CAPÍTULO 20

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La cobriza luego del hechizo apareció en su habitación, el aroma de Josie estaba por todo el cuarto, el lobo aulló al sentirlo. La cama estaba desordenada, pero lo demás todo se encontraba intacto, todo como lo dejo la última vez que estuvo ahí. Hope giro al sentir la puerta del baño abrirse, sonrió al ver a Josie con una toalla cubriendo su pelo, al parecer había terminado de ducharse. Sonrío y su corazón se apretó en su pecho al verla, la extrañaba sin saberlo.

Josie cerró la puerta detrás de ella, levantando la vista al ver unos pies cerca de la cama. Confundida se encontró con la chica que tanto extrañaba, en medio de la habitación, se encontraba Hope Mikaelson. La sifón sintió sus piernas temblar, su voz no salía, su corazón tamboreaba en su pecho. Sus piernas fallaron, pero negada a dejarse caer, corrió hacia la mayor, abrazándola fuerte por la cintura, oculto su rostro en el espacio del cuello y hombro, sintiendo las lágrimas correr por sus mejillas.

— Estas aquí —, murmuró la castaña

— Estoy aquí —, asintió.

— Pense que querías estar lejos —, admitió la sifón.

— Lo quería, hasta que alguien me mandaba un detalle cada día. Alguien me recordó que no estoy sola, que nunca lo estaré.

— Si lo recibiste

— Lo hice, cada foto, cada rosa — nombró —. No se como lograste hacerlo, pero lo lograste.

— ¿Por qué jamás respondiste? —, preguntó desvaneciendo el abrazo. Hope sintió ahogarse ante esto, pero la castaña en ningún momento la soltó —. ¿Por qué me ignoraste? —, preguntó dolida, fue entonces cuando Josie soltó por completo a la mayor. Para Hope eso fue recibir un golpe en lo más profundo. Estaba confundida, se supone que no debería sentir nada. Pero con Josie cerca, es diferente, tiene la necesidad de abrazarla, besarla y decirle que todo estará bien —. ¿Solo soy un juego para ti?

— Dios no — jadeo Hope. La cobriza trato de entrelazar sus manos. Pero Josie dio un paso hacia atrás. Nuevamente Hope sintió como le sacaban el corazón de su pecho —. Tu eres todo para mi Josie, solo — suspiro.

— ¿Solo qué?

— Esto es más difícil de lo que pense —, murmuró Hope pasando su mano por el cabello —. Solo se que necesito estar cerca de ti — dijo mirándola —. Y estar lejos, ha sido lo más difícil. Pero ahora pese a que no estoy en lugar de pedir nada o reclamar, necesito que cumplas con lo que me prometiste. Cada cosa lo has cumplido, no te rendiste, no me dejaste.

— ¿Abrazos y besos? —, preguntó.

— Abrazos y besos — asintió Hope.

— ¿No le dirás a tu familia que estas acá? —, preguntó Josie con los brazos cruzados —. Deberías.

— Debería, pero no ahora

— Dame un segundo — dijo Josie segundos después. Hope asintió sentándose en el borde de la cama. Vio a la castaña salir segundos después, su pelo aun húmedo —. Ahora sí, hablemos —, dijo sentándose en la otra punta de la cama.

— Ven aquí —, pidió Hope. Golpeando frente a ella —. Por favor —, Josie gateo por la cama. Sentándose frente a la cobriza —. Antes te secare el cabello, no quiero que enfermes.

— Hope —, dijo con advertencia.

— Por favor —, Josie rodo los ojos, dándole la espalda a la mayor. En un movimiento tenia la secadora y un cepillo de pelo en su mano. Con cuidado separo el cabello en mechones, comenzando a secar estos poco a poco, cepillando su cabello con delicadeza, temiendo a lastimarla. Ninguna de las dos hablo mientras Hope secaba el cabello de la otra chica. Fue un largo silencio, y tal vez un incomodo momento. Para Hope se sintió en paz por primera vez desde que apago su humanidad. Estar cerca de la castaña era estar en paz. Al terminar dejo todo aun lado, dejando un beso en la nuca de la menor. Deslizo sus brazos por la cintura de la castaña, negándose a soltarla, sintió como la niña temblaba en sus brazos. Preocupada se arrodillo frente a la castaña, viendo lagrimas por sus mejillas, con ayuda de sus pulgares elimino el rastro de lágrimas. Inclinándose y dejando un beso en su nariz —. Si quieres podemos hablar —. Josie negó. Se dejo caer en su espalda, llevando con ella a la mayor, está vez siendo ella quien la abrazaba por la cintura. La sifón vio lo cerca que estaba, sintió la agitación de la tribrida y sonrío. Un mecho tapo el ojo de la ojiazul, Josie con una de sus manos lo dejo tras la oreja, sintiendo como la niña temblaba ante el toque. La sonrisa de Josie creció ante esto. La distancia cada vez era menor y por fin, la castaña unió sus labios. Los fuegos artificiales estallaron.

La Decisión De HopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora