Capítulo 12: Una cara que no quería recordar.

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Tras un par de días parece que Rosa y sus hermanos(quienes ahora me enteré que se llaman Renzo y Royce respectivamente) parecen haberse acostumbrado a vivir con nosotros, aunque la gente aún es cautelosa y Clara suele acercarse a Rosa para hablar con ella en privado, supongo que el que los consideren peligrosos en parte ayuda a que nadie cause disturbios en la tienda, respecto a lo de esa noche, me alegra decir que se repitió en más de una ocasión, incluso terminamos compartiendo cuarto, así además los niños tienen su propio cuarto y todos ganamos. Hablando de los niños, parece que Luna se ha vuelto bastante cercana a ellos, lo que me parecía bonito hasta que le pregunté sobre ello.

-No sabía que te gustaran los niños Luna. -Decía mientras barría el suelo.

-Supongo que es mi forma de ayudar aquí, además, podrías decir que es una inversión a futuro.

-¿Una qué? -En su cara se dibujó una sonrisa desagradable.

-Solo debo asegurarme que crezcan grandes y sabrosos juejuejue...

-Luna...

-¿Sí?

-Al rincón horny.

-Siempre me mandan al rincón horny. -Se quejaba mientras se iba al sitio.

-En serio ¿Qué clase de gente es con la que vivo? -Suspiré mientras seguía barriendo.

-¡¿Quién movió mis cartas?! -Gritó desde el rincón.

Como nos estábamos quedando sin mercancías opté por volver al otro lado, esta vez le pedí a Rosa que me escolte, siendo una mujer lobo conocería mejor como moverse por el bosque que yo y siendo que tenía una fuerza impresionante(cosa que comprobé ya) podría ayudarme a traer las cosas mañana.

-¿Recuerdas el reloj que dejé en casa?

-Sí.

-Cuando marque las 9 de mañana estaré en este punto, así que ven a ayudarme ¿Entendido?

-Sí mi alfa. -Aunque me gustaría que me llamara por mi nombre sigue con eso del alfa, pero supongo que mientras sea feliz yo estoy bien.

Tras cruzar el 90% de nuestras ganancias cambió a la moneda de mi mundo, no hace falta mencionar que para este punto hablábamos de miles de dólares por lo que las compras deberían ser abundantes, le deje el otro 10% en caso de que necesiten cambio, así que opté por ir a la distribuidora a comprar todo, lámparas, fósforos, aceite, sal, azúcar, dulces, comida enlatada y ropas de diferentes tipos, incluso habían algunas semillas que nos compraban ya que crecían mejor que las del otro lado.

-El carrito de siempre. -Dijo el cajero.

-Sí por favor.

-Deberías comprarte una camioneta para cargar estas cosas.

-Créeme, donde vendo, no sirven las camionetas. -Mientras cargaba todo una voz se escuchó desde mi espalda.

-¿Marcos? ¡Tanto tiempo! ¿Cómo has estado? -Cuando escuché esa voz un escalofrío recorrió mi espalda, al girarme la vi, Yamila, la chica que me mandó al diablo justo el mismo día que obtuve la tienda.

-¿Ah? -Alcancé sólo a atinar.

-NO te veía desde... bueno... eso. -Dijo sonriente.

-Ajá. -Dije sin expresión y asintiendo.

-Vamos ¿Qué fue de tu vida? Cuéntame ¿Conseguiste trabajo? ¿Pareja? Yo eh estado saliendo con un abogado que conocí hace unos 2 meses. -Y eso que solo pasó poco más de un mes de nuestra ruptura.

-Me... me tengo que ir. -Dije mientras tomaba mis cosas y salía, yendo hacia la puerta lo más rápido que pude, en ese momento mi mente volaba de pensamientos extraños, aquella que me dejó, quien tiró una relación de más de dos años y me desechó como basura simplemente venía aquí y se mostraba alegre, hablando como si aún fuéramos amigos, me enojaba de una forma increíble, ella me había desechado por considerarme inútil y venía a hablarme como si nunca hubiera pasado nada... pero entonces me detuve ¿Había cambiado algo realmente? Sí, tenía trabajo, pero aparte de eso, seguía siendo el inútil de siempre, incluso si Rosa me hubiera elegido... entonces un pensamiento más oscuro pasó por mi cabeza.

-¿Realmente me eligió o no tuvo elección? -Ella dijo que el Alfa era el que se reproducía primero en una manada y sí yo lo era ¿Qué me aseguraba que simplemente no había sido un sacrificio por sus hermanos? 

Esa noche me quedé en el risco viendo la aldea desde la distancia, no busqué un hotel en mi mundo, solo compré una caja de vino y me recosté en árbol mientras veía la aldea a lo lejos debatiendo conmigo mismo que debía hacer a continuación...

mi tienda en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora