CAPÍTULO 3

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­Una mujer rubia, de apariencia adolescente, se encontraba frente a la pantalla de su computadora, enviando unos cuantos correos, con muchos libros esparcidos en el escritorio, un movimiento llamo su atención, viendo como una nota aparecía entre las llamas de la chimenea.

— Que chismes tienes para mi ahora lobita. — Se dijo caminado hacia la chimenea, tomando la nota entre su mano, desdoblando la hoja.

"La fusión está más cerca de lo que creíamos, las mellizas te necesitan"

- H.P.M.

***

Hope acababa de entrenar, esta vez en solitario, ya que Alaric no tuvo la decencia de presentarse o el respeto de avisar con antelación. Pero lo tomo a su favor, corriendo más tiempo de lo normal, siguió un par de conejos que corrían cerca de ella, volvió en si cuando tenía un conejo color café en sus garras, despellejado y cubierto de sangre. Luego de ocultar el pequeño cadáver, regreso al muelle, tratando de eliminar todo rastro de sangre.

La loba se puso a la defensiva al sentir el crujido de las hojas, caminando con la cabeza en alto, lista para atacar, se enfoco más en los sonidos, en el ritmo cardiaco el cual se intensificaba, lo que decía que cada vez se acercaba más. Otros pasos llamaron su atención, y de alguna manera eran más familiares, quiso correr hasta allá, pero a su lado de escucho un gemido, girando su cabeza, para encontrarse a una chica morena, con el cabello tomado, rígida por la presencia de aquella intimidante loba.

Hope Wolf, comenzó a caminar hasta la mujer, gruñendo y mostrando sus colmillos, la morena dio pasos atrás, la loba de pelaje blanco lista para atacar, inclino su cuerpo hacia atrás para saltar y atacar. Antes de que pudiera hacer algo, un cuerpo interpuso su camino, se detuvo de forma inmediata, olisqueo el aroma que desprendía la recién llegada, la loba tensa se relajo por arte de magia, cayendo en sus patas traseras.

— Vete de aquí. — Dijo la castaña. La morena no respondía, era un manojo de nervios. — Corre. — Sin esperar más y finalmente de regreso en sí, ella corrió. Dejando a solas a la loba y a la recién llegada. La castaña se arrodillo, sin poder dejar de mirar a la loba frente a ella, inclino su cabeza, alzando la mano para tocar aquel pelaje. — Eres más hermosa de lo que pensaba, y mucho más grande. — Se rio. — Nada a tu verdadera altura. — La loba gruño sin la intención de intimidar, para mostrar su punto, se fregó contra la castaña, evitando hacerle daño o empujarla, lamio su rostro un par de veces, mientras que la castaña emitía sonidos de asco, aun siendo que no le parecía asqueroso. — Se que no te agrada, pero no al punto de querer cometerla.

"Iugh ni en mis pesadillas me la comería, tal vez la destrozaría, pero no la tragaría". — Pensó Hope

Una de las ventajas de ser tribrida, es que sus mentes eran una sola, recordaba lo que hacia cuando estaba en su forma de lobo, si bien a veces el lobo jugueteaba o comía conejos, lo controlaba.

— No tienes ni idea de cuanto quise verte en tu estado de loba. — Admitió la castaña. — He leído que los lobos y lobas, no se dejan, lo encuentran íntimo. — Entro en pánico, disculpándose y levantándose. — Mierda, que idiota, es tu privacidad, no debería estar aquí. — Intento irse, de verdad lo intento, pero la loba la detuvo de su ropa. Camino entre sus piernas, como si fuera una cachorra, tras un poco de juego, la loba se puso de espaldas, con su cabeza torcida. — Eres una linda lobita. — Se rio la chica. — Feroz, intimidante, pero linda, al fin y al cabo.

"Solo por ti love".

"Solo para ti Josie"

— Es mejor que regrese. — La sifón hizo un puchero, la loba lamio su cara. — También tú, ayer te extrañe, te extrañamos. — Corrigió.

La Decisión De HopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora