𝙷𝚘𝚛𝚗𝚢 24/7 𝐕𝐨𝐥. 𝟐 {𝘝𝘰𝘭𝘬𝘢𝘤𝘪𝘰}

Cap 17. Contigo.

Buenas, buenas :3

Hace como un siglo que no subo nada jeje. Sorry.

Espero que te guste el capítulo y me perdonen por no actualizar antes.

Intentaré ser más constante como antes, pero no prometo nada :)

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Horacio no volvió a casa aquella mañana, en cambio prefirió vagar por el sitio especial que compartía con Víktor. Tomó asiento en las pedregosas gradas levemente desgastadas.
Vio allí un garabato que él mismo había dibujado estando con el mayor. Era un pequeño corazón con las siglas H+V pintadas con rotulador permanente en su interior. Acarició con las yemas de sus dedos aquella marca, contorneado la figura. Rio triste, notando como unas erráticas lágrimas descendían por sus mejillas y colisionaban contra la piedra dejando un círculo húmedo allí donde descansaban.

El sonido de su teléfono rompió el momento, haciendo que se sobresaltara. Tomó el móvil. En la pantalla el nombre "Mamá" brillaba junto a los nueve dígitos.

Seguramente el instituto había informado a su madre por no asistir a clase. No quería contestar, si sollozaba seguramente preocuparía a la mujer. Colgó y abrió el chat de WhatsApp de su madre, allí dejó un mensaje breve, "estoy bien" se limitó a escribir antes de volver a apagar la pantalla.

Tal vez no era correcto comportarse de aquella forma, sin embargo, Horacio no entendía de que otra manera podría hacerlo. Se sentía tan solo allí, solo con la brisa y el sonido de las hojas de los árboles moviéndose con el mismo. Apretó los puños sobre sus rodillas encogidas a la vez que escondía también en estas su rostro, formando una especie de cubo con su cuerpo.

No supó cuanto tiempo había pasado, pero cuando abrió los ojos, el sol ya era más brillante, un pequeño aumento en la temperatura fue notorio y se oía aún más el traqueteo de los vehículos a sus espaldas, como si todos fueran a alguna parte.
Miró la hora en la pantalla bloqueada de su teléfono.

14:47

Quedó perplejo al percatarse de su extendida siesta. Le dolía la cabeza, la espalda le crujía mientras la estiraba hacia atrás, mientras iba estirando las piernas hacia adelante al unísono.
Vio las notificaciones de las llamadas pérdidas y mensajes de Charlotte. Una bocanada de culpa lo golpeó con fuerza. Su madre no merecía ser ignorada, y menos por él. Presionó el pequeño símbolo del teléfono y la llamó.
No se escucharon más de dos tonos antes de que la mujer contestara agitada.

--¡Horacio! ¿Estás bien hijo?-- interrogó con un tono cargado de ansiedad en la voz.

El crestado tomó aire y miró al cielo impidiéndose llorar nuevamente.
--Sí, mamá, estoy bien, tranquila--

--Horacio ven a casa-- pidió.
Hubo unos segundos silenciosos antes de que Charlotte volviera a hablar.
--¿He hecho algo? ¿O Gustabo?-- preguntó.

--No, no es eso-- el nudo de su garganta cada vez era más apretado. No era capaz de perdonarse el haber hecho sentir a su madre de aquella forma.

--Incluso esa chica-- comentó la mujer-- Pamela, ella...me ha llamado-- informó-- está muy preocupada por ti, dice que hace días que no le contestas y que la has evitado en el instituto.

--Ya voy a casa, mamá-- finalizó la llamada tras decir aquello con un hilillo de voz.

Entendía la confusión de la pelirroja, pues él había estado distanciándose de sus amigos, incluso ahora de su familia. Cuando algo iba mal esa era una especie de defensa inconciente. Lo único que quería era no llamar la atención, y sin darse cuenta era lo contrario a lo que estaba consiguiendo.