Capítulo 38: Inauguración y preparación.

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Una vez estuvo todo completo fue que finalmente pudimos estrenar tanto el cine como la disco, claro está que cada uno fue estrenado en un día diferente, para el primero además llamé a la gente de los pueblos cercanos y opté por abrir con algunos clásicos populares, no hace falta decir que el sitio fue un rotundo éxito, por suerte tenía a la maga para atender la taquilla, aunque la entrada solo costaba 20 cobres, la popularidad del mismo lo hizo bastante rentable, además, logramos un acuerdo entre los comercios para la tiendita del cine, básicamente habría un poco de todo, claro, asegurándonos que no fueran comidas olorosas o imposibles de comer sin cubiertos o platos, podría decirse que es el único cine que te venden sándwiches y hamburguesas entre sus repertorios de golosinas de cine.

Con la apertura de la disco la más beneficiada fue la dueña del bar, quien comenzó a vender tragos como si no hubiera un mañana, claro, el dinero de las entradas iba para mí(podrías decirle pago por la idea).

Una vez los negocios fueron establecidos me fui a ayudar con la construcción de las aldeas, la cosa iba bien, el edificio que usarían como posada ya estaba casi terminado y con ayuda de Eduardo la retro nos tomó cerca de un día terminar cada una.

Con todo listo finalmente podía volver a mis actividades de tendero, ese día mientras cenábamos todos juntos pasó algo extraño, la señorita "maga"(En realidad se llamaba Martha pero bueno) estaba mostrándole a Luna unos libros que supuestamente le ayudarían a poder salir de la casa.

-Aquí dice que necesitamos una raíz de mácora. -Decía Martha.

-¿Una qué? -Respondía Luna.

-Una raíz como esta. -Decía mientras señalaba, mientras se acercaban entonces fue que ambas entraron en contacto y de pronto Luna poseyó su cuerpo, ante esto no pude evitar levantarme un poco sorprendido, no era raro que poseyera gente, pero solía hacerlo consciente.

-Luna ¿Por qué hiciste eso?

-No fue mi intención, fue un accidente, ya la libero. -Pero en ese momento mientras pedía perdón juntó sus manos y se dio cuenta que podía sentir.

-Que raro... normalmente no siento nada al poseer... espérenme un minuto... o 40. -Dijo mientras subía hacia su cuarto.

-¿Deberíamos preocuparnos? -Preguntó Rosa, lo pensé por unos momentos, pero después de unos minutos se escuchó un gemido bastante fuerte y tras eso me di cuenta.

-Mejor sólo dejémosle un plato de agua y comida afuera de la puerta y dejémosle ser, igual cuando se canse la suelta. -Dije mientras trataba de ignorar el ruido...

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