(⚓🔪) 𝗔𝗡𝗖𝗛𝗢𝗥 | "Es más como
si la gravedad se moviera
de repente. Ya no es la tierra
la que te sujeta, ella es quien
lo hace. Te conviertes en lo
que ella necesita que...
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Tener que golpear a mi hermana no estaba en mi lista de cosas para hacer en el día, pero en cuanto Monique devuelve el ataque con una rudeza extrema, olvidé el hecho de que era una adolescente que llevaba mi sangre.
En especial cuando la veo saltar y aterrizar transformada en un zorro rojo. Me mira con rabia y saca los colmillos, después de lanza hacia mí y yo le doy un puñetazo en la mandíbula. Suelta un chillido, pero no se queda a lamentarse. En cambio pega un brinco que no veo venir. Luego grito al sentir sus colmillos clavados en la piel de mi brazo.
—¡Hija de...! —grito y me veo el brazo sangrante.
Estoy tan furiosa que no me queda otra opción que ponerme a su nivel. Me pongo de pie de un brinco y al caer lo hago sobre cuatro patas habiéndome transformado en coyote. Monique podía haber aprendido a ser cambiante muy temprano, pero seguramente nunca había tenido que luchar.
Era difícil mantener la mente enfocada en forma de animal, pues de ese modo dejarse llevar por los instintos salvajes resultaba casi natural. Y lo noto cuando me lanzo con las fauces abiertas hacia ella lista para atacarla. Su primera reacción es dar mordiscos al aire esperando dar con mi piel en una de esas ocasiones.
Le doy un zarpazo cerca del ojo que la obliga a retroceder. Me aseguro de que los demás ya están muy lejos antes de volver a enfocar los ojos en el pequeño animal que tenía delante. Las ganas de enterrale los dientes en la garganta me tentaban enormemente. Después me arrepiento por pensar de esa manera.
Monique se va recuperando, y en sus ojos descubro una ferocidad inquietante. No era tan diferente de mí o de Heather a su edad. Claro que todavía no hablaba con ella, pero no me parecía merecedora de mi ira. Con dejarla fuera de combate bastaría para darle una pequeña lección.
Corro y me estrello contra su cuerpo con la fuerza necesaria para quebrar el vidrio de la terminal. Abro los ojos contando en mi mente los segundos antes de caer, y cuando estoy demasiado cerca del suelo cambio mi forma a la humana y aterrizo sobre mis rodillas con una mano en el concreto sólido.
Ignoro el corrientazo que me recorre las extremidades y me levanto poco a poco. Monique gira sobre su espalda y también regresa a su forma humana con una cara de dolor. Sin embargo, al sostenerme la mirada sólo encuentro molestia. Sí, yo igual me sentiría de esa manera si me vencieran tan rápido.
Me quito el cabello del rostro e inspecciono los alrededores con la mirada.
—Heather me advirtió que eras fuerte, pero no tenía idea de qué tanto.
Quedo petrificada al escuchar esas palabras salir de su boca.
—¿Qué...? —mi voz sale más temblorosa de lo usual.
