- ¡Ya falta poco!
- ¡Ya no aguanto!
El entrenador rodó los ojos al escuchar a Donghyuk quejarse por las únicas cinco vueltas que llevaban dando al campus.
- Junhoe, dile al entrenador que ya no doy para más. – Chan se dejó caer al suelo en cuanto pidió eso.
- Bien descanso. – ordenó el adulto a cargo de aquellos chicos llamados futbolistas.
Jungkook fue por su termo de agua, necesitaba tomar una gota, tan siquiera, o si no moriría ahí mismo, pero no se iba a dejar ver frágil, obviamente.
- ¿Ven? Por eso Kim es el capitán. – se quejó el entrenador.
Los chicos hicieron bulla, quejándose, pero celebrando el no ser los capitanes de aquel equipo.
El castaño de rulos rió ante la escena que se armaba sólo porque él era genial.
El entrenamiento acabó después de que todos se estabilizaron, caminaron hacia las duchas del gimnasio porque claramente no iban a ir a sus demás clases oliendo mal y estando todos sudados.
- El Kookie mejoró su cuerpo. – celebró un chico del equipo, haciendo que el nombrado se sonrojara y riera, nervioso.
- No es para tanto. – le restó importancia a ese comentario y siguió secando su torso.
- Lo que se ha de comer su noviecito de Seúl. – otro chico dijo con la voz más chillona de lo normal, haciendo que los demás murmuraran "uuuh" del mismo modo en el que habló.
- Basta, ni siquiera he pensado en eso. – se puso más rojo.
Junhoe, Donghyuk y Chan se lo llevaron de ahí.
- ¿Sigues virgen? – preguntaron al unísono.
Kook asintió extrañado, ¿qué tenía de malo ser virgen a los diecisiete, digo, seguía muy joven como para pensar en eso. Dos bufaron y uno celebró por el asentimiento del conejito.
- Nuestro pequeño y dulce Kookie. – Junhoe lo abrazó, atrayendo a su pecho la cabeza del de rulos y comenzando a peinar sus cabellos.
- ¿Qué tiene de malo? – preguntó con dificultad, ya que el brazo de Junhoe apretaba sus cachetes.
- Nada, de hecho, pero estos idiotas siempre dramatizan. – Donghyuk rodó los ojos.
Chan le dio la razón. – Cierto, que tú sigas guardando tu dulce florecilla, no debe importarnos.
- Nos importara si llegas a venir embarazado algún día. Esperemos y no. – deseó Junhoe.
Jungkook rió nervioso, ¿él embarazado? ¿Qué jodidos estaba pasando en su vida? Como sea, de todas formas, sus hermanos le habían quitado las ganas de tener un hijo en el futuro, demonios, ¿pensaba en el futuro? Nunca había tenido tiempo, cuando menos lo esperó, ya tenía diecisiete y estaba viviendo en una isla con sus familiares y nuevos amigos. ¿Tanto cambió su vida?
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¿Los Kim? || BTS, TXT, EN-.
Fanfiction(¡EN EDICIÓN!) Namjoon y Jin no esperaban tener tanto chamaco, pero a final de cuentas así pasó. Una familia divertida, desastrosa, numerosa, inigualable y, sobre todo, amorosa.