Cap 9. Dulces.

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Buenasss, buenass :)

¿Cómo les va en esta vida de mierda?

Espero que les guste mucho el capítulo.

Perdónenme por tardar tanto en actualizar :3

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Daba gusto estar en la cocina aquella mañana, pues todo olía deliciosamente dulce. Víktor había decidido sacar sus dotes culinarios para prepararle a Horacio unos pancakes como desayuno.
Era cierto que el francés no desayunaba muy a menudo, pero ¿cómo decirle que no a unas tortitas hechas por su novio?

Volkov quiso hacer la última en forma de corazón y ponerla sobre todas las demás en un plato grande. El menor abandonó la silla del comedor donde estaba sentado y se acercó al ruso, abrazándose a su cintura con cariño.

Sintió que se derretiría al ver aquel pancake, un cozaroncito perfecto.

--Ay-- dijo con una sonrisa boba en su rostro. Tomó la tortita entre sus manos bajo la atenta mirada de Volkov.
--Te doy mi corazón, Vik-- dijo entregándole al peligris el alimento y medio arrodillándose ante él.

Víktor lo agarró sonriente.
--No quiero ser malo, pero ¿podemos comernos tu corazón?-- interrogó, siguiéndole el rol al crestado.

Horacio posó sus manos sobre las de Volkov y dividió el pancake en dos, mientras asentía riendo.
Se metió una parte de una de las mitades en la boca y se colocó de puntillas, apoyando sus brazos sobre los hombros contrarios para acercarse a la boca del mayor.

Volkov entendió lo que quería Horacio, acercó su boca a la parte de la tortita que sobresalía de la del menor y la fue mordiendo hasta toparse con los labios del francés junto a los suyos.

--¡¿Pero qué está pasando aquí?!-- el grito de Gustabo sobresaltó a la pareja, haciéndolos separarse al instante.

Si hubiera sido otra persona, tal vez el francés habría deseado que se lo tratase la tierra, pero al ser su hermano quien había gritado, lo que hizo fue alegrar el rostro cada vez más.
La noche anterior el rubio llegó demasiado tarde y cansado, fue directamente a su dormitorio y casi ni mediaron palabra, Horacio ansiaba contarle de una vez los hechos inesperados sobre Víktor.

La cara del recién despierto se vio también vibrante. Acababa de ver a su hermano y al ruso besarse, al fin había sucedido lo que él tanto esperaba.
Casi corrió para colocarse junto a la pareja.

--¿Algo que deba saber?-- enarcó una ceja y trató de ocultar su sonrisa.

--Bueno, ya lo has visto, ya sabes-- Horacio mordía su labio inferior tratando de no sonreír al igual que su hermano.

--No, no sé, necesito oírlo-- insistió Gustabo.

--Estamos juntos, Gus-- comentó el francés tomando la mano de Volkov.

El rubio saltó sobre su hermano y lo abrazó con fuerza, casi cortándole la respiración.

Miró más tarde al peligris
--Ven aquí cuñado mío-- apretó también al muchacho, quien respondió reacio ante aquella muestra de afecto.
--Joder, solo tienes cariño para mi hermano-- se quejó Gustabo
--Bueno...-- pensó
--Que así siga mejor, porque como le hagas daño te corto la pinga rusito-- amenazó aparentemente sarcástico, o no.

--En eso eres igual que en su historia eh-- rio Víktor.

--¿Te ha dejado leerla?-- ojeo al crestado, mostrando una expresión entre confuso y sorprendido.

--Em...es una larga historia, pero sí-- sonrió levemente avergonzado Horacio.

--Ya me contarás-- comentó el rubio, alejándose hacia su dormitorio.
--¡Pero intentar no poneros a follar en mi cara, por favor!-- exclamó. Lo último que pudo escuchar la pareja fueron unas carcajadas y tras ellas el golpe de una puerta al cerrarse.

𝙷𝚘𝚛𝚗𝚢 24/7 𝐕𝐨𝐥. 𝟐 {𝘝𝘰𝘭𝘬𝘢𝘤𝘪𝘰}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora