"Linea peligrosa" // YiZhan // ✔︎

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N/A: Contenido explicito y sensible (si no te gusta no leas)

Las luces se apagaron de golpe dejando a un Yibo desconcertado, ante todo, busco con la vista a Xiao Zhan y a su acompañante, pero no vio más que algunos hombres colocándose un antifaz, estaba confundido y sobre todo sentía los nervios de punta, lo que estaba ocurriendo era muy peligroso, pero no podía perder la calma o si no, todo se iría a la mierda.

—Mis queridos invitados, en sus manos está una tarjeta negra con dorado, eso servirá para abrir las puertas de este lugar, podrán escoger su juguete preferido —pronuncio Lee.

Los periodistas que había infiltrado Zhan tampoco estaban así que lo ocurriera en ese lugar se quedaría ahí, por otra parte, pudo analizar que las puertas estaban fuertemente cerradas, al igual que todas las ventanas, no podía llamar a sus hombres para que lo sacaran de ahí por lo que su única opción era jugar ese maldito juego.

Maldijo y se mordió el labio inferior, para comenzar a caminar, los demás hombres con antifaz puesto comenzaron a recorrer todo con una sonrisa en sus labios, indicando que ellos eran parte de la organización. En su mente solo estaba buscar y encontrar a Zhan sacarlo de aquel lugar y llevarlo consigo. Su corazón latía fuertemente hasta un punto doloroso.

Camino unos pasos para estar frente a una puerta con un letrero en latín. Saco su móvil, busco el traductor y lo coloco en modo cámara.

"Fracti Pupa"

Y fue claro: "Juguete roto", fue lo que la traducción le mostro. Con eso en la mente su mano tembló al colocar la tarjeta, si bien era un hombre fuerte, que golpeo incluso mato a las personas, en ese momento solo era un niño perdido y confundido. Todo y cada uno de sus sentidos estaban aturdidos ante lo que parecía algo que no debería ver.

Abrió la puerta y lo que vio lo hizo dar un paso atrás, tomo su boca con su mano evitando vomitar. Cerro la puerta de golpe y comenzó a respirar erráticamente. Lo tenía claro estaba en el mismo infierno. Pero no se podía quedar ahí sin hacer nada, tenía que buscar a Zhan a toda costa.

Se incorporo con el sudor recorriendo su frente, abrió puerta tras puerta para encontrarse con cosas horribles. Sentía que sus fuerzas se iban, pero solo imaginar que Zhan fuera uno de los que estaba dentro de esas habitaciones lo hacían tener un poco más de fuerza para seguir avanzando hasta que se topo con Lee.

—Oh señor Wang ¿se divierte? —pronunció con una fría sonrisa.

—¿Debería? —cuestionó molesto

—Es que es sabido su gusto por lastimar a las personas pensé que si usted jugaba y mirara como son torturadas algunas personas esto le parecería divertido —prendió un puro

—¿Fui invitado para ser castigado? —apretó su mandíbula

—Claro que no, pero es que realmente usted no sabe que todos los actos tienen su consecuencia, vera, usted hirió a un amigo y este me pidió el favor de poder, digamos, vengarlo, por lo que todo fue muy bien armado —dio una calada a su puro.

—¿Incluso Zhan?, por eso insistió que el trabajara conmigo —la sangre comenzaba a hervirle

—No, mi hijo solo estaba ahí para saber si le sacaba algo información, ese chico es una verdadera zorra y todos terminan a sus pies —lo miro —fue entrenado para complacer a sus amantes, y estos terminan locos por él, por su sumisión, por lo que jamás pensé que usted siendo un hombre tan fuerte, terminara de la misma manera que todos —sonrió —eso fue una sorpresa

—¿Qué te hace creer que yo siento algo por tu hijo? —empuño su mano con molestia

—No afirmo nada, pero dime, ¿Qué buscas?, ¿la salida? —volvió a darle una calada a su puro —yo te puedo enseñar la salida, y no te preocupes por tu acompañante, como los acompañantes de los demás, están en otro lado de la mansión en una espectacular fiesta —alzó la mano —¿entonces nos vamos?

Yibo se quedo mudo, su cuerpo no reaccionaba, quería golpearlo, quería matarlo, a irse de ese lugar, pero en su cabeza solo rebotaba el nombre de Zhan por todos lados.

—¿Y Zhan? —musitó

—Ja, ja, ja... mi hijo fue desobediente y ahora debe estar siendo castigado, pero, —puso su dedo en su barbilla —creo que no es un castigo, ser golpeado y violado por 4 hombres, con lo zorra que es, debe estar pasándolo muy bien.

—¿Dónde está? —la poca paciencia de Yibo se estaba agotando. —¿Qué quieres para soltarlo?

—Nada Yibo, —sonrió —quiero verte de rodillas, pero ahora es muy pronto. Sigue buscando quizá lo encuentres.

Se quito de su camino dándole una ladina sonrisa. Yibo golpeo la pared, estaba atrapado en un juego peligroso, en el cual era un maldito ratón en un laberinto sin fin. No entendía como una persona como él estaba atado de manos ante un grupo de personas asquerosas, cuando él era fuerte, él era...

Un disparo interrumpió sus pensamientos y su corazón se oprimió dentro de su pecho.

Corrió con desesperación ante el sonido, suplicando al cielo que no fuera esa persona, por primera vez daría todo, incluso arrodillarse para que esa persona estuviera viva.

Llego a una puerta que estaba entre abierta y entonces entre la oscuridad lo vio.

En aquel cuarto había otra puerta que llegaba a los pasillos ocultos de la mansión. Dentro estaba Zhan, desnudo con heridas en su cuerpo, con el sello recién marcado con fuego, pues este sangraba y estaba rojo. Su mandíbula temblaba mientras sostenía un arma. Giro su vista hacia donde estaba apuntando y su acompañante estaba sostenido con cadenas al techo.

—S-suéltenlo o l-les volare l-los sesos —era claro que intentaba ser firme, aunque su voz se quebraba tenía miedo —¡A-ahora!

Los hombres rieron soltando al chico, el cual se arrodillo mientras temblaba, Zhan camino sin dejar de apuntarles, lo abrazo y Yibo lo escucho susurrar —Lo siento, lo siento tanto, lo siento, por favor perdóname.

¿Por qué perdía perdon?, ellos ni siquiera debían pasar por esto. El tiempo se detuvo, no supo cuando su cuerpo se movió de esa manera. Golpeo a cada uno de los presentes de una manera tan fuerte que se escuchaba el sonido de sus huesos rotos. La sangre manchaba el suelo. Solo quería hacerlos pedazos, pero el sonido del seguro de un arma lo detuvo, para girar su vista.

Había un arma en la cabeza de Xiao Zhan.

—Yo compre este conejito, pero se ha portado mal, ¿sabes que se le hace a un perro que muerde a su dueño?, es sacrificado. 

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