La paura del buio

Olivia

Olivia:

Harry y yo estábamos viviendo una vida de ensueño, primero en Santo Domingo y después en la Habana. Si existe un lugar en el mundo parecido al paraíso, es el Caribe. Con cada día que pasaba me sentía más viva, ágil, feliz. El pasado en Italia; la tragedia de ver a mi hermana morir; Marlena sin poder ver... todo era un recuerdo lejano.

Extrañábamos mucho a Brandy, Harry y yo le habíamos pedido en incontables ocasiones que se mudara con nosotros a Cuba. Sin embargo, estaba saliendo con un piloto italiano al que parecía no querer abandonar. En el fondo, eso me producía un extraño dolor de cabeza pese a que Giovano mostraba las mejores intenciones con Brandy. Al teléfono o en fotografías parecía simpático pero había algo en él que no me terminaba de convencer. Honestamente... esperaba que no fuera nada serio.

Esa mañana llegué a la universidad de la Habana para hablar con el director del proyecto en el que estaba colaborando. Habíamos trabajando arduamente en la comprobación de dos medicamentos efectivos para el tratamiento contra el cáncer. Después de hablar sobre patentes y laboratorios, me retiré a mi oficina. Marta, mi secretaria, me detuvo antes de llegar a la puerta:

-Doctora Olivia, tiene una llamada desde Italia.

-¿De Italia...? -Dije mientras se me erizaba la piel. -¿Quién llama?.

-Un joven, de parte de su hija, Brandy.

"Qué locura. ¿Ahora me llamará el piloto?" pensé. Marta pasó la llamada al teléfono de mi oficina. Me senté mientras observaba la lada en la pantalla "+39" Roma. Las manos se me acalambraron y mi corazón se detuvo por un instante cuando escuché su voz...

-¿Pronto? ¿Tía? Soy yo... Brandy. Tu teléfono estaba apagado y decidí llamarte a la oficina.

-Hola mi vida. ¿Cómo estás? ¡Espera! Me llamas del celular de Giovano ¿verdad? -Podía escuchar la respiración nerviosa de Brandy y el latir acelerado de su corazón -¿Brandy...?

-No tía -hizo una pausa larga -Estoy en Roma. Han pasado muchas cosas, primero, déjame explicar... estoy con Damiano.

Me levanté de golpe.

-¡¿Qué?!

En ese momento colgué el teléfono y encendí mi celular. Hice una videollamada con Brandy, era cierto. Ahí estaba Damiano y sus amigos con ella. Me explicaron en resumen lo que Tony había hecho para evitar que Damiano continuara su relación con Mar; también me explicaron que "el piloto" era en realidad hermano de Damiano. La cabeza me daba vueltas; ¿era posible? ¿había llegado el momento de enfrentar el pasado y buscar la justicia que en el fondo siempre había anhelado? Colgué el teléfono, tomé mi bolso y salí de la oficina.

-Marta, linda. Cancela mis citas y reuniones de esta semana. Compra un boleto a Roma con escala o sin escala pero que llegue hoy. Énvialo a mi correo y si llama mi esposo dile que le escribiré más tarde. Gracias por todo.

Estuve en contacto con Brandy y Damiano desde que salí de Cuba; sin embargo, temían que alguien los estuviera siguiendo así que enviaron a alguien de seguridad para recogerme en el aeropuerto. Tres chicos fuertes y una joven de carácter amigable pero que no dudaría en romperle las piernas a alguien. Me llevaron a un hotel cerca de la Piazza Navona y ahí me encontré con Brandy.

Damiano habían planeado todo cuidadosamente pero debíamos ser lo más discretos y rápidos posibles. Los chicos le pedirían a Fabiana ir a la disquera para hablar sobre las irregularidades financieras en las ventas de su reciente álbum. Nada sospechoso ya que ella era la directora comercial. Odiaba ir a la disquera por lo que siempre proponía otro lugar.

Victoria

Durante años, habíamos construido una relación agradable con Fabiana. Nos quería, nos cuidaba, hablaba abiertamente con nosotros los temas comerciales hasta que Tony había decidido contratar a un nuevo contador y dejar que Fabiana únicamente se responsabilizara del marketing... gran error. Pues, haciendo caso al consejo de Francesco, habíamos revisado todas las cuentas y existían varios problemas con los cálculos de los pagos de impuestos. Algo andaba muy mal.