Damiano...

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Giovano:

Esa mañana había regresado de un vuelo a Malta y me sentía angustiado por mi hermano, no respondía el teléfono desde la última vez que nos vimos en mi departamento. Brandy daría un concierto por la tarde y esperaba que él pudiera acompañarme, le envíe un par de mensajes más pero seguía sin responder.

Finalmente, llegué al teatro solo, unos minutos antes como de costumbre y con un pequeño ramo de flores para sorprender a mi prometida. Subiendo las escaleras, justo en la entrada, me encontré con Franco y Renè, una pareja de violinistas amigos de Brandy (que ahora eran mis amigos también).

-¡Gio! ¡Qué gusto verte! -Gritó Franco, siempre tan efusivo.

-Estábamos empezando a preocuparnos -mencionó Renè.

-¿Me estaban esperando? -respondí en tono sarcástico y continué bromeando -Brandy creé que tengo buena suerte pero no sabía que me consideran el amuleto de la orquesta ¿Tengo cara de ¡Rómpete una pierna!?

La pareja soltó una carcajada, la de Franco era estridente, muy diferente a la de René que sonaba más como un ronquido ligero.

-¡Ay, Gio! Claro que nos alegra verte - dijo René entre risa, luego bajó el tono de voz acercándose a mí: -pero ya sabes cómo es Renzo, el director. Está adentro ¡furioso! a punto de cancelar el concierto.

-¡Gracias a Dios, están aquí!. -Franco también se acercó a mi oído y susurró -Por favor, dile a Brandy que se apresure. Está todo listo.

Ambos se revolvían las manos con nerviosismo. René miraba hacia las escaleras, expectante.

-¿Cómo? ¿Brandy no está con ustedes? -pregunté consternado.

-No -respondieron a coro.

-Pensamos que venía contigo. El llamado era hace una hora y ella todavía no aparece. -Aseguró René.

La expresión dudosa de ella y la mirada temerosa de él me erizaron la piel. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y comencé a llamar a Brandy desesperadamente.

"Buzón de voz"

No pensaba con claridad pero intentaba mantener la calma. Detrás de mí, nuestros amigos revisaban sus redes sociales desesperadamente por si lograban comunicarse con ella en alguno de estos medios. Minutos después me entró una llamada "número desconocido" sentí un dolor intenso y punzante en el lado izquierdo del pecho, intenté tragar saliva pero tenía la boca seca.

-¿Pronto?... sí, soy yo, Giovanno, Giovanno David... ¿Dónde?... ¿Se encuentra bien?... voy para allá.

Voltee a ver a Franco y René "Brandy tuvo un accidente y la están trasladando al hospital Policlínico" mi rostro estaba completamente pálido. Bajé las escaleras a toda prisa.

-¡Espera Gio, yo conduzco! ¡Renè, avisa a todos, te llamaré más tarde!

Franco conducía hacia el hospital; no pude evitar pensar lo peor cuando cruzamos la avenida Piemonte y observé el auto de Brandy parcialmente destruido en el cruce con el bulevar Fontana. Franco intentaba calmarme pero yo no paraba de gritar "¡Vas muy lento, carajo!" Deseaba poder elevar ese automóvil por los cielos igual que mi avioneta.

Al llegar al hospital di mi nombre en la recepción, me dieron un cubre ropa azul y me condujeron rápidamente a la habitación 606, un médico me detuvo en la puerta:

-¿Usted es el familiar de Brandy Rothschild?

-¿Cómo está, doctor?

La paura del buioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora