INSTINTO

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Keisuke siempre fue un Alfa ejemplar, su madre se había encargado de ello, dándole una buena educación y buenos valores, a pesar de crecer sin una figura paterna Keisuke logro ser el Alfa que la mayoría de los omegas describiría como ideal y no solo por sus buenos modales. 

Baji Keisuke a sus quince años y con su metro setenta y cinco de altura era un alfa que ademas de educado era popular, su cabello largo y negro, sus ojos afilados, sus característicos colmillos lo hacian fusicamente atractivo para cualquiera, aunque esto ultimo no le importaba al alfa, no había mostrado interés en los temas amorosos, lo cual decepcionó a varios omegas que planeaban cortejarlo.

Pero claro que con el paso del tiempo aquella opinión de "No tengo interés en las relaciones amorosas" se esfumó en el aire, como el humo de un cigarro.

En su opinión cualquiera hubiera tirado a la basura esa mierda de pensamiento al conocer a Chifuyu.

Matsuno Chifuyu, el bonito omega rubio de ojos azules lo había atrapado desde la primera vez que lo vio sentado en un columpio acariciando a un gatito blanco como la nieve, con un collar lila.

Aquel primer encuentro fue un poco desastrozo.

Baji asusto al omega al haberse acercado de la nada, como si fueran amigos de la infancia Baji tomó asiento en el columpio de al lado del rubio provocando que Chifuyu brincara del susto pues un alfa desconocido había tomado asiento junto a él y comenzó a cuestionarlo con respecto al gato que acariciaba con delicadeza, Chifuyu con algo de nerviosismo respondió las dudas de aquel alfa, comentando que había encontrado aquel gato con la pata lastimada maullando debajo del tobogán.

Y Baji no reaccionó a sus acciones hasta algunos minutos después, no sabía porque lo había hecho, simplemente su instinto lo hizo ir hasta el omega con el gato como excusa, el cual tiempo después descubrieron que en el collar del felino había una dirección probablemente de su hogar, ambos decidieron ir para asegurarse que el gatito estuviera seguro y fuera atendido de la manera adecuada.
Y así fue, en cuanto llegaron a la dirección escrita en el collar, una mujer alfa abrió a puerta con una mueca triste en el rostro, la cual sustituyó por una enorme sonrisa en cuanto vio al pequeño felino blanco en los brazos de Chifuyu.

Baji y Chifuyu recibieron muchos agradecimientos por parte de la mujer, ya que ambos se negaron a aceptar la recompensa que la alfa les había ofrecido.

Aliviados se retiraron del lugar caminando hacia la misma dirección.
El mundo es un lugar muy pequeño, Keisuke lo descubrió aquel día al percatarse que Chifuyu y el vivían en los mismos departamentos, ¿Cómo es que nunca antes había visto al omega?

Desde aquel día Baji y Chifuyu comenzaron a encontrarse más seguido, muchas veces se reunían en la casa del omega y otras en la del alfa.
Se hicieron inseparables.

Baji nunca había estado tan agradecido con su instinto, por haberlo hecho ir tras el omega sin temor alguno, juro siempre seguirlo y obedecer lo que su instinto le dictará.

Cuan arrepentido estaba.

Esa tarde su querido instinto le estaba exigiendo ir en busca del rubio lo cual hizo creyendo que era algo normal, siempre sentía la necesidad de verlo incluso después de haber estado con el la mayor parte del día, estar cerca del omega, abrazarlo o simplemente rozar su mano mientras caminaban para Baji era como estar en el paraíso, pero su instinto le había sugerido algo más, que Baji se negaba a aceptar, no podía hacer eso.

En aquellos instantes se encontraba frente a la puerta del apartamento de Chifuyu, no lo pensó demasiado y tocó el timbre, quien atendió para sorpresa de Baji fue una muy apresurada señora Matsuno, al parecer iba tarde al trabajo, pues abrió la puerta en su totalidad dándole espacio al alfa para que pudiera pasar.

-Kei querido, buscas a Chifuyu cierto -el pelinegro sólo asintió rascándose la nuca entrando al departamento - está en su habitación, nos vemos diviértanse.

La señora Matsuno cerró la puerta después de despedirse.

Baji suspiro, en muy pocas ocasiones chifuyu y el se habían encontrado solos, es decir no es como si eso le aterrara o algo por el estilo, es solo que tenia miedo a hacer algo que a Chifuyu no le gustará, pues cuando lograban estar solos Baji aprovechaba para abrazar al rubio mientras veían una película de terror o si el alfa tenía suerte Chifuyu lo llenaba de caricias sutiles  mientras fingía desenredar la larga cabellera de Keisuke.

El alfa sacudió la cabeza dejando de divagar para dirigirse a la habitación del omega.

Justo cuando se encontraba frente a la puerta de la habitación de Chifuyu no tuvo la necesidad de tocar, pues esta fue abierta dejando ver una despeinada melena rubia que pertenecía al lindo omega que buscaba con desesperación.

-Sabía que eras tu -menciono Chifuyu abriendo la puerta y haciéndose a un lado para dejar pasar a Baji.

-¿Me escuchaste hablando con tu madre? -el alfa cuestiono confundido, la habitación de chifuyu no estaba cerca de la entrada así que era muy poco probable que los hubiera escuchado.

-Puedo olerte Baji-san, tu aroma es inconfundible -el omega dijo mientras se recostaba en su cama -además al parecer mi lobo parece tener una alarma especialmente hecha para ti.

Baji lo miraba sorprendido, mientras el rubio se estiraba por toda su cama tratando de alcanzar su manga que había dejado por ahí.

Fue entonces que Keisuke decidió seguir su instinto, tenía que hacerlo, al menos una vez.

A paso firme se acercó a la cama del rubio quien se encontraba distraído leyendo el manga que había estado buscaba hace algunos segundos. Con cuidado Baji lo tomo de su muñeca para poder tener su atención y así fue, el omega había apartado la vista de su interesante manga, ahora solo veía un par de ojos avellana que lo observaban muy de cerca, ya que Baji había aprovechado para acercar su rostro al del omega.

-¿Y que es lo que te dice cuando estoy cerca? -susurro Baji, provocando un escalofrío en Chifuyu -¿te digo un secreto?

Chifuyu asintió nervioso, sentía algo en su estómago que le provocaba cosquillas.

-Mi lobo siempre me ruega por ti, quiere estar contigo siempre -esta vez Baji le susurro al oído - abrazarte, tocarte, olerte todo el maldito tiempo.

Baji bajo su rostro al cuello del rubio, acariciando sus clavículas descubiertas con la punta de su nariz, tratando de guardar la dulce fragancia de chocolate caliente del omega.

Las mejillas del omega estaban rojas como tomates, nunca imagino que Baji también se sintiera de esa forma.

-Pero no puedo hacerlo, no quiero hacer algo con lo que tu no estés de acuerdo -Keisuke acaricio una de las mejillas del omega con mucha delicadeza, como si de cristal se tratara, nuevamente acercando su rostro al de Chifuyu -así que si estoy haciendo algo que te disguste por favor solo detenme o golpeame, como tu prefie...

Baji no termino de hablar, pues Chifuyu lo había callado con un beso, el omega había hecho lo que el instinto de Baji le había gritado esa tarde.

Chifuyu lo estaba besando, no lo podía creer.

¿Es que acaso era un sueño?

Parecía uno, uno del cual no quería despertar nunca.

Keisuke tomó al rubio de la nuca, profundizando más aquel tierno beso, Chifuyu solo siguió moviendo sus bonitos labios torpemente, hasta que se separaron para poder respirar.

Sus respiraciones agitadas era lo único que se escuchaba en aquella habitación.

Chifuyu sonrió mirando a Baji, que parecía estar procesando todo lo que había ocurrido en tan poco tiempo.

-Besalo -esta vez fue Chifuyu quien se había acercado al oído del alfa para susurrarle -eso es lo que me dice mi instinto Baji-san.
























Otra vez sin editar unu.

OMEGACEMBER//BAJIFUYU♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora