(¡EN EDICIÓN!)
Namjoon y Jin no esperaban tener tanto chamaco, pero a final de cuentas así pasó. Una familia divertida, desastrosa, numerosa, inigualable y, sobre todo, amorosa.
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- Kai levántate. - el chiquillo se quejó, en cuanto sintió que alguien movía su cuerpo con fuerza.
- No, cinco minutos más, aún no es hora ir a la escuela. - renegó.
Soobin suspiró.
El mayor había dejado que Kai se fuera a dormir con él esa noche, pero debían despertar temprano para una sorpresa que habían organizado los tres hijos mayores de los Kim.
- ¡Maldición Kai! - exclamó entre susurros.
Harto de la situación, empujó a Kai fuera de la cama.
- ¡Auch! - su trasero y espalda dolieron en cuanto impactó contra el frío suelo.
Pero, Soobin le tapó la boca, el menor, asustado, miró a su mayor, Soo le sonrió con tranquilidad.
- Haz silencio y sígueme. - ordenó.
Kai asintió y lo siguió fuera de la habitación. En el pasillo, se encontraron con Jungkook y Yoongi, los mayores llevaban en brazos a los menores que no quisieron despertar; Riki y Jungwon. Luego, estaban Tae y los mellizos, quienes tenían cara de cansancio y estaban modorros.
- ¿Qué está pasando? - Jake preguntó tallando su ojito izquierdo con el dorso de su mano.
Jay iba a preguntar lo mismo, pero un bostezo lo interrumpió.
- Es una sorpresa. - les respondió Yoongi, hizo una seña de que guardaran silencio, y bajó las escaleras siendo seguido por todos sus menores.
- ¿Seguros de que puedo conducir? - Soobin preguntó, admirando las llaves que posaban en sus delgadas y blanquecinas manos.
- Sabes conducir. - le restó importancia Yoongi.
- Sí, pero no tengo licencia. - le dijo con obviedad.
- Tranquilo, si pasa algo, yo me hago cargo de la responsabilidad. - le aseguró.
- Que esperemos y no pase algo malo. - Jungkook pidió mirando al cielo.
Se dedicaron una última mirada y entraron a los coches que cada uno tomaría prestado, cabe aclarar que esos autos eran de sus abuelos, pero era lo de menos, ¿no?
Salieron del recinto, hacía la carretera.
Riki despertó por culpa del aire que le molestó, por unos segundos, en su carita.
- ¿Qué...? - su pregunta quedó a medias en cuanto vio el paisaje nocturno de la carretera, le asustó un poco, pero también le impresionó lo bella que podía ser la naturaleza a cualquier hora del día..., o la noche, en este caso.
- Es muy lindo. - los ojitos de Tae tenían un brillo que representaba la emoción que sentía.
Riki asintió ido, las luces de la carretera se veían parpadear cuando pasaban por debajo de ellas, iban a velocidad baja, para que pudieran apreciar lo que ese lugar ofrecía. Un túnel los "comió", tenía agujeros especiales, en donde la gente podía observar por dónde estaban pasando, eran como unos pequeños miradores que ofrecía el túnel.
