Día diez: Parche

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Pareja: Stoward. Continuación.

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Howard Stark pensó mucho sobre lo que hablo con su buen amigo Jarvis. Aún se cuestionaba hacer aquello que veía tan bárbaro y de alguna manera violento, entiende que es parte del instinto, en algún punto su pareja querría aquella muestra de amor y unión. Él haría lo que sea por su pequeño rubio, pero esto... tuvo que mentalizarse, y el tiempo estuvo de su parte hasta cierto punto ya que, el celo de Steve se presentó.

James el mejor amigo del Omega lo llamo para que fuera en su ayuda, el rubio no quiso decirle y por ello, ahora está sufriendo dolores en una cama. Su lobo rugió preocupado e indignado por no ser llamado, apenas el azabache le dijo que fuera a su casa, salió de la mansión como alma que lleva el diablo. Cuando llegó las suaves pero ardientes feromonas de su pareja atacaron sus fosas nasales, haciendo a sus encías picar. Gracias a Dios Bucky es de la misma casta que su amigo.

—Los dejaré solos. Por favor cuídalo y sobre todo, no destruyan mis cosas—rogó entre nervioso y divertido.

—Por supuesto, ahora vete, no quiero hacerte daño.

El de ojos fríamente azules asintió para tomar sus cosas y huir de su hogar rápidamente. Por dos días la casa será territorio de aquella pareja, por lo tanto que otro Omega invada ese terreno con el Alfa al mando presente es... una mala idea.

El único Stark de la familia se acerca a pasos rápidos hasta la habitación donde salen pequeños jadeos y gemidos con su nombre. Su pecho se infla orgulloso, emite un gruñido gutural llamando a su pequeño chico.

—¿Howard...? Alfa...

—Aquí estoy dulzura—sonríe con la mirada oscurecida y dilatada.—cuidare muy bien de ti, mi Omega.

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Luego de que su ciclo de calor terminase, tomo dos días más para recuperarse. Se sintió muy avergonzado con el Alfa por haberse comportado de forma infantil, le confesó que no le notifico sobre su celo por que estaba molesto, ya que no quiso morderlo. No quería verlo por la pena que esto le causaba, pero Howard solo lo abrazo y le aseguro que no tenía porque preocuparse, que no estaba enfadado, nada más un poco indignado.

Claro que dejando esto de lado, el Omega se encontraba muy feliz ya que su sueño al fin se cumplió. Stark lo marco en la segunda ronda de pasión, siguió su instinto, solo que su parte racional le hizo hacerlo de forma suave y cuidadosa, no tan profundo y doloroso. No encajo los dientes como debería ser. Aún así se estableció una conexión más fuerte entre ellos.

Ahora Steve Rogers mostraba con orgullo un parche cuadrado que cubría su glándula Omega algo hinchada. Lo usaría mientras terminaba de cicatrizar, normalmente se usaba para desvanecer las feromonas del ambiente, pero también para curar o cubrir las marcas de los colmillos. Nadie le quitaba su sonrisa emocionada. Se sentía tan completo, que por fin le pertenecía a su Alfa.

—Yo... lamento haberte presionado por esto, pero aún así, muchas gracias.

—Todo por mi dulce compañero—froto sus mejillas haciéndoles ronronear de puro gusto.—comprendí que es algo inevitable, al menos evite hacerte daño.

—Si, eres el hombre más bueno y genial del mundo.

Se abrazo al mayor, para después ponerse de puntillas y alcanzar sus labios. Howard cargo a su pequeño Omega sin romper el contacto. Fue lo mejor decisión que a tomado en años.

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Lamento tardar, pero finalmente estoy aquí. No quería retrasarme 😓. En fin, público el de este día en un rato, los quiero 💕.

Omegacember𝟸𝟶𝟸𝟸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora