De apoco fue abriendo los ojos encontrándose de frente con Giyu, quien se encontraba profundamente dormido; para su suerte pensó.
Se sorprendió de tenerlo tan cerca, en ese momento recordó que le permitió dormir en su habitación, ella misma se sorprendió de dejarlo entrar. Se cuestionaba que era lo que estaba sintiendo ahora, no podría decir que era amor, pero seguramente era muy parecido a eso lo que comenzó a sentir...o tal vez a recordar, se debatió.
¿Se podía recordar un sentimiento y no a la persona qué lo provoca?
Era frustrante, el no saber nada de la persona que tenía enfrente, podía intuir muchas cosas de él, por ser una historia parecida la de ser cazadores. Pero, la parte en que todo acabó y "comenzaron hacer personas normales", si se podía llamar de alguna manera; era un misterio para ella.
Se quedó pegada mirando sus facciones, se sorprendió de los finas que era pese a ser un chico, estiró su mano con la intensión de rosar su mejilla, fue consciente de lo que iba a hacer y se retractó avergonzada antes de poder tocarlo.
No podía seguir a su lado, sería vergonzoso esperar que despertará, se levantó y salió en silencio de la habitación.
Aún era temprano, por lo que se tomó su tiempo para arreglarse, cuando por fin estuvo lista, fue directo a la cocina, por algo de comer. Sin embargó, unos golpes provenientes de la puerta principal la hicieron desviarse se su camino e ir hasta allá.
¿Quién podría estar tocando tan temprano?
Casi al mismo tiempo que abrió la puerta debió reaccionar rápido, para evitar que Shiba-san, no cayera encima de ella, por suerte logró afirmarlo a tiempo, pese a la gran diferencia de altura.
-Shiba-san, ¿qué fue lo que te paso?
-Lo siento- fue lo único que respondió entre jadeos-. De verdad no quería... causarte más problema-, habló con dificultad.
Miró a su alrededor buscando alguien que lo acompañara, pero el hombre estaba solo.
-De acuerdo, no hables, después me contarás que pasó -. Asintió a duras penas, mientras intentaba afirmarse de ella, estaba ardiendo lo podía notar solo con tocar su brazo-.Escúchame, debemos entrar parar que pueda revisarte ¿crees ser capaz de caminar?
Tomó un poco de airé con dificultad, antes de asentir.
-Entonces, necesitó que te apoyes en mí. Dime si te cansas, de acuerdo.
Volvió asentir, y de apoco fueron caminando hasta llegar a la sala de curas. Cuando lo estaba ayudando a recostarse sobre la camilla, el perdió el equilibrio dejando que todo su peso cayera encima de Shinobu. Haciendo que los dos terminarán recostado sobre la camilla, con el arriba de ella.
Un en quejido escapó de su boca, el verdaderamente era más pesado de lo que ella pensaba.
-Shino...lo siento-dijo con lentitud, algo aturdido-. Eres hermosa Shinobu-sama -dijo de repente sin sentido.
Agarró toda la paciencia que tenía, para no reaccionar mal, ya que sabía que estaba delirando producto de la fiebre.
-Shiba-san, crees que puedas levantarte.
El entrecerró los ojos y la miró con confusión antes de asentir, estiro sus brazos en un intento de alejarse de ella, pero volvió a perder el equilibrio, provocando que sus caras se encontraran, haciendo sus labios se besaran.
Ya había sido suficiente para ella, usaría la fuerza para moverlo, antes de que pudiera hacerlo. Con una velocidad impresionante Tamioka-san, apareció de la nada, agarrando del cuello al pelirrojo, tirándolo al suelo.
Se levantó de un salto, intuyendo la reacción del pelinegro, se colgó de su espalda antes de que pudiera tocar a Shiba.
-¡Tamioka-san, para no es lo que crees!
-De qué hablas-dijo confundido-, él estaba encima de ti, él te besó yo lo vi -por su tono de voz, noto lo enojado que estaba-. Bájate, Shinobu -Le ordenó.
Al notar que no estaba convencido, envolvió sus piernas a su cintura y se precipito a hablar: - Es mi paciente, está ardiendo en fiebre, no vas a golpear a una persona enferma.
-¿Qué estás diciendo? -dijo levemente sorprendido-, pero porque rayos te beso.
-Está delirando, no me besó perdió el equilibró.
-De acuerdo, no hare nada, puedes soltarme quieres.
Espero unos segundo antes de soltarlo, y acto seguido fue atender al pelirrojo que estaba inconsciente en el suelo de inmediato le desabrocho su kimono, dejando su torso descubierto, pegó su oreja a su pecho, para comprobar sus latidos, tenía el pulsó lento. Levantó su vista hasta su brazo y no pudo ocultar su cara de horror estaba infectado.
-¿Qué sucede? -dijo Tamioka, acercándose a ella.
-Está infectado, necesito que me pases una jeringa y un frasco rojo del primer cajo -el asintió y fue por los implementos y se los entregó, ella sin perder tiempo se lo inyectó en el brazo.
El pelirrojo abrió los ojos, para alivio de los dos-. Lo siento... mariposa -dijo aún aturdido el pelirrojo mirándola.
-Te prometo, que cuando se recupere voy a matarlo -dijo el pelinegro.
-Necesito que me ayudes a levantarlo -dijo ignorando su comentario, Giyu, no pudo disimular su cara de desagrado. Sin embargo, sin mucho tacto lo agarró del hombro casi lanzándolo sobre la camilla.
-De verdad, no puedes tomarlo enserió -reprochó.
-Delirando o no, te mira con cara de cacharro enamorado.
-Por favor, deja de comportarte como un niño no es el momento.
Antes que pudiera contestar el pelirrojo estiro su mano tocando su mejilla, mientras sonreía.
-¿Decías? -dijo Giyu, mientras le agarraba la mano al pelirrojo sacándola de su rostro-. Además, en que momento apareció tu "paciente".
-¡Fuera!- le ordenó. De verdad te estas escuchando, pareces un idiota.
-Claro, tienes razón ¿no? Siempre son las cosas como tu dices y yo tengo que solo asentir, pero seguramente nunca le has comentado a nadie que estas casada -soltó enojado-. Cuanta amabilidad por cierto, no me sorprende. Yo soy el idiota, por pensar que de verdad podría dejarme entrar.
-Entonces que haces aquí, si lo sabías del principio- gritó. Nunca lo habría dicho, pero de verdad estaba molesta y le dolió sus palabras.
-No lo se Shinobu, tal vez tenía la esperanza de que no tendría que mendigar, para recibir un poco de tu amor.
-Te lo he dicho del principio no estás obligado a estar conmigo.
-Eres hermosa...-musito de pronto Shiba desde la camilla.
-Tienes razón, me voy -contestó‐. Hay muchos, esperando por ti querida, mejor me salgo de la fila.
Se fue de la habitación y por una vez no supor que decir.
-Lo siento, shinobu-sama -habló de repente Shiba.
-Por que dices eso, Shiba-san -le dijo sonriendo.
-Por hacerte llorar.
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Hola personitas que leen la historia, espero que le guste el cap, la verdad que todo se puso intenso ahora, me costó escribir esto, todo tenía un tono mucho más negro, pero lo volvía a escribir, creo que ahora quedo menos dark.
Además, me gustaría que me ayudarán diciéndome qué opina de la discusión, por otra parte si encuentra que alguno tiene la razón.
Los quiero y nos leemos pronto!
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Aquí estoy, Shinobu
FanficNadie esperó que ellos terminará juntos y tuvieran la vida que siempre desearon. Sin embargo, por culpa de un accidente la vida que había logrado hasta ahora se vería amenazada.