Cap 10. Piña.

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Buenass, buenass :)

La imagen 😳, solo diré ª

Espero que te guste mucho, y el capítulo también ;)

Ojalá tengas un buen día, no como yo

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¿Cómo podía ser alguien tan hermoso y a la vez tan bondadoso?

Aquel era uno de los pensamientos que pasaban por la mente de Horacio mientras admiraba detenidamente, desde las gradas, a su pareja correr por el campo de fútbol.

Víktor respiraba agitado, el sudor descendía frenéticamente por su frente, al igual que lo hacía por sus brazos, piernas, espalda y cada rincón de su cuerpo.
Estaba concentrado en el juego, en buscar el balón, apuntar bien a la portería y demás, pero eso no le impedía dedicarle unos segundos al francés, para enviarle una sonrisa o simplemente un vistazo asegurándose de que seguía allí. Lo ilusionaba tantísimo que el muchacho estuviera junto a él, aunque sólo fuera mirando, su presencia lo hacía sentir seguro.

El crestado sentía que podría derretirse cada vez que Volkov tomaba la parte baja de su camiseta y se secaba el rostro, dejando a la vista sus abdominales y parte de su pecho.
No podía ignorar las ganas que tenía de tocar aquella piel.
Los grisáceos cabellos alocados le daban al ruso una apariencia aún más sexi.

La duración del entrenamiento le daba a Horacio tiempo para pensar sobre infinidad de cosas.
Él cargaba con altas ganas de hacerlo con Víktor, de hacerse algo más allá que pajas o mamadas, era consiente de que la relación a penas daba comienzo, pero ellos se conocían de hacía años, no era como si acabaran de saber el uno del otro; lo aterrorizaba el pensar que tal vez el ruso no estaba interesado, que si así fuera, él no tendría problema, lo respetaría, el sexo no era único importante, sin embargo, verdaderamente necesitaba respuestas, aclaraciones, no podía seguir comiéndose la cabeza con esos temas. Tal vez, si las fuerzas lo ayudaban, podría sacar el tema con el peligris, dejárselo caer para ver su reacción.

Dejando el tema picante a un lado, recordó ahora a su...su suegro, bueno el padre de su novio.
No quería que el mayor volviera a aquella detestable vivienda, pero por desgracia no podía impedírselo, él tenía sus motivos y era lo suficientemente maduro como para conocer sus límites; además era consiente de que él siempre estaría a su lado para lo que hiciera falta, solo esperaba que el viejo no le pusiera una mano encima a su novio, porque si aquello volvía a suceder obligaría a Víktor a salir de allí y no le importaría en lo más mínimo sus motivos para no marcharse.

--¡Muy bien chicos, segir así!-- exclamó el entrenador, dando por finalizado el entrenamiento.

Horacio sonrió cuando vió como Volkov se acercaba a él, dando pasos cansados acompañados de una agitada respiración.
El ruso se paró frente al menor, quiso besarlo, pero se contuvo antes de unir sus labios.

--Oye-- replicó el crestado, a quien acababan de hacerle una cobra espectacular.

--Huelo mal y estoy sudado-- dijo el peligris.

--¿Y qué importa?-- le quitó importancia el francés y besó los labios contrarios con delicadeza.

Víktor dejó salir su sonrisa.
--¿Qué tal me has visto?-- interrogó, mientras andaba junto a Horacio de vuelta a los vestuarios.

Todo lo que anteriormente había pasado por la cabeza de Horacio volvió, las palabras serían demasiado intensas si describía cada una de las cosas que sintió al verlo correr en aquel césped, así que se limitó a alagarlo con las palabras menos picantes que pudo.

𝙷𝚘𝚛𝚗𝚢 24/7 𝐕𝐨𝐥. 𝟐 {𝘝𝘰𝘭𝘬𝘢𝘤𝘪𝘰}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora