Capítulo 2

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HAZEL

Al final había ganado el amigo de Daniela, todos gritaban eufóricos. Esbocé una sonrisa cuando vi que Daniela, Adam y Liam se acercaban al chico para felicitarlo.

Yo, como no quería quedarme sola los seguí. Después de que algunos chicos y chicas felicitaran al chico como si de una celebridad se tratase Adam y Liam le dieron un pequeño abrazo.

—Sabía que ganarías —Aseguró Liam orgulloso.

—¡Jaden, felicidades! —Daniela también lo abrazó amistosamente.

—Gracias —Se limitó a decir Jaden mientras se quitaba los guantes de sus manos.

Mi vista se desvió al ver a una chica y un chico. La chica intentaba zafarse del chico que la quería abrazar a la fuerza, pero era inútil. No fui la única en darme cuenta.

Jaden, se giró y miró en la misma dirección que yo. Su mandíbula se apretó, se levantó de su moto y se dirigió decidido hacia ellos con una notable ira.

—¿Esa no es...? —Había empezado a hablar Adam pero se cortó al hacer una mueca, Jaden le había propinado un fuerte golpe en la mandíbula al chico.

—Elena —Completó Daniela también observando la escena.

Aquel chico cayó al suelo pero su mirada de odio no se esfumó aún con tremendo golpe que le habían dado. El se levantó y se pudo ver le diferencia de estatura, Jaden era mucho más alto que el, por lo que aquel chico no intimidaba ni un poco a Jaden.

Noté como Elena lloraba. Por instinto me acerqué a ella. Me coloqué a su lado y pude escuchar la conversación que tenían aquellos. 

—Te dije que no volvieras a acercarte a ella —Le espetó Jaden con la respiración acelerada.

—¿Por qué tú lo dices? —El otro soltó una pequeña risa tambaleándose, apestaba a alcohol.

Yo al ver el estado de Elena, la agarré de la mano y me la llevé lejos de allí. Ella no se inmutó en preguntar quien era yo y porque me la llevaba, solo camino sumisa a mis pasos hasta acercarnos a los chicos.

Me di cuenta que tenía el brazo enrojecido debido a un agarre fuerte, casi que tenía dedos marcados ahí. Elena es muy flaca y pálida, por lo que es muy fácil provocarle este tipo de cosas.

—¿Sientes algún otro dolor? —Le pregunté a Elena agarrándola delicadamente de sus mejillas, examinándola con la mirada.

—No...

Se notaba que Elena era mucho menor que yo. Su pelo era negro hondulado, piel pálida, ojos azules, nariz perfilada, baja estatura y tenía una sonrisa muy hermosa. Muy parecida a Jaden, solo que Jaden tenía el pelo rubio, casi blanco.

Luego de unos pocos minutos, Jaden corrió hacia Elena casi empujándome.

—¿Estás bien? —Le preguntó a Elena revisando su rostro.

—Estoy bien. No es nada.

Jaden agarra el brazo de Elena y sus ojos se llenan de ira de nuevo.

—¿No es nada? —Repitió Jaden irónico antes de dejar caer su brazo.

—Sí, yo...

—Jaden, si quieres puedo llevarla yo a casa —Intervino Liam—. Tienes que reclamar tu dinero y no te iras dentro de unas horas, volveré en seguida.

Jaden asintió y luego Elena se marchó con Liam. Daniela estaba en la barra del bar tomándose otra cerveza.

Miré a Jaden, él estaba mirando hacia otra dirección, pensativo. Me quedé mirándolo unos momentos sin que se diera cuenta. Me dispuse a mirarlo mejor. Su tez clara resaltaba con sus ojos azules claros. Su mandíbula era pronunciada y tenía la nariz perfilada. También llevaba tatuajes, muchos, más que Adam y Liam.

Mi mirada se bajó hacia sus nudillos, se encontraban en un estado no muy agradable.

—Eso no se se ve bien —Dije haciendo una mueca. El tatuado me miró y frunció el ceño.

—¿Que?

—Tus nudillos —Agarré su mano con una confianza que hasta a mi me sorprendió, mientras él me miraba confuso—. ¿Me dejarías...?

—No —Fue lo único que dijo y quitó su mano de la mía bruscamente para luego alejarse.

Pestañeé dos veces como una estúpida, ¿que fue eso? Solo quería ayudarlo, su comportamiento es muy irritable. Me dirigí hacia Daniela. Ella seguía tomando de su cerveza canturreando una canción que sonaba por todo el bar. Me senté a su lado.

—¿Quien es Elena? —Pregunté antes de pedirme una cerveza.

—La hermana de Jaden —Respondió Daniela arrastrando las palabras. ¿Cuantas cervezas se habrá tomado?

—¿Me extrañaron? —Liam se hizo presente en medio de nosotras.

—Pero, si solo te fuiste por unos minutos —Daniela frunció el ceño.

—Por eso —Dijo Liam pidiéndose algo para tomar.

—¿Como viste a Elena? ¿Está mejor? —Cuestioné al tomar un trago de mi cerveza.

—Bien, la vi más tranquila.

Suspiré aliviada. Elena me pareció una chica especial.

Luego de varias rondas de cervezas, whisky, tequila y bailar, ya era muy tarde. Calculaba que eran más de las dos de la madrugada.

Adam le sujetaba el pelo a Daniela mientras ella vomitaba en una esquina. Liam hablaba algo que no tenía sentido con Jaden, este solo se limitaba a asentir sin mucho interés. Y yo, creo que era la más sobria, además de Jaden, no había tomado casi nada y estaba sola a un lado de la barra.

Me dolían los pies y ya quería irme. Pero en el estado que estaba Daniela no podría llevarme ni a la salida del bar.

—Chicos, yo llevaré a Daniela en mi coche —Adam sacó de su bolsillo las llaves del coche de Daniela—. Ustedes vengan en el coche de Daniela.

Le entregó las llaves a Jaden y se llevó a Daniela casi a arrastras fuera del bar haciéndome sonreír. Miré los dos chicos a mi lado. Liam se levantó de su taburete y le pidió las llaves a Jaden pero este negó.

—Conduzco yo —Dijo Jaden y se dirigió a la puerta del bar.

Liam y yo seguimos a Jaden hasta el coche de Daniela. Liam se subió al asiento del copiloto, Jaden al asiento de piloto y yo en el asiento de atrás.

Al llegar al campus vimos a Adam y a Daniela frente a la puerta de nuestra habitación. Nos acercamos a ellos, Adam fue el único que reaccionó.

—Jaden, ¿por qué no te quedas en una habitación? —Sugirió Adam.

—No quiero dejar a mi hermana sola —Se explicó Jaden sin más.

—¿Y como te irás?

—Yo me las arreglaré. Buenas noches, nos vemos mañana.

Jaden hizo un gesto de despedida y se perdió por el pasillo. Adam y Liam hicieron lo mismo.

—¿Puedes levantarte o tengo que hacer de grúa? —Bromeé al ver a Daniela sentada en el suelo.

—Si lo hicieras te vomitaría encima, no es muy recomendable —Murmuró y se levantó dificultosamente.

Abrí la puerta con las llaves y Daniela corrió hacia su cama como si fuera lo que más ha extrañado en estas últimas horas.

—Buenas noches, compañera —Murmuró antes de quedarse dormida.

Me dispuse a ducharme, ponerme mi pijama y acostarme en mi cama, cerrando mis ojos.

FlawleesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora