CAPITULO 12

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"¿Y si Dumbledore le dijo algo que no nos está diciendo -"

"Pero él no lo hizo -"

"¡Tú dijiste  que  pensabas que Dumbledore le había dicho qué hacer!"

"Lo dije. En Julio -- Las cosas han cambiado un poco desde entonces, en caso de que no lo hayas notado, Ron."

"Oh, sí que me he dado cuenta" respondió Ron con un calmado gruñido. Estaba dispuesto a decir más, pero la reaparición de Harry en la entrada de la tienda de inmediato lo hizo callar. Él y Hermione se habían vuelto más hábiles en discutir en susurros para asegurarse de que Harry no se diera cuenta de lo que estaba sucediendo, pero no estaban engañando a nadie, y menos aún al Niño que vivió.

Harry se detuvo algo desorientado, al igual que un torpe adolescente  cuando entra en la cafetería y no puede encontrar un amigo con el cual sentarse. "Hey", dijo con voz ahogada.

"Hola" respondió Hermione a toda prisa, se puso de pie y buscó en la mesa algo con lo cual amarrar su cabello. "¿Es mi turno de vigilar?"

"Es el de Ron, en realidad" corrigió Harry, y miró deliberadamente el reloj que había recibido por su cumpleaños;  mientras se dirigía a su mejor amigo, su voz se alzó ligeramente. "Y ya estás un poco retrasado."

Ron no discutió como Hermione había temido. Golpeó hacia atrás la silla murmurando algo entre dientes, y se fue a su cama para empalmarse toda la ropa que había, para  no congelarse en el frío glacial de la noche. Regresó a la mesa para recuperar su varita y para darle a Hermione la liga para su cola de caballo -de la que recordó que había  arrojado cerca de una pila de pergaminos-. "Nos vemos", dijo poco antes de desaparecer en la oscuridad para pasar estimulantes y reflexivas horas sobre toda clase de terribles pensamientos.

Hermione no podía soportar ver lo irse. Había pasado tan poco tiempo con Ron en las últimas semanas después de haberle rechazado aquella  invitación. Las únicas veces que le hablaba era para discutir sobre el liderazgo de Harry. Cada vez que ella trataba de iniciar una conversación más amable, Ron gruñía y se alejaba para recoger leña o buscar comida. Así fue como Hermione supo que estaba muy enfadado con ella: había elegido trabajar en lugar de estar en su compañía.

Pero aún así, Hermione no pudo dejar de defender a su mejor amigo y para demostrar el punto, sonrió ladeadamente a Harry. Él y Ron habían estado particularmente fríos entre sí en las últimas semanas, tan fríos que Hermione estaba preocupada que llegaran a tener incidentes similares a los ocurridos en el desastroso Torneo de los Tres Magos en cuarto año. "Siento que se retrasara" se disculpó Hermione por Ron. "Fue mi culpa, en realidad, estábamos platicando y perdió la noción del tiempo."

Harry no contestó. Cada vez le enfermaba más que Hermione  excusara constantemente a Ron. Asintió con la cabeza una vez y se sentó a la mesa con ella, mirando por encima del hombro para asegurarse de que Ron no les escuchara. "Está bien. Ya consideramos el orfanato-"

Hermione entró  rápidamente en el juego que Harry y ella habían estado jugando dos veces al día desde el primer día que habían levantado la tienda; ese juego era todo, menos agradable, era el juego de enlistemos-todo-lo-que-podamos-saber. Ron había sido un participante activo durante algunas semanas, pero Harry y Hermione después de sufrir malas caras y comentarios sarcásticos habían empezado a jugarlo sólo cuando Ron estaba de guardia, para así poder verdaderamente avanzar en algo. "-pero lo demolieron" completó Hermione la frase por  Harry.

"Y lo odiaba de todos modos," dijo Harry. "Creemos que Hogwarts está fuera", añadió con escepticismo. No estaría convencido de lo que acababa de decir hasta que buscara por el castillo entero, algo que por supuesto era imposible en ese momento.

Hermione Granger Y Las Reliquias de La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora