un millón como tú {paulo dybala}

tres

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📍 Buenos Aires, Argentina

sofiagalleani Prueba de sonido antes de dar el show esta noche. Estoy eternamente agradecida con este hombre, mi ídolo e inspiración desde muy chica, por darme esta oportunidad de compartir escenario con él ❤ @lucianopereyraok

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lautarodybala70 sos el ser más hermoso que existe
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↪ sofiagalleani te adoro pimpollo

anacamozzi te mereces esto y mucho más, te amo 👸🏽
↪ sofiagalleani ❤

sofiaxpaulo aaaa te amo un mundo wacha

teamdybala si si, ahora volve a Italia que extrañamos las fotos con Paulo

eliasgonzales 😍

lucianopereyraok la vamos a romper esta noche, de eso no hay dudas. Te mereces esto por el gran talento que tenes Sofi 🖤
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↪ sofiagalleani genio ❤

paulodybala completamente enamorado
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↪ doloresdybala 🙄

lucasgomez cuidado con los cuernos dybalaaa

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Sofía

Después de que me hayan peinado y maquillado, la gente del equipo de sonido empezó a conectarme el retorno antes de que tuviera que salir al escenario. Tenía a Luciano cantando a unos cuantos metros de dónde yo estaba, mientras el público se encargaba de corear la canción y eso me ponía los nervios a mil.

La espera se hacía cada vez peor y en un momento los nervios cambiaron por adrenalina, no aguantaba más y ya quería salir.

Unos minutos más tarde, me indicaron que tenía que salir al escenario y fue ahí cuando Luciano me presentó ante su público. Había miles de personas en ese estadio, la mayoría con celulares captando el momento y mirándome con curiosidad.

- Se las presento, ella es mi amiga Sofía y me va a acompañar en esta hermosa noche. -habló mirándome con simpatía.

Los músicos hicieron lo suyo y la melodía de la canción comenzó a sonar. Luciano cantó su estrofa y me miró a mi cuando llegó mi turno de cantar.

Sentí, jugué, perdí
Y este pobre corazón
Que desea el perdón de Dios

Mi compañero de escenario me miró con una sonrisa en el rostro y yo lo miré de la misma forma, sintiendo como la adrenalina había cambiado por un sentimiento bastante confortable.

El público presente empezó a corear la canción y no podía sentirme más agradecida de poder vivir aquello.

Después de unos cuatro minutos aproximadamente, me retiré del escenario entre silbidos y aplausos. La gente de sonido me esperaba para sacarme el retorno y llevarse el micrófono, por lo que me tuve que quedar parada.

Mi representante se acercó con mi celular en mano y estirandolo en mi dirección, dejándome leer el nombre Paulo en la pantalla. Atendí después de haber dado larga respiración y segundos después escuché su voz.

- Sofía.

- ¿Qué pasa? -pregunté preocupada.

- Te extrañamos. -respondió bajito.

- Pensé que había pasado algo, Dios. -suspiré pesadamente.

- No, no. -respondió al instante. - Bueno, Benicio me cagó el acolchado pero no puedo quejarme si yo lo dejé ahí.

Me reí al imaginarme la situación.

- ¿Cuando volves? -preguntó.

- Ya te dije que mañana, Paulo. -le respondí poniendo los ojos en blanco.

- Bueno perdón, Sofía. -dijo riendo.- ¿Me vas a perdonar cuando vuelvas?

Esa pregunta me había dejado helada, y la verdad era que ni siquiera sabia que iba a ser de nosotros cuando volviera.

- Yo me preocuparía más por no dejar a Benicio cerca del alcolchado. -dije provocando que se le escapara una risita.- Hablamos después, bobin.

- Esta bien, fea.

Negué riendo mientras cortaba la llamada para después acercarme a mi representante, quién me miraba desde unos pocos metros de distancia.

Él me llevó al camarín para terminar de arreglar unos asuntos que teníamos pendientes, hasta que finalmente terminó el show y al salir del camarín me choqué con Luciano. El anteriormente nombrado venía con unas cuantas gotas de sudor en su frente y una pequeña toalla en sus manos.

Al tenerme tan cerca me sonrió y segundos después se disculpó. Siguió su camino por el pasillo y cuando me di la vuelta para entrar a buscar mis cosas al camarín, sentí una mano tocarme el hombro. Me di la vuelta y era él.

- ¿Te gustaría ir a comer algo por ahí? -preguntó mirandome fijamente.

Miré a mi representante buscando una opinión de su parte, a lo que él levantó sus brazos y respondió:

- Estás libre.

- Me encantaría. -respondí mirando a Luciano, quién asintiendo sonriendo.

Minutos más tarde fui a buscar mis cosas y antes de salir del camarín, me quedé pensativa mirando mi mano izquierda. El anillo de casamiento estaba ahí, pero un impulso me hizo sacarlo y guardarlo adentro de mi bolso.

Salí de camarín creyendo que aquel anillo iba a dejar a Paulo en el pasado.