La Decisión De Hope

CAPÍTULO 17

— Sabía que en algún momento vendrías, eres el único que sabe de la existencia de la cabaña. Pero pense que serías más astuto, que le dirías a los demás —, el mayor solo quedo en silencio.

Hope hace un tiempo había comprado una cabaña a las afueras de la ciudad, especial para ir cuando necesitara espacio o tiempo a solas. Era su lugar de escape en caso de alguna emergencia, o cuando temiera y necesitara correr. Nadie excepto Alaric sabia de la cabaña, no porque confiara en él, sabia sobre esta por una vez que la siguió. Le pidió que no le dijera a los demás, el cumplió. Era el único lugar donde pudiera ir, su familia estaba cerca y el lobo negaba a alejarse más de ellos, alejarse más de Josie. Decidida Hope pensó que sería lo mejor quedarse en la mitad de la nada, por el bienestar de los demás. Por el temor de lastimar a las personas que más quería. Había pensado en que el rubio aparecería, pero no con un arma que pudiera matarla o eso es lo que pensaba el mayor.

— Pense que eras más inteligente Alaric —, se encogió de hombros, lo apunto con la estaca de roble blanco. Pensaría que todas estarían destruidas, pero la última estaba en su mano —. No soy una original, no como mi familia, por lo que esto — jugo con la estaca —. Solo me haría cosquillas, tengo la curiosidad por saber que le haría a un humano — dio un paso hacia Alaric, él lo dio hacia atrás. Hope lo detuvo con un hechizo, el temió.

— Josie te odiara si me matas.

— ¿Quién dijo algo de matarte? — preguntó —. Claro que mereces morir, pero no en mis manos —, negó. Susurro desapareciendo la estaca de su mano —. Pero sin embargo el que quería mancharse las manos de sangre eres tú —, dijo apuntándolo —. Vienes aquí, armado, listo para atacar. Cuando yo fue la que decidió irse, alejarse de todos. Vienes aquí pensando en matarme, pero dime cazador ¿pensaste en cómo se lo tomarían tus hijas? —, preguntó —. En cómo se sentirían si te atrevieras a matarme, ¿Qué haría mi familia si lo hicieras? —, preguntó —. Sin duda te cazarían, sin importarle nada ni nadie

— Porque son unos asesinos

Hope le dio un puñetazo en la nariz, fuerte y rápido. Pronto la nariz del mayor comenzó a sangrar.

— Desde que pise la escuela, he escuchado como hablas de mi familia — otro golpe —. De mi padre —, uno más —. De cómo fue el gran mal, pero la historia siempre tiene dos versiones, escribiste la tuya, sin pensarlo la dejaste en la biblioteca, a la vista de los ojos curiosos de los demás —, le dio un golpe en la rodillas. Haciéndolo caer, lo agarro de la camisa que llevaba, golpeándolo una y otra vez —. Escuche las veces que hablabas de mí, de cómo podre ser como mi padre alguna vez — un golpe más —. De cómo seré una villana, no soy la villana cazador, jamás debiste tratarme como tal —, negó. Siguió golpeándolo, la nariz estaba rota, al igual que su ceja. Su pómulo estaba rojo e hinchado —. Te mataría tan lento, pero no lo hare, aunque te lo merecieras.

— Sabrán la clase de monstruo que eres. Jamás debí aceptarte en la escuela.

— ¿Si quieras recordaras quien fue quien te golpeo? —, preguntó con una sonrisa llena de burla.

— Tomo verbena si no recuerdas — escupió sangre.

— Si no recuerdas soy bruja, un hechizo y fuera verbena —, para demostrar su punto. Hizo el hechizo, extrayendo cada gota de verbena de su cuerpo —. Eso fue fácil cazador, te dejaría en medio de la nada, morirías en medio de la noche, tal vez los animales te desmembré, por más tentadora la idea. No seré el monstruo que dices ser quien soy.

— Tu madre estaría tan decepcionada de ti —. Hope saco sus colmillos, mostro la oscuridad en sus ojos. Lo golpeo una y otra vez. Soltó al hombre, dejándolo caer desplomado al suelo. Acto que aprovecho golpeando con la punta de su pie el estómago del rubio.