Capítulo I

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Leo un joven de unos 30 años, cabello castaño y ojos miel se encuentra en un avión rumbo a un país extranjero, quizás puedan pensar que su vida parece totalmente perfecta, pero su corazón aún duele como el primer día que se sintió alejado de Max.
Si, por fin le permitieron viajar para realizar su maestría en una prestigiosa universidad. Era el día que había esperado por mucho tiempo.
Se dispuso a tomar una selfie para subir a Instagram, y dibujó una sonrisa debajo de aquel cubreboca blanco. Con esa foto anunciaría a sus conocidos y amigos que volaba a cumplir sus metas.
Observó en su celular aquella imagen y  se descubrió en un gigante asiento, pero en vez de estar cómodo, parecía sentirse demasiado solo en aquél lujoso lugar.
Desde el día en que la oportunidad de realizar el posgrado en América había aparecido, Leo comprendió que debía dejar por un tiempo a su familia, a sus amigos, y a esa persona especial.
Todo comenzó junto con el COVID-19, la cuarentena obligó a Leo a encerrarse, y limitó mucho su actividad social, igual que la de muchas personas. Parecía ser algo simple pero pasando el tiempo se volvió complicado. Definitivamente el viaje se había postergado. Pero una buena noticia llegó a sus oídos, le ofrecieron un proyecto importante, relacionado con telecomunicaciones y diseño, trabajo que compartiría con su gran amigo, un joven, mayor por un año, de tez oscura y cabello negro.
Por la tarde recibió un mensaje de WhatsApp de Max, quería hablar de la propuesta y tomar la decisión juntos como lo hacían desde hace mucho tiempo. Quedaron en encontrarse esa noche en la casa en la que Leo vivía solo.
Se reencontraron con un abrazo, con mucho sentimiento, pues había pasado unas semanas desde que se habían visto por última vez. Su relación siempre fue demasiado buena, incluso cuando recién empezaron a conocerse, hace unos 12 años atrás, ya parecían amigos de toda la vida.
Muchas personas aseguraban eran pareja, cosa que molestaba un poco a Max . Leo prefería ignorar los comentarios, pues estaba interesado en hombres, pero siempre todo fue en secreto, no quería que interfiera en su trabajo. Para apaciguar las aguas, siempre aparecía Mia, amiga de Leo desde la secundaria y prima de Max, que afirmaba que eran un trio súper encantador.
Esa noche todo había sido normal, aunque en los ojos de Max se podía notar un brillo bastante intenso, decidieron hacer palomitas de maíz para ver una película, era obvio que si habían violado la cuarentena para verse, el joven mínimamente se quedaría unos días en la casa de su camarada.
Leo agarró el recipiente y con su mano llenó de comida la boca de Max, quien sorprendentemente se enojó con su amigo por la broma y ante la rara expresión, el joven no dudó en preguntar
-¿Qué te sucede?
Nunca espero escuchar la siguiente respuesta
-¡Me molesta, me enoja demasiado, que estés tan tranquilo, ni si quieras te diste cuenta de todas las cosas que te vengo insinuando desde hace semanas!- exclamó Max sin dudar.
Leo miró a su compañero con una mueca de "no entender nada" y con la frustración como enemiga, el hombre de piel más oscura tomó el rostro de su amigo y depositó un beso en la boca del contrario.
Cuando la azafata le señaló al joven que debía colocarse el cinturón lo sacó de sus pensamientos.

Simplemente amor BLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora