Simplemente amor BL

Capítulo XI

-¡Buenas tardes!¿Cómo están?- dijo Leo mientras llegaba a la oficina.
-Leo, me dijeron que te avisará que en recursos humanos te necesitan- Habló uno de sus compañeros en tomo serio.
El joven se tensó, no había hecho nada malo o eso era lo que creía. Sus manos empezaron a sudar, se dirigió hacia un pequeño cuarto por el pasillo del segundo piso. Tocó la puerta y respiró profundo.
-Adelante- dijo una joven tranquilamente.
-Buenas tardes. Me dijeron que me necesitaban.
- Leo- saltó una voz desde la oficina adjunta-¿Quién te dijo eso? Fue Tomas ¿verdad?- el joven asintió de forma débil- Pero ¿Porqué esa cara? No te preocupes, es algo personal. No tiene nada que ver con la empresa- Y ante la sorpresa del chico siguió- Noah, no sé si recuerdas a mi hermano, me dijo que se vieron en un curso y que perdió sus notas. Si podías prestarle las tuyas. Este es su número- y le entregó un papel amarillo- dijo que estaría esperando tu mensaje.
- Listo Helena- y tomó la nota, mientras sonreía, explicó- Pensé que había pasado algo malo. Tomas me habló con una cara.
Todos sonrieron y siguieron conversando.
Cuando llegó a su casa, dejó sus cosas en la mesa y dispuso a bañarse. Salió de la ducha para encontrarse a Mía, con una mano en la cintura y una mirada acusadora.
-¿Quién es Noah?- dijo mostrando la nota.
- Nadie.
-Y entonces ¿Porqué nadie tiene celular? Y es más ¿Porqué te da su número? Quiero una explicación ahora- y mostró su mejor cara de mala.
El interrogatorio no le salió nada barato a Leo, su compañera quería saber todo. Pero era muy poco lo que había pasado, tuvo que relatarle la fiesta del trabajo, el encuentro en la ponencia, y cuando Helena le dio el número de su hermano.
-¿Es lindo?- preguntó toda emocionada su amiga.
- Un poco- dijo tratando se evitar el tema- No conoces al tipo y ya quieres entregarme a él ¿Qué clase de amiga eres?
- La mejor, sabes que necesitas salir, conocer gente. Desde que llegaste, no hablaste con nadie y sé que allá también estuviste un tiempo solo antes de venir. Eres joven, inteligente, hermoso, bueno y cariñoso. El universo te debe un novio maravilloso o por lo menos, maravilloso en la cama. Y no lo vas a encontrar a menos que aceptes invitaciones.- y mostró su sonrisa.
- Pero sólo me pidió unos apuntes. Además creo que no es gay- mintió.
- No me importa. Vas a contestarle ese mensaje, y tendrás una cita con ese chico o yo dejaré de ser tu amiga. No voy a hablarte más- corrió hasta su habitación y cerró la puerta con un estruendo fingiendo enojó.
En que problema se había metido Leo, Mia ya no dejaría de molestarlo más.
Pensó en Noah, de verdad era muy lindo y gentil, incluso parecía que tenían muchas cosas en común. Pero recién había empezado a curar las heridas que le dejó Max y no quería que se le rompiera su corazón de nuevo. Sonrío, estaba seguro que si Mia lo hubiera escuchado lo hubiera regañado por esos pensamientos.