Mariposa dormida

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Todo pasó muy rápido ese día. Había partido temprano al pueblo a buscar unos encargos para Shinobu, pero al regresar a casa no la encontró. No le dio importancia enseguida a su ausencia, pero a medida que fueron transcurriendo las horas comenzó a preocuparse le parecía extraño, ya que era su día libre.

Por un momento se conformo pensando que tal vez fue a visitar a personas de la zona más necesitada para prestarles atención médica. Desde que dejaron la vida de cazadores se había dedicado a la farmacéutica y la medicina, más bien ella, él prefería acompañarla y ser su asistente.

Sabía que no debía preocuparse, ya no existían demonios que atentarán contra sus vidas. Además, ella era lo bastante fuerte para enfrentar cualquier dificultad. Por lo que el resto de la tarde se dedicó arreglar algunos asuntos pendientes.

"Cuatro horas".

Era el tiempo que había transcurrido desde que llegó y aún no había huella de ella, comenzó a preocuparse un poco por lo general le mandaba avisar con su cuervo si tardaría, pero está vez no era el caso.

"Dos horas".

Se levantó alarmado, era el tiempo suficiente para ir a buscarla, mas aún cuando no era el tipo de persona que se marcha sin avisar. Le haría caso a su intuición iría a buscarla. Primero, pensó en ir a la casa de las hermanas de su esposa, pero algo le decía que no se encontraba en ese lugar. Por eso la opción más fiable era ir a la Finca de Las Mariposas. Sin perder tiempo uso su respiración del agua, para aumentar su velocidad y llegar más rápido.

Miró la finca por fuera, entró a paso a acelerado, el lugar estaba vació, era el día de descanso. Fue hasta el despacho de su esposa con la esperanza de verla, pero abrir la puerta no se encontraba vació. Por lo que disidió recorrer todo el terreno, pese a ello no había rastro aparente de la chica insecto.

Estaba a punto de marcharse, cuando paro en seco y, recordó que hace poco habían trasladado un pequeño laboratorio en el patio de la finca. Fue hasta allá sin perder tiempo, la ansiedad comenzaba a dominarlo, al llegar lo primero que diviso fueron las luces prendidas. Suspiro aliviado, la sacaría a rastra del laboratorio, para que se tomara un descanso y luego de eso la regañaría por estar trabajando en su día libre.

Giró el pomo de la puerta y lo primero que sintió al abrirla fue un olor pesado, parecido al amoniaco, y lo segundo fue terror al verla tendida boca abajo en el piso, se acerco hasta ella y con cuidado la volteó, rostro estaba pálida como un trozo de papel. Tomó su muñeca y espero unos segundos; para su alivio había pulso.

Trato de hacerla reaccionar moviéndola un poco-¡Shinobu, por favor despierta -colocó su mano sobre su mejilla,-¿Qué te sucedió? - Le preguntó, a pesar que sabia que no le respondería.

Miro a su alrededor en buscando una explicación a su desmaya, mientras la abrazaba a su cuerpo. En el suelo a unos centímetros de ellos se encontraba un frasco roto lo tomó y leyó la etiqueta", no tenía idea de lo que era, opto por guardarlo en el bolcillo de su yukata. No perdió más tiempo y se fue de la finca necesitaba ayuda, aún sus conocimientos eran muy primarios para poder socorrerla y si era lo que creía iba necesitar toda el apoyo posible.

Se dirigió hasta la casa de Kanao, Aoi y las trillizas. Por suerte quedaba a uno metro de la finca, entró la puerta de una patada . Al instante aparecieron las protegidas y hermana de su esposa en modo de defensa, pero al ver la situación quedaron impactada.

-Necesito su ayuda, no tengo el todo claro de qué paso, pero es probable que haya inhalado una sustancia tóxica en el laboratorio- atino a decir con Shinobu inconsciente en sus brazos.

-Aoi-chan, puedes trae el botiquín -Dijo Kanao.la chica de ojos azules salió rápido en su busqueda.

-Tomioka-san, lleve a mi onee-san a la habitación de arriba -dijo Kanao.

Aquí estoy, Shinobu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora