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SEIS MESES DESPUÉS:
TALIA SABÍA QUE tomar un turno tarde sería un dolor de cabeza, pero necesitaba el dinero que traía, y las enfermeras nocturnas eran mucho más amables que las del día. Aunque no sabía qué los obligaba a ser tan amables, Talia asumió que era porque ellos tampoco querían estar allí, y que hacer que su tiempo fuera lo más agradable posible haría que las horas previas a la mañana se movieran mucho más rápido.
Sentada en el mostrador de recepción, Talia apoyó la barbilla en su mano e hizo todo lo posible por no quedarse dormida. Jenny, su compañera de escritorio, se había ido a casa temprano después de recibir una llamada de su esposo acerca de que su hijo estaba enfermo, por lo que Talia estaba sola. Miró el reloj en la esquina inferior de la computadora y suspiró para sí misma. Sólo faltaba una hora para la una y entonces podría irse a casa y dormir.
Los turnos de noche eran lentos y Talia solía hacer los trabajos que nadie más quería hacer. Cogió el cubo de la fregona de manos de Lindsey, una mujer mayor que sufría de dolores de espalda pero que seguía yendo al trabajo todos los días, y se ofreció a limpiar los suelos por ella.
━ Eres demasiado amable ━ sonrió, sacando un billete de diez dólares y entregándoselo a Talia ━ por tus problemas.
━ No puedo aceptar eso ━ dijo Talia con una sonrisa ━ es tuyo
Lindsey la miró con indiferencia.
━ Tonterías. Tengo cincuenta y cuatro años, tengo un hijo y aún no tengo nietos, así que si al menos puedo actuar como una abuela contigo, lo haré.
Talia se rió ━ Está bien, gracias.
Trapear los pisos no era un trabajo particularmente agradable, pero Talia lo aprovechó al máximo. Se le permitió usar sus audífonos y mientras escuchaba música, entró en ritmo. Lindsey se sentó en la recepción, mirando a Talia girando alrededor del trapeador como si estuviera actuando con una verdadera pareja de baile, y no pudo evitar reír cuando dejó un rastro de agua por el suelo y se deslizó a lo largo del área de recepción antes de caer de espaldas.
━ Eso parecía una buena idea en ese momento ━ gimió Talia, sentándose y quitándose los auriculares mientras se frotaba la espalda y hacía una mueca de dolor.
━ Y estoy segura de que tu cuerpo te lo agradecerá mañana por medio de un gran hematoma ━ sonrió Lindsey ━ mira, es casi la hora de que te vayas a casa.
