Cap 12. Sentirme querido.

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Buenasss, buenasss :/

Espero que te guste mucho el capítulo.

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La cafetería, no demasiado grande, de estilo parisino, con sillas de madera y mesas de bronce donde yacían unas cuantas parejas degustando cafés y dulces; la acristalada fachada dejaba a la vista el interior del establecimiento, todo decorado del mismo modo; un gran toldo rojo enunciaba la puerta y una pequeña campanita dorada junto a esta resonaba cada vez que alguien entraba o salía del lugar.

Un Horacio con las defensas bajas, destruido y con el corazón roto no se paró a pensar dos veces antes de echarse sobre los aparentemente cálidos y consoladores brazos de Dex nada más verlo allí de pie, levemente alejado de la cafetería.
El muchacho lo abrazaba con tanto cariño que incluso se otorgó la libertad de llorar sobre su hombro, clavando con fuerza sus dedos en la chaqueta de cuero del pelinegro mientras se desfogaba de todos aquellos sentimientos que lo mataban.
Dex había actuado perfectamente, no hizo preguntas incómodas, se dejó abrazar y consoló al crestado con suaves caricias, sin saber siquiera lo que había ocurrido, pero preocupándose de todas formas.

Tras unos minutos tomaron distancia. El francés seguía sollozando, con los ojos rojos y llenos de lágrimas, la nariz plagada de mocos que corrían hacia su boca, y en general con todo su rostro húmedo y sonrojado. Se restregó los ojos, analizando durante el proceso que acababa de abrazar a un casi desconocido y por si no fuese poco además había llorado sobre él.

--¿Qué te ha pasado, Horacio?-- interrogó Dex, depositando una mano en su hombro.

¿Debería contárselo?
¿Debería hablar sobre aquello que tanto lo dañaba?

--No hace falta que me lo digas si no quieres, tranquilo-- sonrió.

--¿Recuerdas a Víktor... --

Al final decidió soltarse, desahogarse, pues probablemente si no lo hacía podría acabar mucho peor.
La tarde era larga así que comenzó dando contexto sobre la relación que había mantenido durante toda su vida con el ruso, destacando algunos detalles en lo importante, hasta llegar al día de hoy, a esa misma tarde, derramando alguna que otra lágrima incontrolable mientras hablaba. En un instante, sintió un nudo en la garganta que le impidió seguir pronunciando palabra, como si se ahogara. Jadeó un par de veces, secándose el rostro con el antebrazo.

--Oye, oye, respira un poco-- indicó Dex tratando de calmarlo.
--Por lo que intuyo, si ahora estás así es porque lo habéis dejado ¿no?-- dedujo.

Horacio asintió, apretando los labios, intentando no volver a llorar desconsoladamente. Sentía un indescriptible vacío en su interior, en su corazón; su cerebro aún trataba de asimilar que esto estaba pasando, que nada era un mal sueño.

--No te merecía, Horacio-- afirmó seguro.

--Yo no le merecía a él, soy un pesado que solo ha querido más y más, es normal que se haya cansado-- la respiración entrecortada del crestado hacia que aquellas palabras dolieran aún más.

Dex comenzó a negar con la cabeza tomando a Horacio por los brazos.
--Si te dejó derrepente, sin un motivo aparente eso solo me hace pensar una cosa...-- comentó.

--¿Alguien más?-- musitó el francés

El pelinegro contestó positivamente a aquella pregunta, era exactamente lo que quería decir.

Horacio negó repetidas veces, sosteniendo el argumento de que Víktor nunca haría algo así.
Sin embargo, las palabras de Dex penetraron con fuerza en su interior: "nunca llegas a conocer del todo a una persona hasta que te hace daño".

𝙷𝚘𝚛𝚗𝚢 24/7 𝐕𝐨𝐥. 𝟐 {𝘝𝘰𝘭𝘬𝘢𝘤𝘪𝘰}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora