Mejor no

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Es qué acaso se había acabado todo con Shinobu. Estaba frustrado y sobre todo enojado; no mentiría perdió el control por culpa de los celos.

No podía dejar de recordar la frase que había dicho la mujer de los ojos violetas "entonces que haces aquí, si lo sabías del principio".

Le dolió y lo peor de todo que de cierta forma provocó la situación. Ella no lo entendería, lo que él percibió cuando entró y vio como un extraño besaba a su esposa.

¿Qué podía hacer? No podía fingir que no estaba enojado. Sentía que ella se avergonzaba de estar casada con él y ese fue el pensamiento que lo hizo tocar fondo.

Sin embargo, sabía que difícilmente ella volvería a confiar y abrirse a él. Golpe el árbol que tenía enfrente, dejando su puño marcado en la madera.

–Tamioka-san –se volteó sorprendido.

–Tanjiro eres tú –No pudo ocultar la alegría que le daba verlo, hace tiempo no los visitaba.

–Sí, soy yo Tamioka-san­ –sonrió animado el chico kamada­– ­­, vine a la finca a pedirle unas medicinas a Shinobu-sama –dijo en tono amable.

–Ya veo me alegro de verte.

–Tamioka-san, ¿estabas entrenado?

Miró unos segundos a Tanjiro antes de contestar–. Pelee con Shinobu, no terminaron bien las cosas, es más creo que se acabó –soltó finalmente.

–Eso explica porque hueles a tristeza –dijo concentrado–. Pero también hueles a ira ­–dijo sorprendido de pronto.

–Es una historia un poco larga Tanjiro ­–, el chico lo miró de manera amable.

–Shinobu-sama, es muy comprensiva porque no vas hablar con ella, ¿estoy seguro que te escuchará?

–Kanao, no te dijo ¿verdad?

Negó algo avergonzado antes la mención de la chica.

–En resumida cuenta; sufrió un accidente y no me recuerda.

–Eso es verdad –dijo sorprendido–, porque no me contó en las cartas que me envió.

–No quería hablar con nadie de esto, pensé que así sería más fácil sobre llevarlo.

–No creo que sea lo mejor Tamioka-san, pero entiendo que debe ser complicado.

­–Sí, estaba logrando que confiará en mí de nuevo, pero termine hiriéndola y la verdad ya no sé qué debería hacer­ –dijo con frustración–. Siento que estamos en una escalera y cada vez que logramos subir un escalón, pasa algo y bajamos diez.

­–Sé qué no es mucho en lo que puedo ayudar. Pero sé que vale la pena intentar subir ese escalón de nuevo.

–Por qué lo dices...

–Hueles amor igual que siempre, no creo que amando una persona debas rendirte.

–Es verdad la amo–admitió–. Pero tal vez Shinobu, no se siente feliz conmigo y no puedo obligarla que se quedé, no de esa forma Tanjiro.

­–Puede ser...pero debes hablar con ella y si te quiere o no, que lo escuches de su boca.

­–Te has vuelto muy maduro –. Bromeó mientras posaba su mano sombre su hombro.

Tanjiro se rio un poco avergonzado.

                             ****

Después que se fue Giyu, llegaron las mariposas menores a prestarle ayuda.

Aquí estoy, Shinobu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora