diecinueve

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Sofía

Las eliminatorias para el mundial Qatar 2022 ya habían empezado. Después del maravilloso final que tuvo la última Copa América estaba un poco más relajada con respecto a nuestra selección, a pesar de a veces recordar que para ese entonces Paulo me había engañado. Pero lo amaba, amaba nuestra relación, nuestra complicidad y nuestro amor. Si, puede ser que suene a cornuda consciente pero como dijo Selena Gómez, "el corazón quiere lo que quiere".

Paulo estaba convocado para disputar el partido entre Argentina y Uruguay, así que tuvo que concentrar yéndose de Italia. Por mi parte, así sin decirle nada, salí por atrás de él para también viajar hasta Uruguay. Con Dolo, Lautaro y Lauren, ya habíamos comprado los pasajes para poder estar presentes en dicho partido. Así que ahí estábamos, sentados en la tribuna de la cancha de Peñarol y esperando a que la selección saliera.

- ¿Venden panchitos acá? - preguntó Dolores.

- No venden más esas cosas, nena - respondió Lautaro indignado por la pregunta, pegándole en la nuca a su hermana.

Me reí tentada al ver la poca paciencia que se tenían y al girar mi mirada para el otro lado ví a Lauren tímida, sin entender nada.

- Siempre pelean así, después te acostumbras - le dije para darle confianza y lo logré porque se rió.

Nunca habíamos estado los cuatro juntos, a pesar de que ella conocía a Paulo desde chiquita, nunca había tenido ninguna relación con los chicos y era como si se vieran por primera vez. Ella era un poco tímida con los que recién conocía hasta que entraba en confianza, la entendía porque yo también era así.

La voz de un hombre resonó por todos los parlantes del estadio, avisando que la selección ya estaba pisando la cancha y todos en la tribuna nos paramos para poder ver mejor. Me hacía sentir enormemente feliz ver a Pau vistiendo la camiseta de la selección de nuevo, el himno nos dejó con el corazón latiendo a mil y el pitido del comienzo del partido nos hizo saber que empezaban los nervios.

No esperaba que Paulo hiciera un gol, pero si que jugará medianamente bien para demostrarle a los demás que el podía dar mucho más de lo que creían. El comienzo del partido estuvo complicado, pero no sé cómo es que de un momento a otro Paulo terminó dándole un pase clave a Di María que segundos después terminó en gol.

La gente en la tribuna estalló, con Lauren nos abrazamos contentas y la gente empezó a cantar con mucho más euforia que al principio del partido.

~~~~~


Paulo

- Que no decaiga, tres puntitos son bastante. - gritó Otamendi.

Toda la banda entró a los vestuarios, quedamos reventados después de jugar contra Uruguay y yo no veía la hora de estar en el hotel para poder descansar un rato.

Nos quedamos en el vestuario sacándonos la mugre y opinando sobre el partido, hasta que llegó el momento de subir al micro para irnos al hotel a descansar para al otro día entrenar y empezar a pensar en el próximo partido contra Brasil.

Me senté en uno de los asientos del fondo, al lado de Rodri de Paul. Hicimos un poco de quilombo arriba del micro, escuchando algo de cumbia y tratando de ganar confianza como equipo. La actitud ante estas situaciones lo era todo.

Aproveché un segundo de silencio para relajarme en el asiento y dormir un rato en el camino, hasta que el silencio que había me empezó a preocupar y en un momento se empezaron a escuchar susurros.

- Ni se les ocurra hacerme una maldad porque los mato a piñas. - murmuré sin abrir los ojos.

- Nooo, estás loco hermano. - dijo Rodri haciéndose el boludo.

Cuando abrí los ojos él se apuró a guardar el fibron que tenía en la mano y se cayó al piso, mandandolo al frente.

- Que poca originalidad tienen, me iban a dibujar un pito ¿No?

Rodri asintió con la cabeza mientras levantaba las manos en forma de resignación.

El resto del viaje lo dormí, obvio que después de mi amenaza nadie se animó a dibujar en mi cara. Era por eso o porque habían perdido el fibron, pero la cosa era que no me habían molestado más y se los agradecía.

Una vez que estuvimos en el hotel, comimos algo tranqui y después cada uno se fue a su cuarto con su respectivo compañero. Rodri entró tirándose en la cama como "muertito" y yo lo imite haciendo lo mismo.

- ¿Así que te vino a ver tu jermu? - preguntó girandose para mirarme.

- ¿Eh?

- Cami me dijo que la pasaron en la tele, estaba en la tribuna con tus sobrinos.

- ¿En serio? - pregunté re sorprendido.

- Si, pensé que sabías.

- No, no sabía nada.

- No te vas a enojar porque no te dijo, salame. Ya te conozco - dijo señalandome y moviendo el dedo.

Le respondí haciéndole montoncito con la mano y me levanté para cambiarme, o bueno, sacarme la ropa para quedar en boxer. Me metí a la cama tapándome con las sabanas, esperé a que Rodri se acostara para apagar la lámpara de la habitación. Estaba cansado y había estado esperando este momento para poder descansar, pero se me hacía imposible pegar un ojo después de lo que mi amigo me había contado.

Di mil vueltas en la cama hasta que sentí como mi compañero de habitación me tiraba un almohadonazo para que me dejara de mover y hacer ruido.

- Mandale algo y deja de romper las bolas - dijo quejándose.

Tenía razón.

Agarré el celular de la mesita de luz y abrí el chat de Sofi, me quedé ahí pensando en que mierda escribirle. Mientras tanto me colgué mirando su foto de perfil, no podía creer el minón que me comía.

Escribí y borré varios mensajes, como dije antes, no sabía que ponerle. Hasta que unos minutos más tarde escribí algo que no pensaba borrar, lo mandé sin pensarlo tanto. Porque para ser sincero, me seguía poniendo igual de nervioso que las primeras veces cuando empezamos a hablar.

"No te vi pero me dijeron que estabas en la tribuna. Espero no ser el único que no puede dormir por pensar en nosotros, te amo. "

un millón como tú {paulo dybala}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora