Capítulo 30: Comienzos de obra.

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Mientras el general noble partía hacia la capital yo me puse manos a la obra, para el presupuesto me dieron unas 4500 monedas de oro(cerca de 1.000.000 de dólares) por lo que tendría que invertirlos bien tomando en cuenta el tamaño de la obra. Lo primero que hice fue comprar unos 50 kilómetros de alambre, así como postes con los que construir los soportes de la cercha eléctrica, además de obviamente, una cantidad similar de alambre y algunos marcos metálicos para hacer de puertas, para los paneles, necesité cerca de 20 paneles para alimentar la obra además de comprar una retroexcavadora para las obras, aunque fue difícil aprender a usarla sé que será de mucha utilidad. 

Lo más útil fue que tras cruzar con aquel dinero, la puerta me brindó una nueva habilidad "transporte de mercancía" básicamente me permite transportar cosas entre mundo para que aparezcan frente a la puerta, como era obvio a causa de esto moví la puerta a la zona exterior de la tienda para que no destroce el cuarto. Al principio era gracioso ver como reaccionaban ante la aparición de cosas de la nada, sólo desearía que no se hubiera casi creado un culto a la retroexcavadora por eso... pero creo que contaré esa historia en otra ocasión. También compré ciertas cosas previendo la llegada de los nuevos habitantes y contraté a los aldeanos para que me ayudaran a talar una ruta, gracias al ruido de la retro la mayoría de monstruos se alejaban de nosotros haciendo nuestro trabajo más fácil. El proyecto avanzaba lento, pero al menos era más rápido que obra municipal, para cuando el general Donovan volvió tres meses más tarde, habíamos logrado extender un camino de al menos unos 20 kilómetros, permitiendo conectar la aldea con la salida norte (la más cercana) del territorio, claro que este camino ya tenía sus respectivas cerchas eléctricas y alambrado interno para que la gente no entre en contacto con la corriente. En este proceso las carpas que había puesto en venta tiempo atrás resultaron bastante útiles.

Al regresar Donovan, le acompañaba una caravana de 100 personas, entre los que podías encontrar niños y adolescentes de no más de 14 años, hombres lisiados, mujeres cuyo aspecto denotaba una vida dura así como algunos hombres y mujeres de buen aspecto aunque sucios. Cuando llegó este no pudo ocultar su asombro respecto a nuestro avance.

-Admito que no tenía tanta fe con su dirección tendero, aunque felizmente me equivoqué al dudar de sus capacidades. -En ese momento Carla sacó el pecho con orgullo.

-Es porque Marcos es el tipo más confiable que encontrarás, incluso consiguió la ayuda de un dios para esto. 

-Por última vez Carla, la retroexcavadora no es un dios. -En eso ella me miró confundida.

-¿Entonces por qué el señor panadero sacrificó una cabra en su honor?

-¡No de nuevo Raúl! -Me quejé, tras unos momentos de risa por parte de Donovan movimos a la gente al pueblo, como no teníamos espacio para todos, les preparamos un campamento en el camino, allí pude tratar a los enfermos y heridos, después de todo, preparado para este tipo de situación es que compré múltiples prótesis, medicinas y vitaminas, así como comida. La cara de los soldados que finalmente volvían a caminar era indescriptible, su felicidad desbordaba y casi parecía que hubieran presenciado un milagro. 

-Yo... no sé como puedo pagar tal bondad. -Decían casi rezándome.

-Sólo trabajen duro en los campos y sigan las leyes del territorios.

-¡Trabajaré hasta que mis manos sangren! -Decían con entusiasmo.

-Tampoco tanto. -Con esto además sumamos un número bastante alto de trabajadores al proyecto de expansión de rutas y aldeas del territorio...

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