Hermione Granger Y Las Reliquias de La Muerte

CAPITULO 18

La mano de Ron se movía a través de su pelo en la más suave de las caricias, y la llamaba por su nombre, con la voz quebrada en gran angustia y vibrando dentro de él.

Oscuridad

"Ron, ¿qué pasó? ¿Estás bien? -- oh Merlín- -"

Oscuridad

"¡--No pueden ir por un Sanador!"

Oscuridad

"- los Nargles ayudarán- - si los bañas en leche correctamente, su esencia se puede cocer- -"

"Luna, tú sabes que me caes bien, pero cierra la - -"

Oscuridad

La mano de Ron estaba ahora en la muñeca de Hermione poder colocar el brazo encima de su hombro. Él la empujó sin contemplaciones y la puso de pie, pero antes de que pudiera colapsar de nuevo en la tierra fría, él ya había colocado su otro brazo debajo de las rodillas y la levantaba con dudosa seguridad, sin embargo él le había asegurado que nunca la dejaría caer.

Oscuridad

"¡Auxilio! ¡Ayúda!"

Ron giró hacia el sonido del llanto de Harry. "¡Que alguien le ayude -!"

"Nosotros lo haremos, lo haremos, sólo permite que la--"

Oscuridad

Brincaban al subir unas escaleras, cada paso enviaba frescas y discordantes ráfagas de dolor a través de todos sus nervios, el estómago se le contraía en violenta protesta. "Lo sé, Hermione, lo sé - casi llegamos -"

Oscuridad

Ron dejó escapar un gruñido tranquilo mientras se inclinaba para colocarla gentilmente sobre la cama. El blando colchón tragó la forma de Hermione, invitándola a descansar sus cansados huesos ​​y no despertar nunca más. "Aquí vamos - simplemente iré a traerte a alguien - regreso enseguida -"

Sin embargo, Ron no podía ir a ninguna parte. Hermione Granger muy dolorosamente se aferró de nuevo a la realidad y se levantó para poder tomar la muñeca de Ron al momento. Ella no sabía de dónde había salido esa repentina explosión de fuerza, pero había llegado en el último momento. Podría haberle perdido de nuevo. "¿Qué?" Ron soltó un grito, con más miedo que nunca. De inmediato volvió a caer de rodillas y giró su mano para que sus dedos pudieran entrelazarse. "Estoy aquí - ¿Qué necesitas? ¿Qué pasa? ¿Hermione?"

Hermione tenía una batalla diferente a enfrentar, esta vez con su estómago. El acto de sentarse fue mucho más de lo que su cuerpo podía manejar, y mayormente su estómago tan afligido. Con  tanto punto blanquecino que nublaba su visión y que bailaba en sus pupilas nuevamente debido a la migraña, Hermione luchó por mantener su estómago estático,  ya que su contenido se hinchó y abatió como advertencia, le gritaba por ser tan cruel como para permitir que esta devastación se desatara sobre ella. Ella tenía que ser castigada. La mano de Hermione aplastó la de Ron mientras luchaba por evitar lo que sucedía en su interior. No - no aquí - no ahora - no frente a él -

"¿Qué? ¿Qué sucede?---¡Oh!" Ron reconoció de pronto la expresión de su cara y corrió por  el cubo de basura más cercano, arreglándosela para agarrarlo pero sin soltar la mano de Hermione. Lo puso frente a ella. "Hazlo- -"

Esa era la invitación que Hermione necesitaba. Se dobló en dos y vació todo lo que había comido al indefenso cubo.  Incluso después de que todo ya había sido arrojado fuera, Hermione permaneció acurrucada sobre el cubo, sacudida por arcadas. Ron  tomó el cubo de basura con sus rodillas para poder tomarla de la mano y agarrar un puñado de su cabello para evitar que se mezclara con el vómito. Como siempre, después que vomitaba, la cabeza de Hermione estallaba con el peor dolor de cabeza que se pudiese imaginar. Apoyó la frente contra el borde del bote, en un intento de hacer que el mundo dejase de girar. Tenía que ser la persona más estúpida sobre la faz de la tierra.