Capítulo 2: Pues si están comoditos

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Tras caminar por un par de minutos llegué a las puertas de aquel pueblo, frente a mí habían unas paredes de troncos enormes además de dos guardias con lanzas, quienes al verme desde la cima del muro gritaron con fuerza.

-¡Identifíquese!

-Me llamo Marcos aunque me dicen que soy una decepción para la familia.

-...

-...

-Chico... ¿Estás bien?

-La verdad no. -Estoy en otro mundo donde un habitante del medievo me está teniendo lastima, está claro que no estoy bien.

Tras aquel incómodo momento uno de los guardias bajó y una pequeña puerta se abrió, saliendo el mismo de esta para recibirme.

-Soy Jasón, soy uno de los guardias en la aldea Bareta ¿De donde vienes? -Dudo que me creyeran si dijera que soy un viajero de otro mundo o igual sí, pero por si las dudas reservémonos ese tema por el momento.

-Soy un comerciante ambulante, me dijeron que este pueblo necesitaba mercancías, así que vine a ofrecer lo que tenía. -Técnicamente no es mentira ya que es para lo que la supuesta diosa me envió.

-¿Puedo ver que vendes? -Mierda ¿Qué carajos vendo? Sabía que debía haberle pedido a la diosa algo más, pero antes de que pudiera responder, noté como sus ojos veían mi maleta. -¿Me vas a mostrar la mercancía de esa maleta o no? -Aunque esto era mío en realidad, sinceramente no tenía otra opción ya que me presenté como comerciante, así que no me quedó de otra que abrir mi maleta y mostrarles mis cosas, al tocar mi campera para la lluvia, de pronto noté un brillo en sus ojos.

-¡¿Qué es este material?! -Dijo mientras lo levantaba por el aire.

-¿Uh? ¿Eso? Es una campera de nylon, no dejan pasar ni el agua ni el viento por lo que es excelente para los días de lluvia. -Al decir esas palabras el guardia retrocedió varios pasos y tras unos momentos sacó un cuerno y lo hizo sonar, para cuando lo noté una docena de soldados se encontraban rodeándome con arma en mano, entonces uno de gran tamaño cerca de los 40 y con una barba bien cuidada se acercó y habló con fuerza.

-¿Cual es la emergencia Jasón? -El soldado del inicio, con una sonrisa propia de un niño acercó la prenda al hombre mayor.

-¡Jefe! ¡Jefe! Este comerciante dice que tiene telas que anulan el agua y el frío al completo. -Yo jamás dije eso, pero el guardia me miro con incredulidad.

-¡Que disparates dices! Es obvio que es una estafa. -En ese momento todos me apuntaron con sus lanzas.

-Oiga... si pruebo que al usar esa campera no te mojas ¿Bajarían las lanzas? -El soldado me miró con seriedad.

-Muy bien, traigan agua. -Tras eso dos soldados salieron corriendo y volvieron con un balde lleno de agua, entonces el general miró a uno de los soldados de menor estatura y le hizo dar un paso al frente.

-Carla, tú serás quien pruebe tal artefacto. -El caballero miró a su líder, quien le devolvió una mirada seria y ella asintió.

-Si padre. -Tras eso se quitó la armadura, revelando a una joven de cabello rubio y corto y hermosa figura, tras esto le pasaron la campera y esta se la colocó, debo admitir que ver a una hermosa mujer usando mi ropa provoca ciertos sentimientos... pero no nos desviemos del tema, ella extendió su brazo y otro de los guardias comenzó a verter el agua sobre la manga, tras unos segundos todos se quedaron en silencio esperando el veredicto, ella se quitó la campera y con asombro me miró.

-No... no está mojada. -Al escuchar eso todos soltaron un grito de asombro, realmente no lo entiendo, pero creo que me salvé.

-¡Es...esto es increible! -Dijo otro soldado.

-¡Les dije! ¡Les dije! -Cantaba con alegría Jasón, yo solté un suspiro de alivio, pero rápidamente todas las lanzas volvieron a apuntarme.

-Ven con nosotros y no te resistas. -Dijo el líder de los caballeros...

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