Pasaron varias semanas desde esa noche, y Suna y yo empezamos a acostumbrarnos a ser pareja. Había vuelto a su casa varias veces, pero no había vuelto a ver a su padre, ni una sola vez. Suna no me estaba contando todo todavía, pero estaba empezando a abrirse más y más.
Lentamente, a su manera, pero eso estaba bien para mí.
Mis padres se sorprendieron cuando les dije que Suna y yo estábamos juntos, pero el más sorprendido de todos fue Atsumu.
—Pero- ¡Pero ustedes dos se odian! —Había exclamado, provocando una risa de Suna y de mí.
Osamu había esperado esto. Bueno, él era el gemelo más inteligente. Hacía mucho tiempo que entendía que las cosas habían cambiado entre Suna y yo, y estaba feliz. Fue gracioso ver a los gemelos amenazando a Suna como los hermanos sobreprotectores que eran, pero no eran lo suficientemente creíbles.
Kumiko me dio un «te lo dije» propio y me hizo contarle cada pequeño detalle. Por extraño que parezca, ni siquiera se enojó cuando descubrió cuánto tiempo le oculté esto.
Estaba serena. Suna me dio algunas preocupaciones adicionales cuando apareció con un nuevo moretón o círculos oscuros más pesados de lo habitual debajo de los ojos, pero no lo habría cambiado por nada del mundo. A veces seguía siendo natural para mí ocultar el afecto que sentía por él o negar el hecho de que estábamos juntos. Todo era nuevo y extraño, pero realmente muy feliz.
Unos días antes de Navidad, Suna y yo estábamos estudiando en mi habitación. Me estaba ayudando con el inglés, que no podía entender, pero parecía distraído y ausente.
—¿Estás seguro de que estás bien? —Le pregunté por décima vez esa tarde.
Suspiró, se pasó la mano por el pelo y después de unos segundos. —Mi padre se escapó hace un par de días. Se llevó todo el dinero que teníamos escondido, incluso la alcancía de Yuki y algunas de las joyas de mi madre.
Abrí mis ojos. —¿Por qué no me lo dijiste?
Suna bajó la cabeza, como avergonzado. —Esperaba que volviera. —Murmuró.
Suspiré. Besé su frente y le hice mirar hacia arriba. —¿No lo hará?
—La última vez que se fue, regresó después de cinco años, y solo porque no le quedaba dinero para gastar ni un lugar donde vivir. Ha estado haciendo esto desde que mi mamá quedó embarazada de mí. Se escapa y luego regresa, y cada vez nos vuelve a abandonar. Esperaba que esta vez, viendo lo mucho que lo ama Yuki.
Tomé su mano y permanecí en silencio. ¿Qué puedo decir? Mis padres biológicos solo me habían abandonado una vez y ahora tenía una familia amorosa que nunca me dejaría sola, así que no podía decir que lo entendía. Solo sentí ira y repulsión contra el hombre del que Rin había tomado solo su apellido y color de ojos. Quería hacer algo para ayudarlo, para que se sintiera mejor, pero era impotente.
Suna se quedó a cenar con nosotros. Intentaba estar relajado y alegre frente a mi familia, pero mis hermanos y yo podíamos ver claramente que no era ninguno de los dos.
—Suna, ¿qué vas a hacer estas vacaciones? ¿Vas a visitar a algún familiar? —rPeguntó mi madre.
—No, me voy a quedar en casa con mi madre y mi hermana.
—¿Y lo celebrarás solo el día de Navidad? —Dijo ella en un tono arrepentido.
Suna se movió en su silla, incómodo. —No celebraremos la Navidad este año. Es un momento un poco difícil para mi familia y no tenemos ganas de celebrar. —Dijo. También trató de sonreír cordialmente.
Mis padres intercambiaron una mirada, luego mi padre hablo —¡Ven aquí entonces! Tu mamá y tu hermana también están invitadas. No tenemos muchos familiares a quienes invitar y todos los años siempre terminamos siendo nosotros cinco y una cena demasiado grande. Nos encantaría que vinieras y te unas a nosotros.
Suna hizo que su mirada se posara en los rostros de cada persona en la mesa. Cuando lo puso sobre el mío, le sonreí para tranquilizarlo.
—Gracias por la invitación. Le preguntaré a mi madre y te lo haré saber lo antes posible. —Mi madre le sonrió y, por si acaso, le sirvió otra ración de patatas.
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Sour Boy | Suna Rintarou (TRADUCCIÓN/EN EMISIÓN)
FanficPocas cosas en la vida eran capaces de molestarme infinitamente. Una de ellas era sin dudar Suna Rintarou. Miya Izumi y Suna Rintarou siempre encontraban alegría atormentándose mutuamente, pero en su tercer año de secundaria, durante una fiesta, las...