Capítulo XIII

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Noah estaba muy ansioso. Llegó al bar más de media hora antes de lo que habían quedado. Se sorprendió mucho al recibir el mensaje, no sabía si Leo realmente había querido insinuar el encuentro o si sólo se equivocó al mandar el texto. Pero él estaba dispuesto a aclararlo esa noche. Ese chico le gustaba mucho y esta reunión era la ocasión perfecta. Había tardado bastante en elegir su outfit, hasta que finalmente se decidió por unos Jean de ajuste perfecto y una camisa celeste, con la cual, sus músculos se marcaban un poco. Se alborotó un poco el pelo sin peinarse para darle algo de casual a su look.
Cuando Leo cruzó la puerta del bar, no pudo dejar de mirarlo, realmente estaba muy hermoso en su pantalón negro y su camisa gris oscuro, con los dos primeros botones abiertos.  Según Mia, que había sido su asesora, su look decía “Lo sé, soy tentador. Y si me pruebas no podrás olvidarte de mí”.
Distinguió a Noah en un mesa, este movía la mano para llamar su atención. El saludo fue cálido, como si se conocieran hace mucho tiempo. Leo tomó un cuaderno forrado en cuero de bajo su brazo ( que según su amiga, completaba el atuendo y le daba un aire de inalcanzable ) y se lo extendió con una sonrisa.

-Son las notas- y lo miró a los ojos- espero y te sean útiles, porque te salieron caras con esta invitación.
- Gracias- dijo mientras tomaba el cuaderno y rozaba con sus dedos la manos del joven- Créeme que estas notas ya sirvieron de mucho. Te las devolveré pronto y quizás también podemos festejar que volvieron a su dueño- y sonrío de esa forma en la que solo Noah sabe hacerlo.

La cena siguió súper tranquila. La pasaron de maravilla, hablaron de muchos temas, se contaron sus proyectos y sus sueños. Cuando la conversación estaba llegando a su punto, el celular de Leo sonó.

-Hola- dijo- Si. Aún no lo sé. Si. Que duermas bien. Chao.- Y cortó la llamada- Perdón, si no le contestaba no iba a dejar de llamar nunca.
- Tu novia parece estar preocupada- escupió Noah intentando preguntar lo que quería saber.
- En realidad, es mi mejor amiga. Nos conocemos desde la secundaria. Y vivimos juntos, por lo que tiene una obsesión de shippearme con personas.

Dijo “personas" pensó el más joven, no mujeres ni hombres.

-Si, te entiendo. Mi hermana es igual, desde que le conté que soy gay- e hizo una pausa para analizar al otro joven- ama emparejarme con cualquier chico con el que me ve hablando- y tomó un trago de su bebida, mientras esperaba ansioso la respuesta.
-Cuando yo se lo conté a Mia- recordó con una sonrisa- hizo una fiesta de “Liberación” e invitó a todos los hombres que conocía.

La respuesta de Leo, agrandó la esperanza que sentía. Por fin había confirmado sus sospechas y ahora que estaba seguro de que el otro joven no haría una escena si le coqueteaba abiertamente, estaba dispuesto a consentirlo como se merecía.
Las suaves insinuaciones del principio, ahora se habían convertido en un ida y vuelta bastante juguetón. Cosa que a ambos les gustaba. Ese juego de seducción sacó a la luz a dos hombres encantadores, cada vez más interesados el uno por el otro.
Noah había convencido a Leo para acompañarlo hasta su departamento. Si bien las cosas podrían haber terminado en una noche de pasión, el más joven no quería apresurarse. Ya que estaba muy decido por ir en algo serio con el chico. Por lo que de esta forma le estaba aclarando, que no sólo quería sexo. Sino que esperaba algo más.
Cuando Mia sintió el ruido de las llaves, salió rápidamente para abrir la puerta y encontrar a dos chicos, muy cerca, casi rosando sus bocas. Pero su presencia hizo que se separaran.

- Hola- dijo mirando al hombre más alto- soy Mia, su compañera de cuarto.
- Noah- y extendió la mano para saludarla- es un placer conocerte.
- ¿Quieres pasar? Tenemos cervezas.
- Me encantaría. Pero ya es tarde, tengo que irme- levantó el cuaderno y miró a Leo para decir- Muchas gracias, te las devolveré pronto.

Se acercó para saludar a Mia con un beso en el cachete y cuando esta se dio vuelta para entrar a la casa, hizo lo mismo con el chico, solo que “sin querer” sus labios rozaron la comisura izquierda de los de Leo. Se alejó y saludó a ambos con la mano.

Simplemente amor BLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora