-Y esa no fue la única vez ¿Verdad? – dijo Mia y Leo negó con su cabeza- Entonces no entiendo nada. Pero sólo sé, que ese estúpido no te merece. Por más amigo tuyo y primo mío que sea, en este momento declaro nuestra vida libre de Max. Este país esta lleno de personas inteligentes, hermosas y buenas en la cama. Mas te vale que no pierdas la oportunidad.
Se rieron con fuerzas sacando la energía negativa que habían producido los recuerdos. Brindaron con la esperanza de que pronto, el corazón de Leo se reconstruyera.
Habían pasado dos semanas cuando por fin empezaron las clases de la maestría. Al tener que presentar un proyecto para el ingreso, a cada estudiante se le había asignado una empresa en la que trabajaría mientras terminaban sus estudios. Leo quedó como interno en un corporativo nuevo, pero bastante prometedor, especializado en diseño y marketing lo que lo tenía muy entusiasmado. Los días pasaban, y cada vez estaba más adaptado a su nueva vida, asistía a la universidad, a la empresa, donde había encontrado personas súper agradables, con buena vibra y eficientes en su trabajo. Eso del buen ambiente laboral a veces si existía, solía decir.
Para celebrar su primer mes en el trabajo, sus nuevos amigos organizaron una reunión en la casa de Helena, una de las chicas encargada de recursos humanos. En el departamento cabían los 20 invitados fácilmente y el ambiente estaba genial, con tragos, música, pero en un volumen bajo, ideal para hablar. De cena había pizza. Mientras esperaban el pedido, el timbre sonó, y la anfitriona se levantó corriendo a atender, contando con la mirada quién faltaba. Un gesto de desagrado se pintó en su rostro, mientras hablaba con la persona, le tomó la mano al hombre que estaba en la puerta y lo llevó al centro de la sala.
-Escuchen todos, este es mi hermano Noah. Hagan que se sienta extraño mientras busco sus cosas.
Leo levantó la mirada y vio al hombre, era alto, unos años mas joven que él. Su cabello era bastante oscuro al igual que sus ojos y se le marcaba un cuerpo envidiable. Sus pestañas eran largas y bastantes pobladas. Bajó un poco hasta sus labios, eran de un color rosa pálido, tanto que pensó que si tocaría su boca, el color cambiaría a rojo carmín. Noah le sonrío formando dos hermosos hoyuelos en sus mejillas y él le contestó de la misma forma, pero tomó su celular y fingió enviar algún mensaje de texto.
-Perdón por mi hermana, esta bastante loca, pero no es de familia- dijo y se río adorablemente- Es un gusto conocerlos.
-¿Porqué no te quedas un rato con nosotros?- dijo una de las chicas, de forma bastante coqueta.
- Me encantaría, presiento que la pasaría de maravilla- y levantó su mirada al sector en donde se encontraba Leo- Pero, salgo en unas horas de la ciudad, solo vengo a buscar un paquete que Helena me pidió que llevara- y siguió con su mirada cada uno de los movimientos que hacia el joven que parecía jugar con su celular.
-Aquí tienes- le dijo su hermana entregándole una caja - ya puedes irte, deja de molestar.
Noah se despidió con la mano de los presentes, echándole un último vistazo a ese chico que le había llamado tanto la atención, sus miradas volvieron a encontrarse.
Hace mucho tiempo Leo no se sentía de esa forma, ese chico lo había mirado de una forma, tan particular, como si fuera que no quería dejar nunca de hacerlo.
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Simplemente amor BL
RomanceLeo ganó una beca para realizar un doctorado en en extranjero. Pero su vida ha sufrido un gran cambio, se enamoró de su amigo Max, quien le rompió el corazón. ¿Conocerá un nuevo amor?¿Max volverá arrepentido?