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Cuando Doyoung llegó a casa se encontró con la sorpresa de que no había nadie, ni siquiera su padre, quien solamente solía salir de casa para comprar alcohol.

Subió a su habitación dejando su mochila sobre la cama, sacó la bolsa con ropa sucia y la metió a la lavadora, al ver que esta estaba llena decidió ponerla para no darle tanto trabajo a su madre, quien solía llegar agotada de trabajar.

Después se tumbó en su cama con una sonrisa en su rostro. Taeyong y él estaban saliendo juntos, aún le parecía irreal, nunca pensó en que volvería a sonreír de aquella manera, gracias al pelirosa veía una pequeña luz en el futuro, a diferencia de semanas anteriores.

En el mismo barrio en el que vivía Doyoung se encontraba la casa de NingNing, quien acababa de regresar a casa junto a Chenle, su hermano mellizo

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En el mismo barrio en el que vivía Doyoung se encontraba la casa de NingNing, quien acababa de regresar a casa junto a Chenle, su hermano mellizo. Sus progenitores les recibieron muy felices.

-¿Os lo habéis pasado bien?- preguntó su madre, quien quería escuchar lo que habían hecho durante aquellos días.

-Ha sido la mejor excursión que hemos tenido nunca, hemos tenido mucho tiempo libre y el lugar era precioso, había de todo, una zona para practicar tiro con arco, una piscina, y lo más importante, una cancha de baloncesto- dijo Chenle sonriendo -Quiero volver allí- dijo haciendo puchero.

-Ayer prepararon una discoteca en la cafetería, fue más divertido de lo que esperaba- dijo NingNing con una sonrisa.

-¿Esa sonrisa que tienes por qué es?, tiene algo especial, ¿Tal vez sea por un chico?- le preguntó su padre a su hija con una sonrisa a la vez que su esposa le pegaba en el hombro por ser tan entrometido.

NingNing se puso nerviosa de inmediato. No sabía cómo, pero se había olvidado por completo de que sus progenitores no iban a aceptar su relación con Winter.

-Solo estoy feliz por haber pasado esos cinco días con mis amigos y amigas- dijo soltando una risa algo incómoda.

-Has estado con, estos, ¿Cómo se llamaban?- preguntó su madre pensativa -Mark y Donghyuck- dijo su madre al recordar los nombres.

NingNing se quedó pensativa por un rato, y quitando la sonrisa que había mantenido en su rostro desde la mañana, asintió, viendo cómo las expresiones de sus progenitores cambiaron a unas de decepción.

-Te digimos que te alejaras de ellos, ya sabes que están enfermos- dijo su padre logrando que la ira comenzara a hacer su aparición en NingNing.

-Son mis amigos, y son buenas personas, no voy a alejarme de ellos porque a vosotros no os parezca bien que sean ellos mismos- dijo sorprendiendose a sí misma, a sus progenitores y a su hermano, quien seguía a su lado algo incómodo por aquella conversación.

-NingNing, no quiero volver a escucharte a decir eso, son una desgracia para nuestra especie, ¿En qué clase de mundo dos personas del mismo género mantienen relaciones?, es un sin sentido- dijo su madre sin apartar la mirada de la suya.

-No veo el porque serían una desgracia, son simplemente dos personas que se atraen, al igual que a ti papá puede atraerte. Sinceramente, no le encuentro la diferencia- suspiró e interrumpió a su madre, quien iba a hablar -Tú misma me dices que lo importante está en el interior, no en el exterior. Pues ellos son personas, al igual que nosotros, y no están enfermos por el echo de que se sientan atraídos por otra persona- dijo dirigiéndose a su habitación.

No tenía ganas de escuchar las tonterías que le decían sus progenitores. Su buen ánimo se había desvanecido.

Se tumbó en su cama después de haber cerrado la puerta de su habitación, cogió su móvil viendo como Winter le había enviado un mensaje avisandola de que acababa de llegar a casa. NingNing sonrió y le dijo que ella también había llegado a casa.

Se sentía extraña, había entablado conversación varias veces con Winter desde que la conocía, pero nunca se habían parado a conocerse mejor. NingNing seguía sin poder creer que Winter también sintiera lo mismo por ella.

Salió del chat y dejó el móvil boca abajo sobre su cama al escuchar la puerta de su habitación siendo abierta. Se tranquilizó al ver que era su hermano.

-NingNing, ¿Puedo hablar contigo?- preguntó mordiendo su labio inferior nervioso.

La chica pocas veces vió de aquel modo a Chenle, por lo que algo preocupada le dijo que se sentara a su lado y que le comentara lo que le ocurría.

-No sé como decirte esto- dijo sinceramente mientras jugaba con sus manos -Lo que les acabas de decir a mamá y a papá me ha dado la confianza suficiente como para contartelo, pero de algún modo me cuesta hacerlo- dijo mirando a su hermana.

-Tómate tu tiempo, tranquilo- dijo mientras le daba pequeñas caricias en la espalda para animarle a seguir.

-Estoy saliendo con alguien- dijo casi susurrando, de forma que solo NingNing le escuchara -Y no es precisamente una chica- dijo aclarandose la garganta a la vez que desviaba la mirada de la de su hermana.

-¿Le conozco?- preguntó la chica curiosa y con una pequeña sonrisa en su rostro.

Chenle sonrió y la miró asintiendo.

-Es Jisung- dijo dejando ver un color carmesí en sus mejillas.

-¿Y puedo saber desde cuando estáis saliendo?- preguntó algo confusa, si su hermano no le hubiera contado aquello nunca se habría parado a pensar que estaría saliendo con Jisung.

-Desde hace dos años y medio- dijo desviando la mirada algo avergonzado de la de su hermana, quien le miró algo indignada.

-¿Tanto tiempo?, ¿Y se te ocurre contarmelo ahora?, mira que has tardado- dijo pellizcandole en el brazo ganándose un golpe en su brazo por parte de Chenle.

-No sabía que eras tolerante hasta hoy, necesitaba estar seguro de que no ibas a decirme que estaba mal- dijo mirándole con los ojos entre cerrados -Como harían mamá y papá si se enteran de que uno de sus hijos es gay- dijo susurrando.

NingNing se acomodó buscando una postura más cómoda.

-Ya que estamos déjame decirte una cosa- dijo captando completamente la atención de su hermano -Ayer, en la discoteca, la chica que me gusta de hace tiempo se me confesó y comenzamos a salir juntas- dijo asegurándose de que de ningún modo sus progenitores pudieran escucharla.

Chenle se quedó perplejo.

-Vaya, como mamá o papá se enteren les va a dar algo- dijo Chenle soltando una risa.

Estaba nervioso, sí, tenía miedo de que sus progenitores les descubrieran, pero de algún modo pensó en que era algo gracioso. Sus progenitores eran homofóbicos, y el echo de que sus dos hijos se sintieran atraídos por personas de su mismo género era algo irónico.

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𝘈𝘭𝘪𝘷𝘦 𝘢𝘯𝘥 𝘥𝘦𝘢𝘥 𝘢𝘵 𝘵𝘩𝘦 𝘴𝘢𝘮𝘦 𝘵𝘪𝘮𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora