(⚓🔪) 𝗔𝗡𝗖𝗛𝗢𝗥 | "Es más como
si la gravedad se moviera
de repente. Ya no es la tierra
la que te sujeta, ella es quien
lo hace. Te conviertes en lo
que ella necesita que...
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Regreso a mi departamento sintiendo un peso invisible sobre los hombros que me estaba asfixiando. Después de la batalla Heather insistió en que quería ver a River, y por supuesto que no le iba a quitar esa ilusión. Habían sido años para nosotros y de seguro le sería difícil aceptar esto.
Tuve que hablar con River sobre lo que hicimos de manera que lo pudiera entender, y cuando llegué a la parte de que Amira se había ido tal vez para siempre me fue imposible mostrarme alegre. No cuando mi sobrino se echó a llorar desconsolado por haber perdido a alguien especial. Puede que no fuera capaz de explicarle a la perfección lo ocurrido, pero con decirle que ella nunca volvería bastó para romperle su pequeño corazón. Y yo era la culpable por ser la que se lo dijo.
No aguanté mucho allí. Dejé que Heather y el hechicero se quedaran con él para que yo me fuera a casa. Así que aquí estaba, aunque no del todo sola. Bucky insistió en acompañarme, o yo le insistí en que no me volviera a dejar. Cualquiera de las dos cosas ya no importaba, sólo sabía que ambos estábamos en el mismo espacio sumidos en el silencio y las dudas después del alboroto.
No me había dado a la tarea de mirar el entorno de la ciudad, que seguramente estaba hecha un caos al ver regresar de repente a todas las personas que desaparecieron en el pasado. La única que me importaba estaba a mi lado.
Bucky se pasea por el lugar mirando detenidamente las pocas fotografías enmarcadas. En todas salíamos River y yo. Empecé con ese hábito de congelar los momentos especiales al darme cuenta de que no tenía ni una sola memoria inmortalizada de las personas que se habían ido.
—¿Estás cansado? —le pregunto para devolver su atención a mí. Necesitaba ver sus ojos ahora que podía. Bucky niega con la cabeza y yo asiento sintiendo la tensión en el lugar. —Bueno, yo sí. —comento. La verdad tener suciedad encima dejaba de ser divertido una vez la pelea acababa. —Voy a darme una ducha. Tú puedes ver la televisión mientras... o lo que sea. —agito la mano y me paso un mechón de cabello detrás de la oreja sin tener la menor idea de cómo actuar al tenerlo otra vez cerca.
Parece querer abrir la boca para decir algo, pero al final solamente asiente dejándose caer en el sillón. Yo me doy la vuelta hacia el pasillo y sigo de largo hasta meterme a la habitación.
Cuando estoy por completo segura de que no puede verme, aferro las manos a la mesa y me miro al espejo. Inhalo y exhalo varias veces para no dejarme llevar por los nervios. Bucky estaba allí. No iba a desaparecer. Esto era real. Me repito esas tres frases una y otra vez tratando de calmarme por fin.
Todo esto parecía un sueño, uno demasiado bueno del que no quería despertar.
Durante muchas noches imaginé lo que haría de esta oportunidad. Aunque fueran sólo unos segundos. ¿Qué diría, qué haría, qué pensaría? La realidad a veces resultaba aplastante como ahora donde se me estaban cruzando las ideas sin darme tiempo para decidirme por una. Para empezar, claro que me quería duchar. Pero me aterraba pensar en que Bucky no estuviera al salir, cosa estúpida, y de todos modos la posibilidad existía.
