El primer partido de la temporada lo había ganado Gryffindor y, como siempre, se había organizado una fiesta por ello.
Potter había anotado tantos tantos que incluso Lily le había felicitado después del partido. Y él la había invitado a un chupito de whisky de fuego que Lily no tenía muy claro de dónde había sacado. Bueno, como el resto de cosas que había en la sala común y que todos estaban bebiendo. También le había dado unas cuantas plumas de azúcar y Lily sabía con seguridad que no las había comprado en Hogsmeade la última vez que fueron, poco antes de Halloween, porque ella había comprado la última caja que quedaba.
Una necesitaba el azúcar para esos momentos del mes, ¿vale? La regla ya era lo suficientemente horrible como para tener que vivirla sin azúcar.
Pero volviendo a la fiesta, estaba en su máximo esplendor. Potter estaba más que borracho, al igual que Black y Pettigrew. Remus no se quedaba atrás, como tampoco se quedaba ella misma. Dorcas y Marlene bailaban en mitad de la sala de baile de tal forma que parecían estar a punto de follar allí mismo y Mary ni siquiera podía estar de pie, pero bailaba con Lily sin ningún tipo de problema. Quedaban, como mucho, tres fiestas más por victorias de Gryffindor en Quidditch, así que más les valía celebrarlas por todo lo alto.
Oh, no, estaba a punto de echarse a llorar porque era su último curso en el colegio. No, no y no, no iba a llorar. Solo estaba borracha y por eso se estaba poniendo tan emocional, por eso Lily cogió la mano de Mary y la llevó hasta los sofás, donde las dos se dejaron caer, haciendo botar a la pareja que se estaba dando el lote allí mismo. Los dos gruñeron, pero al menos dejaron el sofá libre porque se fueron hacia las habitaciones.
—¿Deberíamos mandar a Marlene y a Dorcas a la habitación? —pregunta Mary y Lily mira a sus amigas. Ahora están en una esquina, dándose el lote.
—Lo que deberíamos hacer es dispersar a los babosos que no dejan de mirarlas.
—Tú eres la Premio Anual, haz lo tuyo.
Lily se levanta y va directa hacia los chicos que no dejan de silbar. Serán asquerosos. En algún momento tropieza, pero es una suerte que Potter la coja del brazo y la levante.
—Quizá deberías ir a dormir, Evans, no te tienes en pie.
—Lo que James te está diciendo, pelirroja, es que si vas a dormir con él —Black aparece a la espalda de Potter y este le clava el codo en el estómago.
—Definitivamente no estoy diciendo eso, que tú estés tan cachondo como un perro en la época de celo no es que yo lo esté, ¿por qué no vas a tirarte a Remus?
—Lo haremos en tu cama entonces —responde Black y sale corriendo para coger a Remus y luego tirar de él escaleras arriba.
—¡Ni se os ocurrra!
Potter es lento, pero acaba siguiendoles y Lily decide continuar su camino hacia los chicos. Les toca en un hombro y el grupito se gira y ella sonríe, echa su melena pelirroja a un lado y entonces habla, cuando ellos ya están embobados mirándola:
—Veinte puntos menos para Gryffindor por ser unos babosos. Si no queréis que sean cincuenta por cabeza largo de aquí.
—¡Eres una zorra, Evans!
—Menuda hija de puta.
—Ni en una fiesta puedes dejar de ser una estirada, ¿eh?
—Cincuenta puntos menos para Gryffindor. Y avisaré a McGonagall de vuestro comportamiento, espero que disfrutéis el castigo —les guiña un ojo y va hacia Marlene y Dorcas para cogerlas de la mano y llevarlas hasta el sofá.
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[1] Doce momentos y un te quiero [Jily]
FanfictionLily Evans no odia a James Potter. En serio. Solo piensa que es un poco pesado. Y que sus bromas muchas veces no tienen gracia. Y vale, a veces es muy listo, pero el calamar gigante también lo es y no ve a nadie diciéndoselo. Y el quidditch se le da...