Salió de la finca y caminó solo un par de pasos cuando paro y suspiro cansada, sabía que se había comportado de forma infantil: de verdad ese hombre lograba sacarle su peor lado, y siendo honesta tampoco iría a ver nadie solo quería ir a la casa de su hermana a dormir. No quería dormir en el mismo lugar que Tamioka-san, menos con su maestro rondando tan de cerca, y agradecía a todos los dioses de no haber metido la pata, cuándo se lo encontró en el pueblo.
–¡Shinobu, espera! –Dijo el pelinegro de repente para llamar su atención, venía caminando detrás de ella.
–Tamioka-san, ¿por qué me sigues? –soltó cansada, se volteó quedando enfrente de él.
–Por qué no te voy a dejar salir en medio de la noche sin estar seguro que vas estar bien–. Respondió llegado a su lado-, la última vez terminó contigo intoxicada en el laboratorio.
Cerró los ojos y respiró, no quería seguir peleando–. No, me pasará nada. Estoy bien, ¿ya te puedes ir?
–No –respondió tajante-, te llevó escuchando decir siempre lo mismo, y resulta que no estabas bien. No voy a caer en eso de nuevo.
-¿De nuevo en lo mismo?–. Por un momento sintió que ya había vivido la misma situación, pasó su mano sobre su cabeza tratando de recordar cuando fue eso.
–Te sientes mal –preguntó acercándose más ella preocupado.
–No –aclaró alejándose un poco de él–, es solo que esto me parece familiar, debe ser las secuelas por el accidente.
–¿Puedes volver a la finca? De verdad no quiero que te vayas, no ahora te notó extraña.
–De verdad te interesa saber cómo estoy, o es solo que quieres saber a dónde voy.
–Solo quiero saber qué vas estar bien. Mi deber es cuidarte, recuerda te lo prometí y tu prometiste confiar en mí
–Tamioka-san, ¿de qué sirve eso? Si no confías en mí, ya me lo dejaste claro que no confías, a pesar que yo si estaba dispuesta a confiar en ti–. Lo que más le había dolido fue a verse abierto a él y que dudará de ella-. Además, pensé que estabas cansado de mí, me lo dejaste bien claro esta mañana.
–Lo sé, pero perdí el control, entiéndeme no sabes que sentí al ver que tenía a ese imbécil encima tuyo -explicó con frustración–. ¡Verlo besando a mi esposa!, por muy accidente que sea es más de lo que puedo soportar.
–Lo iba a empujar antes de que entrarás –reveló.
–Lo sé –se lamentó–, te molesta que te toquen personas extrañas.
–Pero...entonces sí lo sabías, porque dijiste todo eso.
–Porque me morí de celos de ver como un extraño en todo este tiempo se acercó más a ti, que yo en estos casi cinco meses.
–Pero solo era un paciente...
–Y que fue accidente, verdad, pero no es tan fácil Shinobu.
–Podrías explicarme entonces no te entiendo, es difícil para mi entenderte.
–Escúchame, lo sé no fue mi mejor reacción ni palabras. Y lo lamento en verdad, no quiero que sientas que te presionó, pero desde que pasó todo ciento que te desligaste por completo de la idea de que estamos casados –. La miró a los ojos, antes de volver hablarle-, para mí a pesar de todo y aunque no estemos juntos como pareja, como tal, te sigo respetando como mi esposa.
–Tamioka-san, yo nunca te prometí que sería tu esposa, te prometí confiar en ti.
–Te entiendo –dijo con melancolía mirando hacia el cielo–. Pero lo eras y hacerme a la idea de que no, no es tan fácil. No puedo evitar mirarte y pensar que debo tener cuidado de no sobre pasar el límite.
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Aquí estoy, Shinobu
FanfictionNadie esperó que ellos terminará juntos y tuvieran la vida que siempre desearon. Sin embargo, por culpa de un accidente la vida que había logrado hasta ahora se vería amenazada.