CAPITULO 23

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Tras lo que pareció años, Hermione Granger, finalmente abrió los ojos para descubrir que una vez más, estaba en su vieja cama en la Torre de Gryffindor del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Se giró de lado y colocó su almohada más cómodamente bajo su cabeza con un suspiro. Hubo días en que pensó que jamás estaría de vuelta en ese lugar. Realmente era tan maravilloso estar en casa.

Estiró los brazos lánguidamente sobre su cabeza, sus nudillos rasparon la cabecera café de la cama, mientras intentaba volver a caer dormida. Una mirada a la ventana le dijo que probablemente era tarde, ya que se había dormido durante al menos seis horas. Ella, Harry y Ron se habían dirigido a la torre justo después de su viaje a la oficina de Dumbledore y después de un sabroso tentempié que les presentó Kreacher, inmediatamente después se fueron a la cama. Con suerte, los dos chicos todavía estaban allí. Después del año que acababan de tener, realmente debían dormir durante semanas.

Pero a pesar de que cerraba sus ojos con la esperanza de caer en otro sueño, como de costumbre, una vez que estaba despierta, se quedaba despierta; se volvió a su otro lado, se puso boca abajo, sobre su espalda, pero fue inútil. No queriendo dejar la seguridad de las mantas todavía, Hermione optó a mirar por encima de ella, con una mano recogiendo en un torcido su voluminoso cabello, pensando en mil pensamientos por minuto. Ahora que terminó la guerra--Hermione apenas podía creer que ese pensamiento fuera verdadero,  así que lo repitió más y más en su mente antes de continuar --ahora que finalmente habían logrado su meta aparentemente imposible, tenía algunas grandes decisiones qué hacer. Finalmente ahora podían tener una vida, por lo que tenían que averiguar cómo empezar a vivirla. ¿Querrían volver a la escuela?  ¿Encontrar un empleo? ¿Casarse? ¿Viajar? ¿Iniciar un negocio? ¿Unirse al Ministerio? ¿Probar con el Quidditch profesional? ¿No hacer nada en todo el día más que comer  ranas de chocolate?  Cuando toda su vida se había dedicado a una cosa y sólo una cosa, ¿Exactamente qué haces cuando finalmente la logras?

Cualquier cosa. Todo.

Hermione miró amigablemente hasta el dosel de su cama. Era un pensamiento bastante bonito.

Aunque sus huesos cansados le dolían como protesta, Hermione se deslizó de la cama para poder buscar en su bolso algunas prendas limpias de vestir. Solo había unos pantalones de mezclilla; y con una carcajada, fue sacando una camisa de un violento color naranja de los Cannons, esa que Ron le había regalado hace tantos meses. Parecía el día perfecto para llevarla. Ahora que terminó la guerra, quizás los Cannons  realmente podrían ser capaces de ganar  un partido. Cualquier cosa era posible.

Por mera costumbre, Hermione amarró su bolso en su calcetín por seguridad, antes de partir al Gran Salón y poder comprobar que todo el mundo estuviera bien.

Al igual que en la noche,  el Gran Salón estaba abarrotado de gente tendiendo a los muertos y atendiendo  heridos, o estaban de pie o acurrucados debido al agotamiento. Un rápido vistazo le dijo que Harry todavía debía estar tomando su merecida siesta en su habitación en la Torre de Gryffindor. No estaba sorprendida de detectar más atrás a Ron ayudando a Bill a colocar otro cuerpo en el suelo. Todavía no habían encontrado a todos los que habían perdido la vida. Consideró firmemente regañar a Ron por no haber descansado nada, o también le pareció ponerse a ayudarle un poco, pero en lugar de ello, salió rápidamente del Salón antes de que alguien se diera cuenta que estaba allí. Tenía un par de cosas que hacer.

Sus pasos hicieron un ruidoso eco mientras bajaba la escalera en  espiral que llevaba a las mazmorras, el sonido coincidía con el ruidoso golpeteo de su ansioso corazón. Sólo una antorcha estaba encendida al final del corredor, iluminando la forma alta y fuerte del solitario guardián que estaba de pie y muy atento delante de una puerta bloqueada. La varita de Kingsley Shacklebolt voló hacia ella al instante, pero rápidamente la bajó cuando vio quién era.

Hermione Granger Y Las Reliquias de La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora