(¡EN EDICIÓN!)
Namjoon y Jin no esperaban tener tanto chamaco, pero a final de cuentas así pasó. Una familia divertida, desastrosa, numerosa, inigualable y, sobre todo, amorosa.
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Capítulo narrado por Yoongi.
Todo estaba siendo tan extraño, hacía momentos me había ido a dormir junto con Jungwon, pero ahora me encuentro en la casa que antes era de Seúl. Es tan extraño que se sienta real.
Es un sentimiento de nostalgia y confusión el que, en estos momentos, tengo.
Papá y mamá están juntos, abrazados en el sillón.
¡Ahora lo recuerdo! No estoy en la casa en la que viví con mis ocho hermanos, estoy en la casa de cuando tenía apenas... once años.
¿Qué jodidos? ¿Por qué?
- Yoongi, ven acá, mamá y papá te quieren dar una sorpresa. – un pequeño yo se acercó a ellos con emoción, Dios mío, que pequeño e ingenuo era yo en ese tiempo.
Sin preocupaciones.
- Voy mami y papi. – dijo mi pequeño yo.
Se sentó en las piernas de papá, mientras que mamá acomodaba sus castaños cabellos. Recuerdo muy bien ese día, lo recuerdo tan bien que hasta me dan algunos escalofríos, era el día en el que...
- ¡Iremos a la playa! – celebró mamá con emoción y una sonrisa en cara.
Los mellizos se acercaron corriendo al escuchar eso, mamá los cargó, colocando a Jay entre ella y papá, mientras que Jake se acomodaba en sus piernas.
Celebramos con grititos y aplausos, últimamente habían estado muy ocupados saliendo, que casi no los veíamos, es por eso que nos emocionaba el poder pasar tiempo nosotros cinco solos.
Que lindos recuerdos eran los de aquellos días, en donde sólo éramos mis dos hermanos y yo. No me mal entiendan, amo a mis medios hermanos, pero nunca cambiaría los recuerdos con los mellizos por otros diferentes.
- Nos iremos mañana, así que, vayan haciendo maletas.
Woah, ese día las hicimos con emoción, les ayudé a mis hermanos a preparar las suyas, mamá reviso que lleváramos lo necesario y papá las cerró antes de llevarlas a la planta baja. Tardamos en ir a dormir, gracias a la emoción que nos carcomía por dentro, estábamos tan felices de poder ir.
Despertamos temprano para poder comenzar el camino con tiempo de sobra, colocaron música en la radio e íbamos cantando a todo pulmón. Paramos en una tienda de conveniencia, Jake acompañó a Jay y papá al baño, mientras que yo acompañé a mi mamá a comprar algunos snacks para el camino, ir con dos niños que preguntaban mucho era cansado, pero si les llenábamos la boca de comida; se callaban durante todo el camino. La inteligencia de los padres.
- ¿Cinturones listos? – todos asentimos con un sí demasiado emocionado, después de eso, papá puso marcha de nuevo en la carretera.
Fue muy tranquilo, la verdad, mis hermanos se había quedado dormidos casi todo el camino, así que no hubo tanto ruido en todo ese transcurso.
