CAPITULO 22

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Todo estaba demasiado tranquilo.

Ese fue el primer pensamiento de Hermione al entrar primera  al Castillo a su regreso de la Casa de los Gritos. No podía recordar un momento en que Hogwarts hubiese estado en un silencio absoluto como éste;  era una escuela - las escuelas no deben estar en silencio-  Las escuelas deben tener siempre a estudiantes, fantasmas, profesores, elfos domésticos, e incluso a un molesto poltergeist caminando, hablando, riendo, y bromeando por los pasillos. Todos deberían sentirse seguros. Para eso era la escuela: para tener un ambiente seguro y de apoyo en el que se sintieran libres de expresarse y aprender todo lo que pudiesen. Por eso la mayoría de la gente creía que sus días escolares eran  los mejores días de su vida; porque estaban seguros, tan seguros que podían terminar sabiendo qué tipo de bruja o mago estaban destinados a ser por siempre.

Las cosas no debían estar como staban en ese momento. Las escuelas no debían estar en tal estado. Eso era algo que no debía permitirse. Hermione volteó a ver a sus dos mejores amigos, estaban tan pálidos y afligidos como ella estaba. Sabía que Harry nunca había tenido un hogar, hasta que llegó aquí, para él tenía que ser especialmente horrible ver lo que había sucedido a su Hogwarts. Todo esto sólo reafirmaría su decisión de caminar de regreso por la puerta, hacia el Bosque Prohibido.

No, se dijo mientras la voz de Voldemort magnificada mágicamente resonó en su cabeza, invitando a Harry para que mostrara a sus amigos un poco de misericordia uniéndose a él en el bosque, dándole sólo una hora para cumplirlo, antes de que la batalla se reanudara. Voldemort conocía bien a Harry, tan bien, que Hermione sentía que se le revolvía el estómago; pero Voldemort no la conocía a ella y Ron en absoluto. Voldemort no tenía idea de que Hermione y Ron preferían  morir, antes que dejar que Harry fuese con él. Al igual que Ginny, Hagrid, el profesor Lupin, la señora Weasley, el Sr. Weasley, Neville, y cientos de otros que estaban esperando en alguna parte del castillo. Si todos ellos unían fuerzas, Harry no sería capaz de escapar. Él permanecería con seguridad en el castillo mientras que descubrían lo que tenían que hacer después. Echó un vistazo a Harry una vez más, y luchó contra el impulso de tomar su mano para animarlo, como lo había hecho en el cementerio de Valle de Godric. Pero él no tenía necesidad de afecto en este momento, él necesitaba respuestas.

Eso era lo que estaba en ese frasco que Harry tenía en la mano. Justo después de que tuvieron noticias de todos, decidieron buscar y encontrar un Pensadero, para  así finalmente poder obtener algunas respuestas acerca de Severus Snape. Harry las merecía. Hermione tuvo que tragarse otro sollozo. A pesar de que Snape mató a Dumbledore, había sido bastante horrible verlo morir. Afortunadamente, la mano de Ron había estado allí tomando la de ella.

Temblorosa le preguntó en un susurro a sus amigos, donde estaba todo mundo. Ron en silencio abrió el camino al Gran Salón y por un momento, el trío se detuvo a observar la habitación llena de gente. Los sobrevivientes estaban agrupados todos juntos, acurrucados y consolándose, pero justo en el medio, alineados en una fila y cuidadosamente aseados, estaban los muertos. Habían recuperado el cuerpo de Fred, ya que los Weasley estaban todos reunidos alrededor de un cadáver en particular. Cadáver. El corazón de Hermione se estrujó por pensar en Fred Weasley como un cadáver. Nada de esto parecía real, incluso ahora.

Ron se dirigió inmediatamente a reunirse con su familia, mientras que Hermione se dirigió directamente a Ginny, que estaba parada a un lado, con el rostro hinchado y con manchas. Sabía perfectamente bien quién era la persona que Ginny deseaba que la consolara, pero no podía en este momento, así que Hermione esperaba ser un  sustituto adecuado. Puso sus brazos alrededor de su querida amiga, lo que provocó un sollozo en Ginny. "Ellos- - ellos mataron a mi -" Ginny intentó continuar, pero no había más palabras que le permitieran seguir adelante. Sólo pudo abrazar a su mejor amiga como si de eso dependiera su vida, y dejó escapar otro grito que rompió los corazones de ambas chicas.

Hermione Granger Y Las Reliquias de La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora