Capítulo 8

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                               HAZEL

Abrí lentamente mis ojos sintiendo un brazo fuerte y duro rodeando mi cuerpo. Miré de reojo a la persona a mi lado y me enrojecí por completo. Era Jaden.

Sentía su caliente respiración en mi nuca cosa que me hacía estremecer, ¿no que iba a dormir en otro sitio? Es decir, es su cama lo sé, pero... no lo sé, no pensé que se acostaría aquí, conmigo.

Intenté apartar su brazo de encima mío pero al intentarlo el murmuró algo en mi oído apretándome más hacia él. Abrí los ojos de golpe al sentir su cuerpo más pegado al mío y su olor más cerca.

Me gustaba su olor, era varonil pero no como cualquier olor, era su olor, diferente a cualquier otro y me gustaba. Tenía su propia esencia combinado con un perfume suave pero no tanto. Me permití disfrutar de ese olor como una idiota. Cosa que no debía hacer.

Hasta que tocaron la puerta de la habitación. Seguramente era Elena.

Tocaron con existencia pero Jaden no se movía, solo lo hacía cuando intentaba apartarme de él. Me aparte bruscamente de él haciéndolo despertar.

—¿Que...? —Se estrujó los ojos y luego miró la puerta con mala cara—. ¿Qué quieres Elena?

¿Que le daba igual que había dormido conmigo? ¡Me estaba abrazando! No era que me molestaba mucho pero...

—¡Tengo hambre! —Gritó al otro lado de la puerta y no pude evitar sonreír.

—¡Ya voy, pesada! —Gritó Jaden y me miró—. Buenos días, Hazel.

—Buenos días, Jaden —Se levantó de la cama. Solo llevaba un bóxer como ropa. Enrojecí.

—¿Dormiste bien? —Preguntó al bostezar otra vez.

—Sí.

Asintió y sin más entro al cuarto de baño sin molestarse en cerrar la puerta. Sacudí la cabeza, salí de la habitación y bajé las escaleras al salón.

Vi a Elena acostada en un sofá mirando al techo como si estuviera pensando en algo interesante. Enarqué las cejas al acercarme a ella.

—¿Donde está Jaden? Tengo hambre.

Bien... ¿en serio no le sorprendía ni un poco mi presencia allí? ¿no le molestaba?

—Podría hacer el desayuno, otra vez. ¿Que te parece?

—¡Sí! Y me encantaría ayudarte —Y luego corrió entusiasmada a la cocina, parecía más pequeña de lo que ya era. Notaba que tenía sus momentos de humor.

Juntas hicimos un desayuno. Unos Wafles con fresas, huevo con tocino y jugo de naranja. Hicimos suficiente para los tres.

[***]

Jaden y yo pasamos gran parte del día estudiando, ya parecía que viviera en su casa. Y ya me sentía como una intrusa.

—Vendrán los chicos a casa, ¿te quedarás? —Dijo sin despegar la mirada de su móvil.

—Claro, supongo —Respondí jugando con mi collar. ¿Por qué me ponía tan nerviosa cuando estaba cerca de él? Aún seguía sin tener respuesta a esa pregunta.

Luego de media hora el timbre sonó. Pensé que sólo serían nuestros amigos pero habían dos personas que no conocía de nada, una chica y un chico.

—¡Fiesta! —Gritó la conocida voz de Dani mientras entraba con dos botellas de alcohol.

—Hola —Saludé tímidamente ganándome la atención de todos y cuando digo todos es porque, literalmente todos voltearon a mirarme.

—Sabía que estarías aquí —Sonrió Dani—. Ahora, vayamos a tomarnos estas botellas al jardín.

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