Cari amici

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Ethan:

Imposible olvidarnos de Mar. Aún recuerdo la sonrisa que traía Damiano después de conocerla. Su rostro se iluminaba contándolo todo, el choque, la perrita, el café, Marlena tratando de imaginar su rostro. Desde ese día llegaba más temprano y salía corriendo a la cafetería que estaba a unas cuadras. Lo sé porque un par de veces pasé por ahí y lo ví, la primera vez parecía que esperaba a alguien, volteaba nervioso mirando por el vidrio. Días después, volví a pasar y me llevé una sorpresa... estaba con esa chica. Ella parecía contarle una historia divertida y él, bueno, tenía la cabeza apoyada en la mano y el codo sobre la mesa. Jamás había visto a Damiano en esa "posición". La ridícula posición de amor.

Thomas:

Los días siguientes usaba posturas más relajadas frente al micrófono y nos contagiaba de felicidad. Su nueva "actitud" tenía una vibra muy positiva. Incluso nos animó a salir y tocar en las calles de Roma. Decía que eso nos prepararía para salir de nuestra "Zona de confort".

-¿Nuestra qué? -Pregunté.

-Es algo que aprendí de Mar. Si realmente queremos mejorar, debemos probar cosas nuevas -Explicaba sentado en el piso.

Al principio creímos que no estábamos listos pero apoyamos la idea. Salimos a las calles, nos reuníamos más días a la semana para ensayar e incluso nos hizo tocar con una venda en los ojos. Al mismo tiempo, intentábamos no volvernos locos con las clases en la escuela. Estábamos agotados pero... ocurrió.

Victoria:

¡Lo habíamos encontrado! Era eso que le hacía falta a la banda y que tras días de ensayos, probar cosas nuevas y ponernos al límite, finalmente conseguimos. El bajo, la guitarra, la batería y la voz... sonaban a Måneskin. Había dejado de ser música, para convertirse en "nuestra música" ¡Woooow!

Recuerdo cómo terminamos de tocar una canción y nos miramos por unos segundos para estallar de emoción en un abrazo grupal. Un momento maravilloso de nuestra vida y debía celebrarse.

-Amigos, vamos a cenar algo para festejar -sugirió Thomas. 

-¡Claro! y tal vez Damiano podría llevar a su chica para que podamos conocerla. - Mencioné.

-¿Cómo sabes que es mi chica? - Respondió Damiano con una sonrisa y sin mirarnos a los ojos.

-Ya no puedes negarlo. Te seguimos el otro día y la vez en ese café. - Dijo Ethan.

-¿Cómo se atreven? -Damiano se defendió sarcástico mientras nosotros continuábamos haciendo preguntas sobre su relación con Mar. -La verdad es... me pongo nervioso con ella, sí. Pero solo somos amigos. Pero tienen razón, mucho de lo que yo he sugerido son ideas que aprendo de ella, le gusta tocar el piano.

-Entonces deberíamos agradecerle personalmente ¡Vamos, tráela! -Le animé. 

Damiano aceptó emocionado.

Thomas:

Fuimos a un pequeño restaurante del barrio Trastevere. Victoria y yo ya habíamos ordenado bocadillos cuando Ethan llegó. Unos minutos después entró Damiano con Marlena del brazo. Vaya que era una chica linda, usaba un pantalón negro y una bonita camiseta verde. Su rostro era dulce, de linda sonrisa.

-Cari amici, les presento a Marlena. -dijo Damiano.

-Encantada de conocerlos -respondió ella, y luego le susurró algo a Damiano.

-Chicos, Mar quisiera tocar su rostro uno por uno. Por favor.

Victoria:

"Yo primero" respondí. Dami tenía razón, Marlena daba mucha ternura mientras tocaba tu rostro.

-Victoria ¿certo?, te imagino bellísima, apuesto a que tus ojos son preciosos.

-Gracias Mar. Tú también eres muy linda.

Después siguió Ethan.

-Oh Dio!!! Tu cabello. ¿De qué color es? -sorprendida.

-Negro -respondió Ethan un poco ruborizado.

-¿Te gusta?

-Sí, definitivamente lo odiaría rubio.

-¡Genial!

Y finalmente Thomas...

-Oh, ¿Thomas? Qué bonita nariz tienes. Dicen que los guitarristas siempre son muy sexys. Apuesto a que ya tienes muchas fans detrás de ti.

Creí que la conversación con Mar podía tener algunas complicaciones porque no la conocíamos más de lo que Damiano contaba de ella, pero, terminamos de presentarnos y todo fue muy natural, reímos y bromeamos un poco sobre la cantidad de fans que teníamos, pocos en realidad, la mayoría eran nuestra familia.

Ethan:

Ordenamos comida y un poco de vino. Marlena nos estaba platicando sobre su afición por el piano y los consejos que seguía para poder mejorar en la práctica. También nos habló sobre sus músicos favoritos; Chopin, Schubert, los clásicos. Aunque también le gustaba un poco de Etta James, Piazzolla... de todo un poco.

-Ahora tengo una banda favorita.

- ¿Cuál? -pregunté interesado.

-Pues... Måneskin. Estoy segura de que tocan maravilloso.

-¡Hey! Después de esto deberíamos reunirnos para que nos escuches tocar.

A Mar le encantó la idea y todo iba bien hasta que Thomas preguntó...

Thomas:

"¿Y qué hay de tu familia, Mar? Damiano solo nos ha contado sobre tu tía"

-Pues... no, no conozco a mi padre y mi madre murió cuando yo era pequeña. Mi tía se hizo cargo de mí desde entonces -Su sonrisa se apagó un poco.

-Bueno, no hay porqué ponerse tristes ¿Por qué no vamos por un helado? -Sugirió Damiano.

Marlena:

Queridos amigos... la tarde que los conocí, fue una de las más hermosas de mi vida. La comida, el helado, la música en esa calle donde bailamos y después cantando en el karaoke. Recuerdo sus voces a la perfección, todos haciéndome sentir como si no me faltara nada. Siendo tan atentos, tan amables. No me hizo falta mirar su rostro para saber que cada uno es hermoso y especial.

Recuerdo cuando me llevaron a casa, me ayudaron a bajar del taxi y me despedí de ustedes con un abrazo. Sabía que serían importantes en mi vida así que dije "nos vemos pronto". Damiano me acompañó hasta la puerta de mi casa y mi tía me abrió, lo saludó y nos dejó solos para despedirnos.

-Mar, no tienes idea de lo feliz que soy por haber tropezado contigo el otro día. Me alegra que aceptaras venir.

-Al contrario, gracias a ti por invitarme. Me siento feliz de que mis consejos ayudaran, aunque, realmente tienen mucho talento y creo que es su destino.

-Ojalá tú también seas mi destino.

Me quedé inmóvil cuando sentí que su rostro se acercaba. No hice más que esperar el beso. El sabor de sus labios fue tan dulce, romántico, cálido. Erizó cada parte de mi piel, tal como imaginé que se sentiría un beso de amor.

-Ciao, Marlena.

Se despidió de mí y regresó al taxi.

Ethan:

Todos presenciamos el beso al otro lado de la acera. Ahí supe lo importante que sería Marlena, no solo para Damiano, para Måneskin en general. Gracias a ella habíamos encontrado la forma de crear el sonido que nos une. Ahora me pregunto si ella también será capaz de crear un profundo dolor que podría... separarnos.

La paura del buioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora