N/A: Lenguaje explicito.
Esa noche era fría, pero en ese instante Xiao no sintió más qué un calor recorrer su espalda. Desde que fue llevado a esa mansión, le enseñaron a no gritar, a no emitir sonido y a sonreír sin importar lo que estuviera pasando o si no seria castigado. Pero al llegar a lado de quien fue su "mamá", poco a poco comenzó a mostrar sus emociones sin embargo situaciones como esas lo hacían retroceder.
—Date la vuelta —ordenó quien le apuntaba.
Xiao lo hizo con sus manos alzadas, miro a la cara al joven hombre, quien le apuntaba, pero su mirada se concentraba en el sello, sin darse cuenta ya estaba colocando sus manos en su propia camisa para desabrocharla, el chico arrugo las cejas.
—¿Qué demonios haces? —cuestionó
Pero sus movimientos siguieron de manera automática, sin freno, hasta dejar ver su cuerpo, entonces el chico abrió los ojos bajando poco a poco la pistola.
—¿Tú?
—Sí, fui comprado hace más de 10 años atrás, yo te conozco, estabas en la jaula de junto con adolescentes, tenías 13 —por fin pudo hablar, recordar su pasado era lo que más odiaba, bloqueaba sus propios pensamientos para poder seguir siendo "normal".
—Te recuerdo —guardo su arma en la espalda
—¿Sabes algo de la organización?, la vengo buscando desde hace 5 años, pero mi padre, quien me compro no me da ninguna información, necesito encontrarlos y matarlos a todos —apretó su puño
—No, ¿sabes cómo tengo el sello en el cuello y tu en un lugar no visible? —cuestionó sacando un cigarro, mirando a Xiao que negó —simple, era un juguete usado, fui comprado y desechado a los 2 años, después de que comencé a crecer, ya no era bonito, parece que era muy varonil para ellos, tampoco supe nada, el idiota que me compro, se murió de una sobredosis, pero, tú no deberías buscarlos, solo olvídalo y sigue con tu vida —saco el humo de su boca —me voy
—Dame tu número, por favor —tomó su mano —¿podemos seguir en contacto?
—De acuerdo —alzo la mano para recibir el celular de Xiao y anotar su numero como su nombre. —cuídate muñequito —le guiño y salió.
Xiao se quedo ahí un instante, era mucha información que asimilar, sintió la garganta seca, paso sus manos en su rostro, luego salió de aquel callejón abrochando su ropa. Estaba por llegar a fuera del bar, aun le faltaba dos botones para cubrir lo que nadie debe ver, nadie. Quien lo ha visto son algunos amantes, pero la mayoría de veces se maquilla esa herida o simplemente no se quita la camisa, pero para su mala suerte choco con una fuerte y firme espalda. Estaba tan hundido en sus propios pensamientos que dio dos pasos para atrás, no dijo nada hasta subió la vista.
—¿Qué haces aquí? —la voz ronca de Yibo lo hizo salir del trance, pero reamente no tenía deseo de pelear o decir algo, su mente era un coas.
Recuerda las reglas, se obediente, se obediente... conejito.
—¿Xiao Zhan? —el mayor miro como sus manos estaba aun en su camisa, miro el sello, era un relieve, era claro que habia sido con algo caliente, su sangre parecía comenzar a hervir.
No grites, no hables, no respondas, conejito.
Se abrocho como pudo los botones y no miro a Yibo, solo se quedo con la miraba en suelo. Y las palabras de aquel chico sonaban como golpes en su cabeza.
Era un juguete usado. Un juguete, si eso era y él era un: "Conejito blanco".
Yibo no entendía, no sabía que pasaba, pues el chico frente a él, ya no se veía soberbio, con la mirada siempre en alto, con esa sonrisa sarcástica, con la seguridad suficiente para hacerte sentirte poca cosa frente a él, ahora parecía un chico asustadizo. Si no mal recordaba lo había visto salir de un callejón, ¿abrochándose la ropa y con ese aspecto?, alguien quizá lo había tocado, pero era claro que eso no podría pasar, pues Xiao Zhan no dejaba que nadie lo tocara al menos que él quisiera, todo era tan confuso. Y lo odiaba. Si odiaba las sensaciones y emociones que le producía aquel chico de piel blanca.
—¡Maldición di algo! —explotó y tomo del brazo Xiao Zhan, quien tembló.
—Seré obediente, no me lastime, seré obediente, seré obediente —su voz era débil, suave y rota.
—¡Eres un maldito idiota! —y Zhehan empujó a Yibo quien estaba estático, abrazo a su amigo —Zhan, mira, ¿quieres un pastel?, ya sé, iremos a cenar.
El menor abrazo a su amigo, pues el chico lo sabía, no era la primera vez que pasaba, claro que no lo era. Zhehan lo vio muchas veces de esa manera y él sabía cómo controlarlo. No preguntó, no dijo nada, solo estaba ahí, hablándole suavemente, como si su madre fuera.
Yibo que aún no entendía se quedo en silencio, intentando comprender, pero solorecordaba las palabras de la persona que le dio la información.
Fue comprado como juguete.
Se giro para decir algo, pero fue cuando lo vio caer al suelo, aunque Zhehan hizo todo para sostenerlo ambos cayeron. Gong Jun que solo se había quedando mirando sin intervenir, corrió hacia Zhehan y Xiao Zhan. Yibo tardó en reaccionar, pero al final, termino corriendo.
—Vamos a mi carro, llevémoslo al hospital —lo cargó en sus brazos, fue cuando sintió lo delgado de su cuerpo, ¿por qué no lo había notado antes?, claro, estaba muy ocupado pensando con su polla.
—No, al hospital no —dijo Zhehan quien se levanto con la ayuda de Gong Jun —él odia ir al médico, llevémoslo a su casa, es lo mejor
—¡No!, no lo llevaremos ahí, iremos a mi departamento —dijo en tonó de mandato, los chicos solo pudieron asistir, aunque ambos apenas y se miraban.
Gong Jun se subió en asiento del copiloto, mientras Zhehan colocaba la cabeza de su amigo en sus piernas, para acariciar su cabello. Mientras lo miraba de manera triste, aunque realmente el tampoco sabía que pasaba, solo entendía que su amigo estaba sufriendo en silencio.
Yibo se subió para arrancar el carro e ir al departamento que nadie conocía, que nadie podría entrar, pero ya no habia vuelta atrás cruzo esa "Línea peligrosa" y todo se fue a la mierda.
Gracias por leer.
Makishi Konue
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"Linea peligrosa" // YiZhan // ✔︎
Ficción GeneralXiao Zhan es el playboy y modelo más codiciado del país, tiene la fama de acostarse con quien se le venga en gana, nadie se queda a su lado y nadie lo hace doblarse y rogar. Nadie hasta que llega un CEO que lo cambiara todo, uno muy peligroso. Ambo...