Capítulo 6

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HAZEL

Al llegar al campus, caminamos por los pasillos yendo a su habitación. Fuera de la habitación estaban Liam, Adam, Daniela y... James.

Noté como el cuerpo de Hazel se tensaba a mi lado, pero aún así no paró de caminar hasta que llegamos a ellos.

—¡Hey chicos! —Daniela fue la primera en saludarnos—. Espera, tú no dormiste aquí.

Daniela alternó la vista entre Hazel y yo con una mirada, perversa. Y sabía lo que estaba insinuando. Cosa que me hacía revolver el estómago...

—Sí... —Empezó Hazel algo incomoda—. Te lo explicaré luego.

—Ajá —Asintió Daniela aún con su sonrisa perversa. Yo la miré negando con la cabeza.

—Bueno, volviendo al tema importante... —Empezó Adam—. Tenemos un pequeño problemita.

—Tus problemas no pueden llamarse problemita—Espetó Liam con cara de querer matarlo.

—Cierra la boca —Lo miró Adam con mala cara—. Bueno, el caso es que... me encontré un conejo muy lindo y lo traje aquí.

—¿Que tu qué? —Pestañeé varias veces mirando a Adam pensando que estaría bromeando, pero no.

—Que el idiota de Adam se trajo un conejo al campus —Resumió James—. Y ya le tiene nombre.

—Es una coneja —Refunfuñó Adam—. Y la nombré...

—¡La nombró Danielita! —Chilló Daniela—. ¿No es lindo?

—No —Espeté.

—¿Que tiene de malo? —Preguntó Adam, indignado.

—Que aquí no se permiten animales, por ejemplo —Dije secamente.

—Podríamos esconderla —Propuso Adam pero todos negamos, menos Daniela que estaba de acuerdo con Adam.

—Soy tu compañero de habitación y no me gustaría para nada meterme en problemas —Declaró Liam—. La sacas de la habitación ya mismo.

Liam se alejó de nosotros y Adam lo siguió mientras seguía refunfuñado. Cuando volví a la realidad, noté que James no apartaba la mirada de encima de Hazel. James se dirigió a ella sin vergüenza alguna.

—Hazel, ¿podemos hablar?

—No —Fue lo único que le respondió irritada, pero su rostro se suavizó al mirarme—. Gracias por traerme.

—Por nada —Sinceré antes de que ella se adentrara con Daniela en la habitación.

Mi mirada se dirigió a James. Tenía la mirada baja, pensativo. Parecía melancólico.

—¿Que sucedió entre ustedes? —Pregunté directamente.

—¿Que quieres decir?

—Se nota que su relación no terminó muy bien.

—No. Pero no creo que a ella le guste que yo esté contándole a todo el mundo la razón de porque terminamos.

Sabía que esa no era la razón.

—Ya.

Él suspiró aún melancólico como si recordara algo y esbozó una sonrisa triste.

—Ella era perfecta... —Confesó.

—Ella es perfecta —Le corregí con un tono bastante frío en mi voz. Intenté ocultar lo sorprendente que fue decir eso en voz alta o tan siquiera pensarlo... Pero mantenía mi posición.

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