchar por su rubio arrogante.

-Vamos.- El rubio tomó la mano del chico y comenzaron a bajar las largas escaleras a paso lento.

-Oye.- Hablo el león apretando un poco la mano que lo sostenía.- Gracias por no presentarme como un amigo.-

La serpiente al escuchar esas palabras se detuvo.

¿Lo había escuchado?

-Harry yo.- Giro para darle una explicación, pero sus palabras fueron silenciadas por un tierno beso, sus labios apenas y se rozaron, pero el cosquilleo recorrió todo su cuerpo.

-No digas nada, quiero estar contigo aún cuando para todo el mundo sea solo un amigo.-

-No sé qué estaba pensando.- Apoyó su cabeza en el hombro del león.- Eres mi novio y quiero que todos se enteren de eso, eres mío Harry.-

La mesa estaba servida, los Malfoy esperaban a la joven pareja. Lucius estaba nervioso pues había una apuesta que debía cumplir.

-Tranquilo.- la rubia tomó la mano del mayor.- Solo es el novio de Draco.- dijo juguetona.

-¿Te estás divirtiendo?- Reclamo el rubio.

-Un poco.- Sonrió la mujer.

-Hola- Saludó Draco al entrar al comedor, seguido de Harry.

-Cariño, tomen asiento.-

Draco se sentó aún lado de su padre y Harry al lado de este.

Lucius fue el primero en romper el hielo, para sorpresa de todos. Mientras comían mantenían una plática amena, entre risas y bromas la tensión comenzaba a desaparecer.

El rubio mayor se vio dándole la razón a Harry en varias ocasiones.

Draco observaba como el azabache se integraba perfectamente con su familia, su madre reía ante los comentarios del ojiverde y este escuchaba atento las anécdotas de su padre. Todo encajaba, el peso que sentía en su pecho se liberó.

Lucius se daba cuenta de las miradas que el león le daba a su hijo, una mirada llena de amor y siendo correspondido por el rubio. Jamás había visto a Draco tan relajado… Tan feliz.

Una sensación de tristeza lo golpeó, su amado hijo le estaba siendo arrebatado. Una lágrima amenazaba con salir. Narcissa al darse cuenta de esto limpio discretamente los ojos de su marido.
Y con una expresión de serenidad le sonrió dándole a entender que todo estaría bien.

Fin de los extras.

Espero que les haya gustado. Lamento haber tardado tanto en actualizar.

Solo nos queda el epílogo para finalizar. ❤️




Enamorado de una SerpienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora