-Buenos días- dijo Leo entrando al piso de arriba de unas oficinas.
- Buen día, Señor- contestó con una sonrisa la secretaria.
- Sam, te dije que no me llamarás Señor.
- Pero eres la pareja del jefe. No puedo llamarte de otro forma. Además, ¿Hace cuánto salen? Todavía no te acostumbraste?
- Mmm, unos cuatros años. No me gusta, entonces, no vengo seguido a visitarlo y se queja siempre. Pero hoy tengo una sorpresa- y levantó unas bolsas de papel madera- tengo el almuerzo y una torta de cumpleaños.
- Puedo hacer que nadie los moleste hasta las dos- y ante el ceño fruncido de Leo prosiguió- o hasta las cuatro, si prometes dialogar sobre un bono exclusivo para tu futura prima- y le sonrío. Pero sólo hasta esa hora. Que después tenemos una reunión.
- Entendido, jefa.- y realizo una señal como si fuera un soldado, lo que ruborizó un poco a la chica.
Prendió las velas del pastel y golpeó la puerta de la oficina de su novio, cuando escuchó el “adelante", siguió su camino. Noah estaba hermoso como siempre. Tenía un traje gris oscuro y el chaleco con pequeñas rayas verticales le acentuaba su cuerpo y su rostro se iluminó cuando lo vio pasar. Rodeó el escritorio, soltando las bolsas en el piso y se sentó en las piernas del joven.
- ¡Feliz cumpleaños!- besito.- Te amo.
- Yo también te amo- sopló las velitas.
- Soborné a tu secretaria con un bono de Navidad- dijo mientras cambiaba su mirada por una sexy- Me dio hasta las cuatro de la tarde. ¿Se te ocurre alguna idea para pasar el tiempo?- se besaron apasionadamente.
- ¿En serio? ¿Aquí en la oficina?- y se mordió el labio.
- Es que con ese traje que llevas puesto, no puedo aguantarme.Y Noah perdió la cordura, bajó el cierre de la campera, para descubrir que Leo no tenía nada abajo. Lo miró a los ojos y ya no podía pensar en nada más. Se perdió en su pecho dejando besos por cada lado. Quiso quitarse el saco que traía, pero su novio no lo permitió.
- No te lo quites. Y recibirás tu premio.
Leo se arrodilló frente al cumpleañero. Le desabrochó el cinturón y el botón. Bajó el cierre y metió la mano para sacar el miembro que empezaba a reaccionar. Juntó saliva en su boca y lo introdujo lentamente, dando pequeñas círculos con su lengua. Lo acarició por completo, tanto con sus manos como con su boca. Hasta que Noah lo tomó del brazo, levantó su cuerpo e hizo que apoyará su pecho sobre el escritorio. Le bajó un poco el pantalón y acarició las nalgas de su novio. Cuando pasó su dedo por la franja, descubrió que el lugar ya estaba listo para ser usado. Y le dio una palmada en el trasero que hizo que se le escapará un gemido.
-¿Con qué, estuviste jugando solo esta mañana?- le dio otra nalgada- Contesta.
- Es que no sabía cuanto tiempo tendríamos y quería que recibas tu regalo- dijo con una sonrisa pícara.
Noah se acercó para darle un beso en los labios, cuando necesitaron respirar, se separaron y con una sola estocada, penetró al mayor, que gritó bastante fuerte.
-Sshhh. Compórtate que estamos en la oficina- Habló mientras volvió a ingresar rápidamente.
-Ahhh, Noah despacio- lo regaño.- No, ahhh voy a, ahhh aguantar mucho, ahh.
Los movimientos se aceleraron cada vez más, Leo se tapó la boca con sus manos para evitar cualquier ruido fuerte. Además del constante golpeteo, ahora se le había agregado las caricias que ejercía su novio sobre su pene. No duró mucho hasta que ambos se desahogaron.
El sonido del golpe en la puerta los sorprendió. Y esta se abrió rápidamente
- ¿Quieres pastel?- dijo amablemente Leo, que al moverse rápido recibió una puntada en su espalda.
- Solo quería avisarles que ya van a ser las cuatro. Por la reunión.
- Gracias Sam. Ya terminamos.
La escena se veía tan tranquila, una hermosa pareja comiendo y disfrutando el día. Quien hubiera imaginado lo que había sucedido hace unos momentos atrás. Una vez que habían terminado sus asuntos privados, arreglaron todo para que nadie los descubriera.
- Me voy, te espera la segunda parte del regalo en casa.- y le dio una sonrisa pícara.
- Ya quiero que sea de noche. Ya te extraño.
Algunos miembros de la junta directiva entraron a la oficina y los saludaron amablemente. Leo se acercó para despedirse de Noah, cuando escuchó un susurro en su oído
- Ten cuidado, te quedó una marca- dijo señalando el cuello de la camisa.
Se despidió y salió por la puerta, disimulando el sonrojo de sus mejillas, por recordar lo que habían hecho.
Mientras esperaban a todos los que faltaban Noah se disculpó un segundo y fue al baño. En el espejo buscó la marca y al no descubrir nada, comprendió la jugarreta de su novio. Sonrío.
- Ese mentiroso. Solo a él se le ocurre jugar con estas cosas.
Leo, sin lugar a dudas era su hombre ideal. Cada día que pasaba se sorprendía más. Nunca había pensado ser tan feliz como lo era en ese momento. El simple hecho de pensar en él, cambiaba su rostro con una sonrisa inigualable.

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Simplemente amor BL
RomantiekLeo ganó una beca para realizar un doctorado en en extranjero. Pero su vida ha sufrido un gran cambio, se enamoró de su amigo Max, quien le rompió el corazón. ¿Conocerá un nuevo amor?¿Max volverá arrepentido?