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Luego de la interrogación de Hinata y los exámenes para las pruebas en contra de Tsukishima, salió del hospital. Afuera estaban Kenma, Kuroo, Sugawara y Kageyama esperándolo. Intentó sonreír, pero Kageyama antes que pudiera hacerla, lo abrazó. Literal se lanzó a sus brazos, mientras Hinata lloraba en su hombro.

-Ya estás a salvo Hinata. – le dio un beso en la mejilla, le tendió la mano, pero Hinata con duda se la dio – ya no te haré daño, te lo prometo. ¿Vamos? – Hinata asintió.

Unas semanas después...

-Entonces, Kei. ¿estás consciente de lo que hiciste? – un oficial fue al Hospital Psiquiátrico donde Tsukishima se estaba quedando.

-Si oficial.

-¿Lo volverás a hacer? – lo dijo dudando. Pero, Tsukishima se quedó callado, para luego echarse a reír.

-Dígame, señor oficial, si usted ve un postre que le gusta muuuucho, ¿Lo compraría de nuevo?

-¿A donde quieres llegar, Tsukishima?

-Hinata es mi postre favorito, y no dudaría en hacerlo de nuevo.

En la casa de Kageyama...

-Hinata lleva mucho tiempo encerrado en tu cuarto Kageyama. – Sugawara dijo con una cara afligida.

-Hay que darle su espacio, después de todo, él fue víctima de una violación. – Iwaizumi agregó.

Todos vieron como Kageyama sacaba la cajetilla de cigarros del bolso de la mandarina e iba a su habitación.

Tocó tres veces.

-Hinata, voy a entrar. – Kageyama entró a su habitación y encontró a un Hinata hecho bolita en su cama, abrazando la almohada que Kageyama usa. – toma. Te traje esto. – Hinata levantó la vista y vio su cajetilla en las manos de Kageyama. La recibió y prendió uno, dejando que el humo tóxico invadiera sus pulmones para luego dejarlo salir por la boca. Kageyama vio que Hinata se relajó un poco y eso lo tranquilizó de cierta forma.

Luego de un rato, Kageyama habló.

-¿Quieres hablar sobre lo que pasó? – Hinata se dio la vuelta, quedando frente a frente con Kageyama.

-No se que quieres que te diga... Kei me violó y el sabia que yo estaba consciente. Que mas quieres que diga. Yo no podía hacer nada, ni gritar, solo podía esperar a que dejara de violarme – Hinata se echó a llorar, y los brazos de Kageyama lo rodearon, brindándole el amor que en este momento necesitaba.

-Hinata, no tienes que cargar con esto tu solo. – Kageyama puso su mano encima de la de Hinata. – recuerda que yo siempre estaré aquí para ti, para lo que sea. – y con un beso en la frente, dejo descansar al menor, el cual se acostó en la cama de Kageyama, dejándole un lado para que se acostara con el. Ni lo pensó, solo se acostó a su lado y lo abrazó, apegándolo a su cuerpo.

-Gracias por quedarte conmigo Kageyama. – al mayor se le salieron un par de lágrimas.

-Siempre te cuidaré, Hinata. Nunca lo olvides. Te amo.

-Yo también te amo Kageyama. – y así, ambos adolescentes se quedaron dormidos, abrazados, recibiendo el amor del otro.

Al otro día...

Los rayos del sol se colaban por las cortinas semi abiertas de la pieza de Hinata, dándole directamente en la cara.

-Agh, maldito sol. – miró a su lado y Kageyama no estaba. Ya se debe haber ido, después de todo él vive en Tokio. Como pudo, se levantó de la cama y fue hasta el baño. Apenas abrió la puerta, vio a un peli negro semi desnudo lavándose los dientes. Ambos se quedaron parados, sin moverse. Hasta que Kageyama habló.

-Eh. Perdón por usar tu ducha, quería bañarme. – miró a Hinata, el cual estaba sonrojado hasta las orejas. – eh~ así que aun causo ese sentimiento en ti – Hinata solo entró al baño, se puso enfrente de Kageyama y se paró de puntitas, dándole un corto beso en los labios.

-Sabes a pasta de dientes.

-Lógico, me estaba lavando los dientes – ahora Hinata podía ver bien a Kageyama, estaba con una toalla envuelta en su cintura sin nada en la parte de arriba, dejando ver sus abdominales bien trabajados. – tan sexy soy?

-Es inevitable, eres hermoso – y una sonrisa. La misma que Kageyama juró proteger, volvía a Hinata.

-Hinata, te amo.

-Yo también, idiota.

^^  

Capítulo corto, pero con cariño ;( 

Lxs tkm <3

Mai fuera-------->

708 palabras

el chico de los cigarrillos [eterno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora